sábado, 3 de noviembre de 2018

EXPLOSIÓN, de Delmira Agustini
















Si la vida es amor, ¡bendita sea!
¡Quiero más vida para amar! Hoy siento 
Que no valen mil años de la idea
Lo que un minuto azul de sentimiento.


Mi corazón moría triste y lento...
Hoy abre en luz como una flor febea;
¡La vida brota como un mar violento
Donde la mano del amor golpea!


Hoy partió hacia la noche, triste, fría,
Rotas las alas, mi melancolía;
Como una vieja mancha de dolor


En la sombra lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!"


Algunos recursos literarios de la poesía


ANTITESIS- dos elementos opuestos que aparecen asociados
Idea/ Sentimiento

COMPARACION-  Recurso literario que asocia por semejanza un elemento real y otro imaginario mediante un nexo.
Hoy partió (...) mi melancolía (...) como una vieja mancha de dolor

PERSONIFICACION- Dar características humanas a un elemento, objeto o a un animal.
cuando la MANO DEL AMOR golpea


ENUMERACION- Serie de elementos que tienen algo en común y que se utilizan uno a continuación de otro.
mi vida toda CANTA, BESA, RÍE

METAFORA- Imagen que sustituye un elemento real, porque ambos guardan un parecido entre sí.
¡Mi vida toda es una BOCA EN FLOR!

YO LÍRICO- voz que habla en el poema.
Quiero más vida para amar. Hoy siento

RIMA- Coincidencia de sonidos a partir de la última vocal acentuada al final de dos versos diferentes.
Si la vida es amor ¡bendita sEA!
¡Quiero más vida para amar! Hoy siENTO
que no valen mil años de la idEA
lo que un minuto azul del sentimiENTO


MÉTRICA- Número predeterminado de sílabas que tienen todos o algunos versos de un poema.
Si/la/vi/daes/a/mor/ben/di/ta/se/a
Once sílabas: verso endecasílabo.

ANÁFORA- Repetición de la misma palabra a comienzo de distintos versos.
MI VIDA toda canta, besa, ríe
MI VIDA es toda una boca en flor

HIPÉRBOLE- Exageración desmedida para dar mayor expresividad
MIL AÑOS de la idea

TEMA DEL POEMA- Idea central que se comprende a lo largo del texto y que puede resumirse en una palabra.
Amor

Subtemas:
enamoramiento, amor y vida, etc.

SONETO- Tipo de poema con un formato fijo. Tiene solo cuatro estrofas distribuidas en dos cuartetos y dos tercetos, siempre en ese orden. Por lo tanto un soneto solo puede tener 14 versos.
Generalmente en los cuartetos se presenta un problema y en los tercetos su resolución. "Explosión"  de Delmira Agustini por lo tanto es un soneto.

VOCATIVO- Invocación o llamado que se hace a comienzos de un verso a alguien que escuchará el poema.
AMANTE. No me lleves si muerto al campo santo



Análisis del soneto "Explosión", de Delmira Agustini


Primer cuarteto

El primer cuarteto comienza con una oración en condicional. Cuando se comienza a hablar con una palabra del tipo "Si"...  se supone que existe una posibilidad que, para que se cumpla, debe darse una condición.
La vida puede ser amor. En caso de que sea así, la vida para Delmira es una bendición. El "¡bendita sea! "es una expresión típica del lenguaje religioso. Una característica de la poesía amorosa y erótica de Delmira es que utiliza términos convencionalmente establecidos por la Iglesia pero para referirse a los sentimientos humanos más apasionados.
El segundo verso continúa con las exclamaciones. Aparece el yo con toda su fuerza a través del verbo "Quiero". Se exige un imposible: más vida. Los seres humanos somos mortales, pero la voz del poema en pleno descubrimiento amoroso descubre que amar es lo que hace que la vida valga la pena.
Y en los siguientes versos establece una comparación que opone dos maneras de ver el mundo:  por un lado "mil años de la idea", por otro "un minuto azul del sentimiento".
La hipérbole de los mil años puede referirse a todas las ideas que le han inculcado a una mujer joven desde que nace: la religión, el modo de ser  femenino, la expectativa de ser esposa y madre, la moral estricta, etc. En cambio, ella misma parece haber descubierto por sus propios medios lo que es sentir.
Algo inexplicable racionalmente: solo puede acudir a una metáfora para describirlo, y para ello recurre al color azul, que evoca el cielo, el mar, la inmensidad.


Segundo cuarteto

En la segunda estrofa continúa con la antítesis, esta vez entre una vida sin amor ( "mi corazón moría triste y lento"), y una vida en pleno enamoramiento que se refiere al presente a través de la repetición de la palabra "hoy".
Para poder hablar de algo tan complejo usa personificaciones y metáforas. El corazón (símbolo de la vida afectiva y pasional) es mostrado primero -en el pasado "moría-,  como un ser  lleno de tristeza e incapaz de moverse, de vivir.
A partir del HOY (alusión al enamoramiento), el corazón se ha transformado: "abre en luz como una flor febea". Si bien se compara aquí el corazón con una flor en pleno florecimiento primaveral, no basta con ello. Es necesario también una metáfora: flor febea. Febea es una palabra inventada por Delmira ( un neologismo) que viene de la palabra Febo. Febo era Apolo, el dios del sol en la mitología griega. Con ello quiere mostrar  que enamorarse es estar iluminado, lleno de luz.
En los dos últimos versos pasa a hablar de la vida en estado de "revolución" por el enamoramiento.
Para ello la compara con "un mar violento", imagen que evoca un estado imposible de controlar, donde la naturaleza lo domina todo, y se la encuentra profundamente relacionada al amor: "cuando la mano del amor golpea".
Esta imagen del amor, además de personificar a un sentimiento, brinda ese carácter de sorpresivo: el amor un día llama, golpea a la puerta, o tal vez con su mano hace mover el mar.

Primer terceto

En los tercetos el conflicto entre tristeza y vida planteado en los cuartetos ya se resolvió. En esa oposición triunfó el amor y la "melancolía", personificada y a la vez asimilada con un pájaro siniestro, es expulsada de la vida del yo lírico.
El sentimiento "melancolía " había sido ya anunciado por la imagen del corazón muriéndose, pero aquí parece una entidad separada del cuerpo. Como alguien ajeno que se va. Se va hacia la noche, y los adjetivos "triste, fría" no sabemos si se refieren a la noche o a la propia melancolía.
Finalmente la melancolía es comparada con una vieja mancha de dolor, degradándola, por el adjetivo "vieja"y por su asimilación con "mancha", palabra que se asocia con la suciedad o con la culpa.


Segundo terceto

El primer verso del segundo terceto todavía habla de la melancolía. Dice que en la sombra lejana "se deslíe", se desata, se desintegra. Otra vez se advierte la asociación noche, mancha, sombra vinculadas a la melancolía en oposición a azul, febea, luz, mar, que se vinculan al amor.
En los dos últimos versos del poema se da el remate del poema, las dos afirmaciones que confirman la hipótesis del primer verso del poema : "si la vida es amor, bendita sea"
En el penúltimo verso la asociación entre vida y amor es total: a través de una enumeración de verbos se describe lo que es la vida en estado de enamoramiento: canta-besa-ríe. Son verbos de acción en presente que se oponen a lo dicho sobre el corazón anteriormente: "moría triste y lento".
Este renacimiento es debido al amor.
En todo el poema de deja traslucir que el yo lírico ha sufrido un inmenso cambio a causa del amor.
Y en la oposición ayer/hoy, triunfa el amor poderoso que se representa en la metáfora del beso:
"mi vida toda es una boca en flor".






