domingo, 5 de noviembre de 2017

MACBETH, de Shakespeare



Imágenes de representaciones teatrales de Macbeth


Macbeth  es una tragedia

Las convenciones literarias  clasifican el género dramático en : tragedias, comedias y tragicomedias. A diferencia de las dos últimas, que culminan en un desenlace feliz y positivo para el protagonista, en la tragedia el final siempre se desencadena junto a muertes o eventos terribles.
El héroe trágico es un personaje que lucha contra su destino. No es un personaje plano o sencillo, en el caso de Macbeth, no es un simple malvado.
La muerte del héroe es algo que se presiente a lo largo de toda la obra y al final, en lugar de simplemente  sentir un alivio por su muerte, se siente lo que Aristóteles llamaba "piedad y horror".
El filósofo griego decía que la tragedia era una representación grave, seria y completa, de cierta extensión, También consideraba que los personajes de la tragedia debían ser conocidos. En el caso de Macbeth, esto se cumple perfectamente. Pues Macbeth fue un rey escocés del siglo XI que efectivamente mató a un rey Duncan.
Shakespeare escribe su obra en el siglo XVII ( se estrenó en 1606) y para componerla se valió de crónicas históricas. Pero no por ello deja de ser poeta. Aristóteles considera que quien escribe una tragedia debe ser un  poeta y debe crear a partir de hechos conocidos acciones grandiosas que lleven al público a compasión.
Un elemento clave en la tragedia es que se cambia de estado: Aristóteles dice que los hechos "deben ser como una revolución, y se debe dar la conversión de sucesos en contrario".
En Macbeth, el mejor guerrero del rey, un hombre fiel a Duncan, admirado por los nobles y por su pueblo, pasa a ser un asesino que  acuchilla al monarca en la cama  cuando este es su huésped, mientras el rey duerme.
Luego que empieza su carrera de asesino ya no puede parar  y mata a todos aquellos que en forma paranoica ve como sus sus enemigos: a su mejor amigo, Banquo, y dado que no logra matar a Macduff, en el que desconfía, mata a toda la familia de este, a su mujer, sus niños, sus criados...
El amor que a Macbeth le suscita su esposa en el comienzo de la obra lo lleva a enviarle una carta donde le comunica inmediatamente los vaticinios de las "hermanas fatídicas", incluso luego se deja seducir por las palabras de ella y cumplir sus malignos deseos.  Pero al final de la obra Lady Macbeth parece no importarle en absoluto a su marido: cuando le comunican su muerte, parece solo que para él fuera inoportuna.
El caso de esta obra es una tragedia extrema: su tema es la AMBICIÓN. Cómo Macbeth con tal de obtener la corona y conservarla es capaz de destruir a su prójimo premeditadamente es un ejemplo de los casos en que en la Humanidad el poder se consigue con el derramamiento de sangre.
Pero al mismo tiempo, la obra muestra a través de varios monólogos el sufrimiento de ese hombre que destruyendo a los otros se destruye a sí mismo. Su conciencia queda atormentada por la sangre que derramó. Siente que la sangre de sus víctimas ha impregnado su piel y nunca más podrá lavarse, ni con todas las aguas del océano.
Asimismo, Lady Macbeth al final de la obra, ya completamente frágil y desquiciada, ve sus propias manos manchadas de sangre, las bellas blancas manos de una noble dama se le aparecen a sus ojos angustiados como rojas, para siempre.
Lo trágico de esta obra de Shakespeare consiste en sumergir al espectador en almas que han elegido el camino del mal pero que siguen perteneciendo a seres humanos con valores, conciencia y remordimientos.
Esta dicotomía entre el bien y el mal los enloquece y los lleva a la destrucción.
La obra nos plantea el dilema de por qué el ser humano es capaz de matar (por querer más poder, fortuna, etc.) sabiendo que lo que hace es de extrema gravedad y con consecuencias catastróficas.
La corona de la culpa es mucho más pesada que una corona de oro.