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Actividad 

Comparar "Explosión" con "Vida garfio" de Juana de Ibarbourou y "Te estoy llamando" de Idea Vilariño. 



VIDA GARFIO, DE JUANA DE IBARBOUROU, 1892-1979















Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
Alboroto divino de alguna pajarera
O junto a la encantada charla de alguna fuente.


A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra 
Donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
Alargados en tallos, suban a ver de nuevo
La lámpara salvaje de los ocasos rojos.


A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
Más breve. Yo presiento
La lucha de mi carne por volver hacia arriba,
Por sentir en sus átomos la frescura del viento.


Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
Podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
En medio de las sombras estrujadas y prietas.


Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen
En la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces viva
Yo subiré a mirarte en los lirios morados!



 TE ESTOY LLAMANDO, DE IDEA VILARIÑO ( 1920-2009)





















Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva
ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
a la paz
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte,
amor,
como a la muerte.






















miércoles, 17 de octubre de 2018

MARTÍN FIERRO, de José Hernández






Martín Fierro es un largo poema gauchesco. Puede leerse en libro, tal como lo publicó su autor, José Hernández. Pero también puede recitarse, porque muchos argentinos lo han incorporado a su tradición oral.
José Hernández editó en 1872 una primera parte de 13 cantos (capítulos), y ante el enorme éxito que tuvo el libro, escribió siete años después una segunda parte mucho más larga.
Es un poema, ya que está escrito en versos y estrofas, y tiene métrica y rima. Pero como cuenta una historia –la del gaucho Martín Fierro-, también es una narración.
La voz que habla en primera persona durante todo el poema por momentos cuenta acciones, por lo tanto es un narrador interno, pero como usa verso, rima y sobre todo un lenguaje figurado lleno de metáforas y comparaciones, también puede verse en este narrador un yo lírico.


Canto I: Un prólogo a la historia

El Canto I funciona como un prólogo a lo que va a contar, y lo que narrará son son desgracias, su recuerdos, desde que era un gaucho trabajador y padre de familia hasta que se convirtió en un matrero: un delincuente del medio rural, perseguido por la autoridad.
Cuando Martín Fierro habla en el Canto I, ya ha pasado mucho tiempo, es un hombre curtido por la vida, ya ha matado, ha perdido todo, menos el don de cantar.


Estrofas principales:

Aquí me pongo a cantar

Al compás de la vigüela

Que al hombre que lo desvela

Una pena estrordinaria,

Como la ave solitaria

Con el cantar se consuela.


La estrofa que se usa en la obra tiene seis versos, cada uno de estos tiene ocho sílabas (es un octosílabo), y la rima es consonante porque coinciden al final de verso todos los sonidos a partir de LA ÚLTIMA VOCAL ACENTUADA: por ejemplo, “vigüELA”, “desvELA”.
En este comienzo el personaje se presenta como un gran cantor que se acompaña de su guitarra. Y lo primero que cuenta es que no duerme de noche porque tiene una pena enorme: es un hombre que ha sufrido mucho. Pero el canto lo salva, le hace un gran bien. Para explicar los sentimientos el yo lírico utiliza una COMPARACIÓN: “como la ave solitaria/con el cantar se consuela”.
A partir de este momento, va a explicar su personalidad, su modo de vivir y nos va a prevenir: la historia de su vida está llena de desgracias, pero él rescata ciertas virtudes de su propia persona. Algunas, como el CORAJE, lo hacen sentir orgulloso de sí mismo, como bien muestra la metáfora del “toro”, símbolo viril y peligroso por excelencia.


Yo soy toro en mi rodeo

Y toraso en rodeo ageno;

Siempre me tuve por güeno

Y si me quieren probar

Salgan otros a cantar

Y veremos quien es menos.


No me hago al lao de la güeya

Aunque vengan degollando;

Con los blandos yo soy blando

Y soy duro con los duros,

Y ninguno en un apuro

Me ha visto andar tutubiando.


También está orgulloso de su respeto a Dios y a los santos. Es un hombre muy religioso, incluso casi supersiticioso. Es un típico gaucho que nos va a mostrar enteramente su cultura:


Pido a los Santos del Cielo

Que ayuden mi pensamiento:

Les pido en este momento

Que voy a cantar mi historia

Me refresquen la memoria

Y aclaren mi entendimiento.


Este tipo de invocaciones son muy frecuentes en el poema, así como las constantes referencias a la naturaleza, que parece conocer muy bien, y a la que utiliza constantemente para construir sus comparaciones, sus metáforas y sus personificaciones. Los animales predilectos de Martín Fierro parecen ser los pájaros, por su capacidad de disfrutar la LIBERTAD, uno de los valores más importantes del personaje.


Mi gloria es vivir tan libre

Como el pájaro del Cielo;

No hago nido eneste suelo

Ande hay tanto que sufrir,

Y naides me ha de seguir

Cuando yo remonto el vuelo.


Con estas metáforas ya el personaje nos adelanta que no tiene familia, que está aislado de la sociedad, que solo puede ser feliz en contacto con la naturaleza, con la libertad, y por supuesto con su guitarra. Con ella en la mano “ni las moscas se le arriman”.
Pero al final del canto hace un resumen de lo que ha sido su historia. Se ve a sí mismo como un marginado, pero responsabiliza la sociedad, que parece haber sido cruel. Él se recuerda como un hombre bueno, pero algo terrible pasó para que terminara siendo un matrero, un bandido, condenado por “la gente”.


Y sepan cuantos escuchan

 De mis penas el relato,

Que nunca peleo ni mato

 Sinó por necesidá;

Y que a tanta alversidá.

 Sólo me arrojó el mal trato.


Y atiendan la relación

Que hace un gaucho perseguido,

Que padre y marido ha sido

Empeñoso y diligente,

Y sin embargo la gente

Lo tiene por un bandido.


Esas desgracias que el tiempo le trajo las va a explicar en los cantos sucesivos. Así que estas últimas estrofas funcionan como ANTICIPO y resumen de su existencia.
Aunque no explicita dónde está el origen del mal, pronto sabremos que a Martín Fierro el ejército argentino lo apresó para ir a luchar contra los indios al sur de la Pampa, en condiciones penosas, de esclavitud, tortura e injusticia.


Canto VI: La huida del fortín y la llegada a su casa




Martín Fierro ha permanecido 3 largos años sirviendo casi como esclavo en el ejército. Allí se acostumbró a sobrevivir a cualquier precio, e incluso se volvió alcohólico como muchos de los soldados que están encerrados en ese cuartel, al que le llaman "fortín" o "frontera", por estar en el borde de los territorios aún no conquistados por Argentina a los indios.
Pero a Fierro le habían prometido que en 6 meses volvería a su casa. El personaje, luego de "tres años de tanto sufrir al ñudo, decide desertar, esto es, escaparse del ejército.
Aprovecha una noche en que los jefes están emborrachándose y jugando a las cartas. Sabe que de otro modo no va a recuperar la libertad. Con esta metáfora "Me hice humo en un sotreta" muestra la rapidez con que desaparece del cuartel. usa un caballo cualquiera. Ha perdido a su caballo moro, que él amaba. Se lo robaron al llegar al fortín, como todas sus pocas pertenencias.
Pero eso ya no le importa. Cualquier caballo es bueno para escaparse y correr por los campos. Las metáforas de la libertad muestran la felicidad del personaje.
Claro que durará poco. El "padre y marido"que ha sido, "empeñoso y diligente" no quiere otra cosa más que volver a ver su familia, regresar a su hogar. Por eso realiza en la mitad del Canto VI una cadena de comparaciones donde se muestra como un animalito, un ser vivo de la fauna y del campo argentino que sigue el instinto de encontrar su hembra y su cría.


Para mí el campo son flores
dende que libre me veo;
donde me lleva el deseo
allí mis pasos dirijo,
y hasta en las sombras de fijo
que donde quiera rumbeo.

Entro y salgo del peligro
sin que me espante el estrago,
no aflojo al primer amago
ni jamás fi gaucho lerdo:
soy pa rumbiar como el cerdo,
y me fui para mi pago.

Pero, al regresar, el lamento es total:




No hallé ni rastro del rancho
¡Sólo estaba la tapera!
¡Por Cristo, si aquello era
pa'enlutar el corazón!
Yo juré en esa ocasión
Ser más malo que una fiera.


Lo único que se salvó del abandono parece haber sido un gato que daba tristes maullidos al verlo regresar. Pero ese gato es un signo que muestra (por el contrario) todo lo que perdió. Su aparición torna la escena mucho más triste aún.



Este es el momento en que vira  el destino de Martín Fierro y decide vengarse de la sociedad. Pronto se entera de que su mujer se fue con un "gavilán" y los hijos andan perdidos. La pobreza y el abandono destruyó su familia, que sin un padre que trabajara no pudo subsistir.
Pero Martín Fierro no condena a su esposa : "Tal vez no te vuelva a ver/ prenda de mi corazón".
Luego se entera que sus hijos (el mayor y el menor) andan perdidos siendo expulsados de los fogones, buscando comida y viviendo tal vez en una cueva.
Esta pérdida causa tal sufrimiento en Martín Fierro que se siente "como el tigre/que le roban los cachorros.

La ida al baile de "blancos"






De carta de más me vía
sin saber a dónde dirme;
mas dijeron que era vago
y entraron a perseguirme.

El canto VII comienza con unas coplas que resumen la situación existencial de Martín Fierro al llegar prófugo de la frontera y encontrarse sin familia, sin hogar, y con el rechazo de la sociedad. La metáfora "de carta de más" evoca la cultura gaucha, es donde es tan común el juego de naipes. Pero una carta de más es aquella que nadie quiere tener. En efecto, la sociedad no asume el daño que le han hecho a Fierro y lo persiguen como un delincuente.

No tenía mujer ni rancho
y a más, era resertor;
no tenía una prenda güena
ni un peso en el tirador.

En esta estrofa se ve el estado de deterioro en que se halla Fierro, parece un marginal y sobre todo está hundido en la pobreza, pues no tiene ni una moneda para colgarse en el cinturón o tirador. El estado de desesperación es máximo cuando con la hipérbole "sin tener ni qué pitar"se muestra que ni siquiera tiene acceso al tabaco. Y es en esa angustia cuando siente más la ausencia de su mujer y sus hijos, a los que no pudo cuidar del acoso de la sociedad.


A mis hijos infelices
pensé volverlos a hallar,
y andaba de un lao al otro
sin tener ni qué pitar.

Supe una vez por desgracia
que había un baile por allí,
y medio desesperao
a ver la milonga fui.

Riunidos al pericón
tantos amigos hallé,
que alegre de verme entre ellos
esa noche me apedé.

El baile con viejos amigos puede ser una manera de olvidar las penas. Pero no ha de olvidarse que todo lo que nos dice la voz que habla (por momentos narrador, por momentos yo lírico), es dicho desde un presente donde se está recordando y evaluando la propia historia. Así que, la ida a una milonga, que puede ser un alivio a su dolor, es recordada como "una desgracia".


Martín Fierro agrede a los morenos




Como nunca, en la ocasión
por peliar me dio la tranca.
Y la emprendí con un negro
que trujo una negra en ancas.

Al ver llegar la morena,
que no hacía caso de naides,
le dije con la mamúa:
va-ca-yendo gente al baile.

La negra entendió la cosa
y no tardó en contestarme,
mirándome como a un perro:
más vaca será su madre.

Y dentró al baile muy tiesa
con más cola que una zorra,
haciendo blanquiar los dientes
lo mesmo que mazamorra.

El baile es una instancia de diversión, pero también allí corre el alcohol. Martín Fierro en el cuartel había ahogado su furia en el alcohol del pulpero. Aquí los viejos amigos lo invitan. Es un baile de gauchos, estamos en la década de 1860 en Argentina y aunque las leyes han abolido la esclavitud, la sociedad tarda mucho tiempo en entender que los afrodescendientes o ex esclavos ya son como cualquier otro argentino.
Por eso resulta algo destacable que una pareja de negros llegue a un"pericón", un baile de gauchos supuestamente blancos ( o mestizos). Pero ellos parecen querer vivir una vida como todos los otros. Son una pareja, que viene a caballo, abrazada la negra a su marido.
A Martín Fierro parecen irritarlo, porque enseguida "la emprende"contra ellos. Es evidente la agresividad que le inspiran los negros, por racismo, o por envidia, pues ellos parecen felices y desean integrarse a la sociedad, la misma que expulsa a Martín Fierro acusándolo de matrero.
Es a la negra , a la mujer, a quien Fierro agrede primero, por su machismo característico de hombre de campo rudo. Pero también a la negra se la ve muy bonita, a través de las metáforas, comparaciones  y juegos de palabras pueden advertirse una serie de grafopeyas que señalan lo sensual que es la morena. Y Martín Fierro es un hombre cuya mujer se le voló con un "gavilán"...


!Negra linda! -dije yo-
me gusta pa la carona;
y me puse a champurriar
esta coplita fregona:

A los blancos hizo Dios,
a los mulatos San Pedro,
a los negros hizo el diablo
para tizón del infierno.

Había estao juntando rabia
el moreno dende ajuera;
en lo escuro le brillaban
los ojos como linterna.

Lo conocí retobao,
me acerqué y le dije presto:
po-r-rudo que un hombre sea
nunca se enoja por esto.

Corcovió el de los tamangos
y creyéndose muy fijo:
¡más porrudo serás vos,
gaucho rotoso!, me dijo.


Recursos literarios con los que se dibuja a los negros:

1) Juego de palabras:

¡VA CAyendo gente al baile! (Se enfatiza lo robusta que es la negra, tal vez gorda y con los senos
grandes, y se alude a que parece una vaca)

POR RUDO que un hombre sea/nunca se enoja por esto (se alude a la porra del negro, a su pelo africano)

Me gusta PA LA CARONA ( para la cama, para el cuero que usan los gauchos para dormir en el pasto)

2) Comparaciones:

con más cola que una zorra

haciendo blanquiar los dientes/lo mesmo que mazamorra

en lo oscuro le brillaban/los ojos como linterna

3) Metáforas:

a los negros hizo el diablo
para tizón del infierno



El duelo criollo



Y ya se me vino al humo
como a buscarme la hebra,
y un golpe le acomodé
con el porrón de ginebra.

Ahí nomás pegó el de hollín
más gruñidos que un chanchito,
y pelando el envenao
me atropelló dando gritos.

Hasta aquí, pese a la agresividad verbal de Martín Fierro, podía entenderse la gresca como una pelea de borrachos. Incluso la comparación del negro con el "chanchito", puede dar lugar a pensar que para Martín Fierro, entrenado en la guerra con los indios, no era un rival.
Pero el "envenao", el cuchillo del negro -cuyo mango está forrado del cuero del pene del toro- muestra que el negro es un hombre valiente y que sabe luchar. Si no ha entrado antes en defensa de su mujer es porque es consciente de su condición: está en minoría en medio de gauchos racistas.

Pegué un brinco y abrí cancha
diciéndoles: caballeros,
dejen venir ese toro.
Solo nací, solo muero.

El negro, después del golpe,
se había el poncho refalao
y dijo: vas a saber
si es solo o acompañado.

En estas estrofas se advierte la lucidez de Martín Fierro, pese a las excusas de que la desgracia inminente se debió a que estaba borracho. Es absolutamente consciente de que puede matar. De alguna manera lo estaba buscando y él es el que impide que los otros gauchos intervengan para impedirlo. Él ha jurado vengarse de la sociedad y lamentablemente lo quiere hacer con alguien que también ha sufrido la injusticia y la crueldad de esta a través de la esclavitud.
Pero el negro se va engrandeciendo, su virilidad crece en la escena y se lo advierte como un buen conocedor de las reglas del duelo criollo, pues por ejemplo se arremanga para ser más ágil.

Y mientras se arremangó,
yo me saqué las espuelas,
pues malicié que aquel tío
no era de arriar con las riendas.

No hay cosa como el peligro
pa refrescar un mamao;
hasta la vista se aclara
por mucho que haiga chupao.

El negro me atropelló
como a quererme comer;
me hizo dos tiros seguidos
y los dos le abarajé.

Yo tenía un facón con s,
que era de lima de acero;
le hice un tiro, lo quitó
y vino ciego el moreno.

La furia del negro es enorme. No solo Fierro (un hombre marginal, sucio, harapiento) ha agredido sexualmente a su mujer, sino que se ha burlado de las características de su raza (el color, el pelo) , le ha cantado una canción racista que maldice a los negros y le ha dado un botellazo en la cabeza. Nuevamente la frente del moreno (todavía tildado de "cornudo" por la metáfora de aspas -cuernos-)

Y en el medio de las aspas
un planazo le asenté,
que lo largué culebriando
lo mesmo que buscapié.

Le coloriaron las motas
con la sangre de la herida,
y volvió a venir jurioso
como una tigra parida.

Y ya me hizo relumbrar
por los ojos el cuchillo,
alcanzando con la punta
a cortarme en un carrillo.

Me hirvió la sangre en las venas
y me le afirmé al moreno,
dándole de punta y hacha
pa dejar un diablo menos.

Por fin en una topada
en el cuchillo lo alcé,
y como un saco de güesos
contra un cerco lo largué.

En el duelo criollo ambos contrincantes se tiran a muerte, pero el negro parece estar enceguecido por la furia, pues está enormemente dolido por tanta violencia gratuita por parte de Martín Fierro.
Y de hecho, Fierro va percibiendo que el negro es un gran rival a través de los animales y cosas con los que lo va comparando,donde se ve una gradación en la peligrosidad.

chanchito
toro
culebra
tigra parida

Y aunque el primero en producir sangre en el contrincante es Martín Fierro, quien una vez más le da un "planazo", es decir, un golpazo con la parte plana del cuchillo, el hecho de que el negro alcance a cortarle la mejilla o el carrillo lo enfurece al máximo: para un gaucho es un deshonor tner una cicatriz en la cara, quiere decir que no se supo proteger de un contrincante.
Por eso la metáfora "me hirvió la sangre en las venas" lo muestra con voluntad y sed de matar. También la metáfora "dándole de punta y hacha"lo muestra como un verdadero asesino.
Con el facón curvo llega al vientre del moreno, le destroza las vísceras y lo larga como si fuera una cosa. El moreno vencido es ahora "como un saco de huesos".


El asesinato y la culpa




Tiró unas cuantas patadas
y ya cantó pal carnero:
nunca me puedo olvidar
de la agonía de aquel negro.

En esto la negra vino
con los ojos como ají
y empezó la pobre allí
a bramar como una loba.
Yo quise darle una soba
a ver si la hacía callar,
mas pude reflesionar
que era malo en aquel punto,
y por respeto al dijunto
no la quise castigar.

Limpié el facón en los pastos,
desaté mi redomón,
monté despacio y salí
al tranco pa el cañadón.

Después supe que al finao
ni siquiera lo velaron,
y retobao en un cuero,
sin rezarle lo enterraron.

Y dicen que dende entonces,
cuando es la noche serena
suele verse una luz mala
como de alma que anda en pena.

Yo tengo intención a veces,
para que no pene tanto,
de sacar de allí los güesos
y echarlos al camposanto.

La muerte del negro aún hoy le pesa en la conciencia a Fierro. Es una agonía espantosa a la que asisten como un espectáculo todos los asistentes al baile impasibles. Pero la negra reacciona, se le abalanza a Fierro y ya no es comparada con una vaca o una  zorra, sino como una loba. Una loba que aúlla de dolor y sus ojos están rojos por el llanto.
Martín Fierro está aún  lleno de odio y violencia, como si no bastase con haber matado a un ser humano, y tiene ansias de pegarle a la mujer.
En este instante parece volver un destello de conciencia moral a su mente, y sumado a sus supersticiones con respecto a los difuntos, reprime la "soba"y prefiere retirarse.'
La tranquilidad aparente que demuestra a los otros gauchos, cómo limpia la sangre del facón en los pastos y cómo se va por la cañada despacito sin dejar huella, lo muestra como un verdadero e implacable asesino.
Pero no se olvide que Martín Fierro es un largo canto donde desde un presente se recuerda la historia de su vida. Y hoy sabemos que esa tranquilidad no era tal, porque el recuerdo de esa muerte "nunca"se puede olvidar.
Y además, cuando tiempo más tarde Fierro se entere de que los gauchos del baile tiraron el cuerpo en una zanja envuelto en un cuero clandestinamente, va a demostrar una honda culpa. Pues cree, según su superstición, que aquel difunto no enterrado en un cementerio , con rezos, que ha sido víctima de una muerte injusta, se convierte en una luz mala, en un alma en pena.
Hasta hoy Fierro desea volver al lugar del crimen a enterrar a su víctima como una forma de expiación.







lunes, 24 de septiembre de 2018

EL DESALOJO, de Florencio Sánchez





"El desalojo" es una de las obras de teatro breves del gran dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez (1875-1910). Florencio, como el monumento en nuestro Parque Rodó lo muestra, fue un hombre preocupado por la injusticia social, que utilizó el teatro como herramienta para denunciar la pobreza y la explotación de los trabajadores.
Su gran triunfo en los teatros de Buenos Aires lo llevó a establecerse allí y ambientar sus obras en esta ciudad, que estaba recibiendo miles de inmigrantes alrededor de 1900.
Esta compleja realidad social es vista en "El desalojo"a través de la dramática historia de una mujer desvalida, Indalecia, quien está a punto de ser expulsada de una pieza en un conventillo.
No paga la renta, no tiene trabajo, tiene muchos hijos, es pobre... y en la primera escena nada se sabe de su marido.


Estructura

El desalojo es un sainete que solo consta de ocho escenas, pero como toda obra dramática plantea un conflicto. Este ya se deduce desde el título que es claramente emblemático: alguien va a perder su hogar por la fuerza.
La pérdida de la vivienda es también la pérdida de la unión  familiar, pues tras el desalojo  vendrá inexorablemente el envío de los niños de Indalecia al asilo.
Las primeras escenas presentan a los personajes, a su protagonista Indalecia, su ayudante Jenaro y sus varios antagonistas, que pueden ser personajes del conventillo (la encargada, las vecinas), de la familia (el viejo padre inválido).
Al final de la obra aparecerán representantes de toda la sociedad ( el comisario y el periodista). Pero antes debe producirse el nudo, donde se llega a la máxima tensión, llegando los personajes a insultarse y pegarse, lo cual sucede en las breves escenas seis y siete. En las dos últimas escenas, llega el desenlace: nuevos personajes aparecen representando el orden social pero no la justicia.
El final es ciertamente trágico, pero sin embargo el sainete pese a su denuncia de la desgracia nunca deja de ser una obra de gran rapidez, con chistes, porrazos, bromas pesadas y personajes grotescos.



Espacio




Toda la acción dramática transcurre en lo que la escenografía deberá representar como un conventillo.
Se trata de una casa de inquilinato donde a comienzos del siglo XX se hacinaban familias que habían llegado a Buenos Aires o a Montevideo en busca de trabajo y de una vida mejor. En "El Desalojo" se ven claramente los inmigrantes italianos (la Encargada, Jenaro), y los que vienen del interior del país (Indalecia, el padre).
En medio del espacio hay un objeto simbólico muy relevante: es el mueble de Indalecia, (quizás la única posesión que tiene y donde guardaba la comida o la ropa para sus hijos) que está en mitad del patio porque Indalecia ha sido desalojada pero no se termina de ir de la habitación.
Ese mueble es maldecido, pateado e invocado varias veces para demostrar que su dueña es un estorbo en esa sociedad. Una mujer pobre y sola, a cargo de niños, no invoca piedad sino desprecio para muchos.
Sin embargo, la escena III, que es muy íntima, se desarrolla en la habitación de Indalecia, donde esta está cuidando de su pequeña hija. Hasta allí llega Jenaro que llega con ayuda material (comida) y moral para Indalecia (consuelo pero también la verdad de la situación de su marido).
Es entonces cuando el personaje de Indalecia comienza a completarse: se trata de una mujer que está a punto de quedar viuda porque su esposo ha tenido, como albañil, un terrible accidente de trabajo.



Acotaciones

Este texto teatral no solo está constituido por  diálogos sino también por unos textos muy cortos, entre paréntesis y en cursiva, donde el dramaturgo da indicaciones para la acción en la puesta en escena.
Hay numerosas acotaciones referidas a las emociones, tales como llantos, risas y gritos.
Desde el comienzo, las referencias a los objetos con fuerte carga simbólica son constantes. Además del mueble, en la escena tres se menciona la cuna, la costura de Indalecia, el mendrugo, la naranja y el bollo, el salame, etc.
El vestuario está implícito: si Jenaro saca alimentos de sus bolsillos, es porque seguramente lleva un  overol de obrero, si el padre de Indalecia es presentado como un soldado, es seguro que lleva un viejo uniforme, el comisario también debe ir uniformado y el periodista que trae el dinero recaudado por su diario para Indalecia por su forma de hablar debe llevar un elegante traje y corbata.



Lenguaje- Recursos lingüísticos 

En el teatro la voz de los personajes es fundamental para construir su identidad.  Indalecia con sus habituales silencios parece solo descargarse por momentos para explicar su desdichada situación. Ella no quiere "conchabarse", es decir, trabajar como sirvienta con cama, porque no puede dejar a sus hijos. Es una mujer del campo, pobre, hija de un hombre alcohólico y violento.
El inválido es el principal antagonista de Indalecia, porque se suma a todas las voces que pretenden poner los niños en un asilo, pero sobre todo porque arrastra una historia de maltrato y de incomprensión hacia su hija. Habla una jerga entre lunfarda y gauchesca.
Los italianos hablan una lengua mixta , el "cocoliche", que es una mezcla insólita entre italiano y español que utilizaban los inmigrantes para hacerse entender. En el Río de la Plata miles de personas hablaron así durante algunas décadas dada la cantidad de barcos repletos de italianos que llegaban a los puertos.
El periodista habla un lenguaje culto, pero su educación no le sirve para ofrecer una verdadera ayuda a Indalecia (trabajo), en lugar de traerle limosnas (la suscripción, la colecta).







sábado, 28 de julio de 2018

CONTINUIDAD DE LOS PARQUES, de Julio Cortázar






Título

El título ya introduce en una situación de misterio. Los parques habitualmente son una unidad en sí mismos, nadie espera que un parque se continúe en otro.
Pero Cortázar es un escritor de literatura fantástica y en este breve cuento de apenas dos párrafos pretende cuestionar toda realidad estable, toda identidad definida, como por ejemplo, un parque, un libro… o un ser humano.
Luego que se termina de leer la historia puede entenderse al título como emblemático, pues resume lo que sucede en la trama, pero también es un título simbólico, porque apunta a la abstracta idea de la convivencia entre lo real y lo fantástico.

Narrador

El narrador es una voz que cuenta la historia, en este caso es claramente un narrador en tercera persona, externo y omnisciente. Lo sabe todo, porque da multitud de pistas sobre lo que va a suceder, aunque como el cuento tiene una buena dosis de suspense por supuesto que estas pistas no se dejan ver tan fácilmente.
El vocabulario que usa el narrador es denso y culto y cada palabra superpone significados. Es adecuado al mundo que va a retratar: argentinos de clase alta, adinerados, ociosos e inmorales, que sin embargo se caracterizan por una exquisita cultura y muy buen gusto. Eso se ve, por ejemplo, en la casa que tiene el personaje y el cuidado con que se mantiene el parque y el jardín.

Argumento



Se trata de un día en la vida de un hombre rico, poderoso, que tiene aparentemente una única pasión: leer. Una novela lo atrapa especialmente, y en cuanto tiene tiempo y silencio, en su sillón de terciopelo verde, se mete literalmente dentro de ella. La novela se le hace muy vívida: ve lo que sucede en ella, que es una historia de amor prohibido, donde una esposa y un amante que se vienen encontrando secretamente para desatar su pasión en una cabaña escondida, parecen haber decidido por fin matar al “otro”. Efectivamente, se supone que casi al llegar al final de la novela, el futuro asesino se acerca a la finca del evidente marido. El plan parece salir a la perfección, finalmente, el amante con el puñal en la mano se aproxima a la cabeza de un hombre en un sillón de terciopelo verde leyendo una novela.

Final

El final es abierto porque el narrador no explicita el asesinato y deja en los lectores la duda de si esa novela que contiene la historia de la vida de quien la está leyendo, que le informa cómo su mujer le es infiel y cómo el amante busca asesinarlo, no es en definitiva un aviso que lo salva. Puede suponerse que el hombre se da vuelta y lucha con el asesino, o puede suponerse que prefiere seguir leyendo la deleitosa novela y permitir que lo maten.

Espacio



El espacio se desarrolla en dos polos opuestos. Uno es el parque de robles con su finca contigua, una casa de dos plantas muy bien descrita por “las palabras de la mujer”, una casa con numerosas habitaciones, una sala azul, donde pueden suponerse sillones, alfombras y cortinas a tono; una galería –donde tal vez estén los retratos de sus antepasados-, una escalera alfombrada, lo que muestra lo maniático que es el dueño de todo eso que prefiere no escuchar crujidos y encerrarse en su estudio a leer, de espaldas a la puerta.
El otro polo es la cabaña del monte. En lenguaje rioplatense, se llama monte a un bosque nativo, indígena, tupido y espinoso. Por supuesto que nada tiene que ver con ese parque diseñado por la mano humana donde se han plantado hace mucho tiempo árboles europeos que dan una excelente madera, los robles.
Pero el monte permite esconder secretos. Allí, en lo intrincado de las ramas, hay una cabaña, una casa precaria de madera donde no hay lujo pero hay pasión. Los amantes se encuentran allí como una “ceremonia”.
Entre estos dos mundos vegetales, hay senderos furtivos, hay setos, hay una alameda. Si algo tienen en común estos dos espacios es que crecen los árboles, y que los seres humanos habitan entre ellos.

Tiempo


En verdad la historia transcurre en el correr de un día. Aunque el personaje ya había empezado a leer la novela unos días antes (y se la llevó en su viaje de negocios para leerla en el tren), es evidente que es ANTES es el antecedente de un ENTONCES, EN ESE MOMENTO.
Esa tarde es decisiva. Cuando el lector se instala en su sillón a leer los últimos capítulos, es de tarde. A medida que va leyendo ansiosamente, el viento danza al atardecer fuera de los ventanales de la casona. Luego, ya dentro de la novela que se está leyendo, se sabe que los amantes se separan para ejecutar su plan al comienzo del anochecer, y finalmente, cuando el asesino se acerca a la casa de la víctima, ya lo envuelve todo la bruma violeta del crepúsculo: el sol se acaba de poner.
La continuidad temporal entre ambos mundos (el hombre de negocios-lector, que lee una novela) y el del amante que desea matar al marido de la mujer que ama (el personaje de la novela) es total.

Personajes

El lector

El que comienza por ser protagonista de un cuento, termina siendo protagonista de una novela.
Es el hombre de negocios solitario y rico que prefiere leer de espaldas a la puerta para que ni siquiera esta lo molestara como “irritante posibilidad de intrusiones”. No parece un hombre joven dada la cantidad de asuntos que maneja: tiene apoderado, discute con el mayordomo, decide sobre aparcerías. Este detalle no es menor, el narrador da a entender que es un terrateniente que arrienda tierras y pide un buen dinero como alquiler.
La finca con su parque indica lujo y un gusto refinado. Tener un estudio implica que en él lee y escribe, encerrado. No parece tener hijos.
Pero a medida que conocemos la novela que lee, se lo detecta muy interesado por el tema del adulterio. Cuando el cuento termina, puede entenderse que él es el marido engañado.

La mujer


Aparece en la mitad del cuento, y se la presenta como “recelosa”, temerosa de los otros, seguramente de las miradas indiscretas, de testigos. Luego, cuando llega el amante, no tiene ningún reparo en besarle la sangre de la herida que éste se hizo con una rama del monte.
Es una mujer apasionada y sin límites, pero el narrador sugiere que aún está indecisa con respecto al plan de asesinar al marido, de hecho, es el amante quien trae y empuña el puñal.
Sin embargo, al final se deja llevar por la pasión y el plan que parece ella misma haber proyectado, se pone en marcha.
La única grafopeya que se tiene en el cuento es la de su pelo suelto, corriendo. Da la impresión de ser una mujer joven y vigorosa, hermosa y con un gran anhelo de libertad.
Cuando finalmente comprendemos que ese personaje de la novela es también la esposa del protagonista del cuento (el lector del sillón de terciopelo verde), se percibe que es radicalmente opuesta a ese hombre retraído y experto en negocios. Quizás se haya casado con él por dinero.

El amante


Es un hombre fuerte, capaz de correr en el bosque, ágil, probablemente joven. Conoce muy bien el bosque, el parque, pero no la casa por dentro. Está profundamente enamorado de esa mujer, por la que es capaz de matar, y a quien queda mirando mientras se aleja. Odia al marido de esa mujer… ¿tan solo es una cuestión de celos? O quizás el hombre a quien desea matar se le hace odioso por más motivos.
Cuando el narrador dice que “los perros no debían ladrar, y no ladraron” puede entenderse que los perros conocen de sobra al asesino (quizás sea el jardinero, o un trabajador rural que arrienda las tierras, un vecino). O tal vez los perros fueron envenenados.
La ausencia del mayordomo inquieta: ¿hay acaso una relación entre ambos?

Un mundo dentro de otro



Este es un relato fantástico que apunta a la situación inverosímil de que un hombre esté leyendo un libro que le refleja su propia vida, que se meta adentro de él, y que los personajes a su vez se evadan del libro para introducirse en la vida del lector.
El mundo de la “realidad” presentada en el cuento se mixtura con el mundo de la “fantasía” presentada en la novela que lee el personaje principal.
Como si fuera una muñeca rusa que contiene adentro más muñecas más pequeñas.
El ingenio de Cortázar es notable. Por muy difícil que sea su vocabulario, las señales que apuntan a la continuidad del mundo real y el ficticio son evidentes: el sillón de terciopelo verde, los ventanales, la cabeza de un hombre leyendo una novela.





lunes, 4 de junio de 2018

EL HOMBRE PÁLIDO, de Paco Espínola


Un paisaje nocturno pintado por José Cúneo



"El hombre pálido"

Se trata de un cuento típicamente criollista, o regionalista. Su autor, Francisco Espínola, fue un intelectual oriundo de San José. En este cuento, como en toda su literatura, presenta un Uruguay específico, con su cultura, tradiciones y hasta su particular forma de hablar, vivo todavía en el medio rural en pleno siglo XX.
Este cuento se desarrolla en medio de una estancia -la estancia de don Clemente Farías- en el Departamento de San José, en el campo profundo. El lector puede reconocer que los personajes son uruguayos, que los topónimos (nombres propios de lugares) dan indicios de la ubicación
geográfica del cuento.
Pero es muy probable que los receptores del texto desconozcan una buena parte del mundo representado en el relato, seres humanos que habitan ranchos de adobe y que usan para iluminarse y cocinar el fuego.  Porque Uruguay, en la primera mitad del siglo XX, se modernizó y urbanizó con velocidad. Y se olvidó u ocultó un aspecto de su identidad. La vida del hombre y la mujer de campo permaneció en las sombras en el discurso público. Son tiempos en que han llegado gran cantidad de inmigrantes europeos empujados por las hambrunas y guerras, y Uruguay se ve a sí mismo y  ante los otros como "la Suiza de América".

El título

"El hombre pálido" se trata de un título epónimo, dado que menciona un personaje, que es central en la historia. Pero no lo llama por su nombre propio, que desconoceremos durante todo el cuento, sino por una grafopeya que llama la atención: la palidez de su rostro. Más adelante, otra grafopeya  va a contrastar con ese detalle de la piel del personaje. Tiene la barba negrísima, los ojos negros, el poncho y el sombrero negros. Desde el título se envuelve al personaje en una imagen de misterio.
La palidez puede ser resultado de su etnia (en ese mundo mestizo habitado alguna vez por guaraníes hay personas que aún tienen el rostro de un español o un portugués), o puede estar pálido por su estado de ánimo, apagado, introvertido, un hombre que no parece conectar con los demás.

Estructura y narrador

Es importante en el relato la larga introducción que realiza el narrador  sobre la naturaleza: primero  sobre el tiempo (tanto cronológico como en su sinónimo de estado climático), como del espacio, el campo inmenso donde solo se divisan vacas, árboles y  un rancho aislado.
El marco del cuento es un atardecer de tormenta, de diluvio. El narrador describe las actitudes de los animales ante la borrasca. Los pajaritos se refugian en sus nidos, las vacas (hacienda), dan sus
ancas al viento y la lluvia. Toda la naturaleza intenta protegerse de la tormenta. La oscuridad es creciente. El narrador habla en tercera persona, es externo, y por el momento objetivo, pero utiliza el lenguaje de los personajes, el español del Uruguay rural, coloquial, afectivo. Esto se ve en el uso del diminutivo.
Más adelante, el narrador pondrá el foco de la narración en los personajes, en primer lugar, cuando el hombre pálido recorre a Elvira con su mirada, y en segundo lugar, cuando Elvira en la oscuridad el dormitorio escucha los sonidos que vienen de la cocina y deduce que el hombre pálido ha salido en mitad de la noche y la lluvia, y que por lo tanto es un mentiroso. Pero no lo sabe absolutamente todo, no parece
un narrador omnisciente, sino que la historia se va descubriendo a medida que avanza: podría ser un narrador equisciente. (¿Sabe el narrador  lo mismo que el lector, sabe lo mismo que los personajes?)

Presentación



En la PRESENTACIÓN  de la historia, luego de la mención detallada del entorno rural se dan a conocer los personajes. Son pocos, como en cualquier cuento. El hombre pálido, que es protagonista de la acción, llega al rancho de Tiburcio (el padre, que al no aparecer en el cuento es un personaje silueta). Allí se encuentra con Carmen, la madre vieja, que le ofrece hospedaje, y  con Elvira, la hija de Carmen y de Tiburcio, una muchacha de pocas palabras muy obediente de sus padres y de las reglas del respeto y el decoro. Carmen, aunque es la que más habla porque es la que curiosea sobre el forastero y le ofrece pasar la noche en su casa, dada la tradición, es un personaje secundario.

La coprotagonista del cuento es Elvira. Con su belleza, sus trenzas, sus curvas, su dulzura ( se la compara con una torcaza, con el plumón de un pichón) , parece ejercer un poder inexplicable sobre aquel hombre. Aún algo tan sencillo como pasar un mate, se convierte en un momento de extrema tensión entre ambos.
La información de los personajes surge a través de las palabras del narrador y de los DIÁLOGOS.
Pero el narrador observa el cambio que se va produciendo en las personajes, y detecta que al hombre los ojos le brillan “como chispas”. A través del estilo indirecto, el narrador cuenta qué es lo que siente el hombre pálido al mirar a Elvira.
Y de pronto empieza la complicación. Algo nuevo e inesperado. Algo de Elvira le hace poner älitas de ángel” a las “malas pasiones” de aquel hombre.

Complicación



Desde el momento en que ese hombre rudo siente que le tiembla la mano al recibir el mate que le ofrece Elvira el lector empieza a presentir que algo va a cambiar en él.

Y en efecto, algo inesperado sucede.
El hombre se echa a dormir luego que las mujeres se meten en el cuarto. Pero, arrebujado con el perro León, del cual se ha hecho amigo, y entre las mantas o cacharpas, el narrador insinúa que el hombre en verdad no duerme.
Lo que en realidad sucede lo sabemos a través de la conciencia de Elvira, que, del otro lado de la puerta del dormitorio, sentada en la cama, en medio de la total oscuridad, escucha claramente ruidos y siente frío: sus sentidos le indican que el hombre pálido salió de la cocina hacia el patio en mitad del diluvio.
Elvira se aterroriza, y no es para menos.

Desenlace 



El desenlace es totalmente inesperado, para el lector, pero sobre todo lo será al día siguiente para Elvira, cuando concurra a la manguera (el pozo) a buscar agua.
Allí habrá quedado el cuerpo de un hombre que solo conocemos cuando el cuento ya está casi finalizando.
Se trata del compinche del hombre pálido. A esa altura ni el lector ni Elvira lo dudan: el hombre pálido ha mentido, no va a trabajar “pa’la estancia de Molina”, sino que es un ladrón, un asesino y quizás un violador.
Pero esa noche el amigo del hombre pálido, un negro que lo está esperando en mitad del aguacero,  no espera lo que va a suceder.
Ante sus primeras palabras "¿Están las mujeres solas?", es claro que tenían un plan para asaltar el rancho de Tiburcio.
Pero el diálogo entre los viejos compinches nos trae una sorpresa. El hombre pálido no quiere “hacerlo”. Hoy no, dice, y menos aquí. ¿Qué es lo que no quiere hacer? No lo explica el narrador, pero sí el otro personaje, quien a través de un lenguaje metafórico y divertido hace alusión a todos los muertos que el otro carga sobre sí.
Pero el hombre pálido ha decidido que esa noche no va a actuar como hasta ahora. Y ante el enojo del negro, solo queda el duelo. Un típico duelo criollo, con el poncho en el brazo enrollado como escudo y las dagas esperando abrir el vientre hasta el tórax.
El que vence es el hombre pálido, quien no tiene piedad de su amigo, a quien insulta y destripa.
Luego se va, como si no hubiera acontecido nada grave. Parece un hombre impasible.
Solo Elvira, con sus grandes ojos tristes, parece haberlo conmovido, parece haberle hecho entender que quizás otra vida es posible, con otros sentimientos.
De todas formas, en este final cerrado, el hombre pálido perdona la vida de Elvira y su madre pero es implacable con su ex compañero, que muere con una muerte terrible, llamando a su madre, desamparado y traicionado en medio de la lluvia.

lunes, 23 de abril de 2018

LA GALLINA DEGOLLADA, de Horacio Quiroga





Análisis de "La gallina degollada"


Temas. Un cuento con amor, con locura y con muerte

Es uno de los cuentos de terror más famosos de este escritor uruguayo quien, como él mismo nos dice en “El Decálogo del Perfecto Cuentista”, sintió en Edgar Allan Poe a su maestro.
Como dicho escritor norteamericano, maneja el miedo dentro de la propia familia. Los hermanos siniestros, los matrimonios mal avenidos, son un terreno propicio para inventar historias fantásticas pero a la vez muy humanas en donde se expone la fragilidad de la vida, el espanto  que produce la enfermedad, lo imprevisible, la familia como espacio de protección y a la vez de posibilidades de abusos y destrucción.
Se dice que aquí también, como en “El almohadón de pluma”, hay un aire de historia de vampiros. En el mencionado cuento el monstruo dentro del almohadón succiona toda la sangre de la pobre Alicia. Es posible ver en el terrible ser que hay dentro de la almohada un doble del alma del Jordán, el marido, un hombre implacable y frío, incapaz de amar a Alicia.
En “La gallina degollada” los personajes principales son los cuatro hermanos “bestiales”.
Desde un primer momento, se sugiere que adoran la sangre. En efecto, el color de los ladrillos es semejante al de la sangre, y cuando sobreviene el ocaso, los hermanos se excitan porque el cielo campestre se tiñe de rojo. Y la palabra “rojo” es la única que a lo largo del cuento parecen balbucear…
Cuando la sirvienta con lentitud y destreza degüella y desangra la gallina los hermanos la observan fascinados: aterran a la trabajadora que se sorprende viéndolos de pronto allí. Los niños tenían prohibido acercarse a la cocina. ¿Qué los atrajo? Acaso el olor de la sangre.
Y es un “mar de sangre” lo que logran producir al final cuando se cumple su tan anhelado deseo.

El narrador



El narrador que utiliza Horacio Quiroga es una voz omnisciente: conoce todo, pasado y presente de los personajes, e insinúa muy sutilmente su futuro. Habla en tercera persona sin demostrar cariño o empatía por los personajes. Es un narrador externo. Los cuatro hermanos varones parecen inspirarle horror, e intenta transmitir esta impresión a través de largas descripciones sobre su aspecto y modo de ser, con grafopeyas y etopeyas respectivamente.
En el consejo VII del “Decálogo del perfecto cuentista”, Quiroga recomendaba a los futuros narradores “No adjetives sin necesidad”.
Sin embargo, para explicar cómo son los cuatro “idiotas”, el narrador utiliza numerosos adjetivos. Por ejemplo, dice que cuando cae el sol y el cielo se pone rojo sienten alegría “bestial” y cuando se les cae la baba su saliva es “glutinosa”, es decir, espesa.
Se busca así inspirar repugnancia por esos niños, para que el lector se olvide que ellos son víctimas de una horrible enfermedad, y están sometidos al abandono de sus padres y al maltrato de la sirvienta.
El narrador omnisciente conoce el final, aunque no lo dice para crear suspense en el lector. Pero da una pista sobre lo que puede suceder, porque insiste en que dentro de su idiotez los hermanos tienen cierto don “imitativo”. Y en efecto, parecen repetir punto por punto lo que hizo la sirvienta con la gallina en la propia hermanita.
Los otros personajes no le inspiran tampoco piedad al narrador: Berta y Mazzini son presentados como personajes bastante ruines.

La estructura



Como toda narración, este cuento tiene tres momentos: una presentación, una complicación y un desenlace.
La presentación de “La gallina degollada” es mucho más larga que una habitual presentación de un cuento de Quiroga. ¿Por qué? En primer lugar porque este cuento tiene unos cuantos personajes. Siete principales, (la familia), dos secundarios ( el médico y la sirvienta) y dos siluetas ( el abuelo maldito sifilítico, que transmitió taras a su descendencia, y las vecinas, que con su charla distraen a los padres y descuidan a Bertita.)


Presentación

El narrador tiene que presentar a cada uno de ellos: los cuatro idiotas, el matrimonio Berta-Mazzini y la niña, Bertita, son la familia. Todos actúan, todos pueden ser considerados principales (aunque los idiotas serían los que llevan adelante la acción, y los padres serían los antagonistas que los rechazan y les impiden el contacto con su objeto deseado, Bertita…) Ellos intentan cumplir su propósito hasta que lo consiguen.
Bertita es la gran víctima, que se anticipa en el título simbólico: la gallina degollada.
Pero la presentación no es lineal. Una vez usados varios párrafos para describir los idiotas, el narrador realiza una analepsis o flashback donde cuenta los orígenes de tal horrible situación.
Los cuatro hermanos monstruosos no fueron siempre así. Y lentamente el narrador pone al tanto al lector de cómo vinieron al mundo, cómo se enfermaron y cómo la situación desquició a sus padres como individuos y como pareja.
La presentación culmina con la llegada de la hermosa e inteligente Bertita, que completa el cuadro familiar.


Complicación.




Normalmente es un hecho inesperado que cambia radicalmente la vida de los personajes. La hallamos en este cuento cuando una mañana la madre tuberculosa, luego de su primer vómito de sangre, desea salir a pasear todo el día con su marido y su hija amada. Entonces le pide a la sirvienta que cocine, y que mate una gallina.
Es este un hecho cotidiano, pero que se convierte en terrible cuando la sirvienta se da cuenta que el procedimiento de degollar y colgar la gallina es un espectáculo para los idiotas, que se han colado hasta la cocina prohibida.
El impacto que genera en la madre y la sirvienta nos sugiere la importancia de este hecho: es entonces cuando comienza a inquietar al lector el título del cuento.


Desenlace




Empieza a presentirse un cambio de situación. La familia sale de paseo, la sirvienta se va a Buenos Aires.
Hubo una ruptura en el espacio: la casa como lugar donde suceden los hechos terribles por unas horas queda solo habitada por los idiotas.
Cuando vuelve el matrimonio con la nena al caer la tarde, la niña por primera vez se escapa de la sobreprotección de sus padres para ser libre y  entra sola a la casa.
Una vez en el patio, la nena con ensayo y error aprende a saltar el cerco que le limita el mundo. Pero  los idiotas, que han pasado el día allí, la observan y el cuerpo, y sobre todo, la garganta de Bertita se les ofrece como un espectáculo.
El narrador empieza a contar cómo agarran a su hermana, la hacen suya y sugiere que le retuercen el cuello como vieron que la sirvienta se lo hacía a la gallina, dado que por una comparación se indica que le apartan los bucles como si estos fueran “plumas”.
El narrador cambia de escena abruptamente: vuelve el foco hacia los padres que se encuentran conversando con las vecinas. El padre es quien al final descubre la verdad: la niña no contesta… Y al entrar a la cocina ve el horror, que no se describe sino que se sugiere.
La metáfora “un mar de sangre” brinda al lector toda la información necesaria para que imagine lo sucedido. Los idiotas han degollado a su hermana, quien seguramente está colgada como la gallina en la cocina.
No sabemos si además la han cortado en trozos para comerla.
Lo único que insinúa el narrador es que al llegar la madre a pesar de los intentos del padre para que no viera aquel horror, la imagen produce un colapso en la madre, quien cae en los brazos de su marido con un “un ronco suspiro”. Tal vez ha muerto.
Es un final cerrado, pues se cumple el asesinato y la irrupción de la sangre tal como se venía anticipando.
Los idiotas sacian su sed de sangre.