domingo, 5 de noviembre de 2017

MACBETH, de Shakespeare



Imágenes de representaciones teatrales de Macbeth


Macbeth  es una tragedia

Las convenciones literarias  clasifican el género dramático en : tragedias, comedias y tragicomedias. A diferencia de las dos últimas, que culminan en un desenlace feliz y positivo para el protagonista, en la tragedia el final siempre se desencadena junto a muertes o eventos terribles.
El héroe trágico es un personaje que lucha contra su destino. No es un personaje plano o sencillo, en el caso de Macbeth, no es un simple malvado.
La muerte del héroe es algo que se presiente a lo largo de toda la obra y al final, en lugar de simplemente  sentir un alivio por su muerte, se siente lo que Aristóteles llamaba "piedad y horror".
El filósofo griego decía que la tragedia era una representación grave, seria y completa, de cierta extensión, También consideraba que los personajes de la tragedia debían ser conocidos. En el caso de Macbeth, esto se cumple perfectamente. Pues Macbeth fue un rey escocés del siglo XI que efectivamente mató a un rey Duncan.
Shakespeare escribe su obra en el siglo XVII ( se estrenó en 1606) y para componerla se valió de crónicas históricas. Pero no por ello deja de ser poeta. Aristóteles considera que quien escribe una tragedia debe ser un  poeta y debe crear a partir de hechos conocidos acciones grandiosas que lleven al público a compasión.
Un elemento clave en la tragedia es que se cambia de estado: Aristóteles dice que los hechos "deben ser como una revolución, y se debe dar la conversión de sucesos en contrario".
En Macbeth, el mejor guerrero del rey, un hombre fiel a Duncan, admirado por los nobles y por su pueblo, pasa a ser un asesino que  acuchilla al monarca en la cama  cuando este es su huésped, mientras el rey duerme.
Luego que empieza su carrera de asesino ya no puede parar  y mata a todos aquellos que en forma paranoica ve como sus sus enemigos: a su mejor amigo, Banquo, y dado que no logra matar a Macduff, en el que desconfía, mata a toda la familia de este, a su mujer, sus niños, sus criados...
El amor que a Macbeth le suscita su esposa en el comienzo de la obra lo lleva a enviarle una carta donde le comunica inmediatamente los vaticinios de las "hermanas fatídicas", incluso luego se deja seducir por las palabras de ella y cumplir sus malignos deseos.  Pero al final de la obra Lady Macbeth parece no importarle en absoluto a su marido: cuando le comunican su muerte, parece solo que para él fuera inoportuna.
El caso de esta obra es una tragedia extrema: su tema es la AMBICIÓN. Cómo Macbeth con tal de obtener la corona y conservarla es capaz de destruir a su prójimo premeditadamente es un ejemplo de los casos en que en la Humanidad el poder se consigue con el derramamiento de sangre.
Pero al mismo tiempo, la obra muestra a través de varios monólogos el sufrimiento de ese hombre que destruyendo a los otros se destruye a sí mismo. Su conciencia queda atormentada por la sangre que derramó. Siente que la sangre de sus víctimas ha impregnado su piel y nunca más podrá lavarse, ni con todas las aguas del océano.
Asimismo, Lady Macbeth al final de la obra, ya completamente frágil y desquiciada, ve sus propias manos manchadas de sangre, las bellas blancas manos de una noble dama se le aparecen a sus ojos angustiados como rojas, para siempre.
Lo trágico de esta obra de Shakespeare consiste en sumergir al espectador en almas que han elegido el camino del mal pero que siguen perteneciendo a seres humanos con valores, conciencia y remordimientos.
Esta dicotomía entre el bien y el mal los enloquece y los lleva a la destrucción.
La obra nos plantea el dilema de por qué el ser humano es capaz de matar (por querer más poder, fortuna, etc.) sabiendo que lo que hace es de extrema gravedad y con consecuencias catastróficas.
La corona de la culpa es mucho más pesada que una corona de oro.




lunes, 23 de octubre de 2017

EMMA ZUNZ, de Jorge Luis Borges


JORGE LUIS BORGES (1899-1986)




Sus temas obsesivos




1) La realidad humana está llena de símbolos.
2) Todo acercamiento a la realidad es una hipótesis, una conjetura.
3) Toda realidad es inaprensible: al no poderse conocer, realizamos esquemas para entenderla.
4) Es obligación de los seres humanos plantearse esquemas para entender el universo, aunque sean provisorios.
5) Un instante resume la vida completa de un ser humano. Porque hay un momento en el cual se comprende el propio destino.
6) La realidad se parece demasiado a la literatura, la ficción se parece demasiado a la verdad, hay veces que se superponen y confunden.
7) El laberinto es el símbolo que mejor representa el universo.
8) Todo ser humano es dos seres humanos. Somos uno y lo contrario también. Convivimos con nuestro propio doble.
9) El mundo es percibido como un sueño.
10) La vida es una intrincada concatenación de causas y efectos.
11) Los seres humanos estamos condenados a la memoria, el olvido no es posible.
12) El universo es un sistema de espejos donde todo se reproduce hasta el infinito.
13) La existencia humana tiene mucho de caos, el individuo parece estar perdido en un laberinto.
14) “Un hombre es todos los hombres”: cada ser humano concentra en sí a toda la Humanidad.
15) La vida puede ser entendida como un libro ya escrito y el universo como una biblioteca infinita.


"Emma Zunz", de Borges



Presentación de la historia

El cuento comienza con una fecha precisa: 14 de enero de 1922. Es un día al que a una joven argentina de ascendencia alemana, le cambia la vida para siempre.
Ese día recibe una carta, de alguien que no conoce, proveniente del Brasil. La carta le informa que un hombre – Maier- se ha suicidado. Pero ella sabe muy bien que el muerto no se llamaba así, sino que tenía un nombre muy similar al de ella, Emmanuel Zunz. Era su padre, un prófugo que había cambiado su identidad.
Así se devela, de golpe, la profunda soledad de Emma. Su amado padre estaba escondido en algún lugar fronterizo, como si fuera un delincuente. Luego el narrador nos explica que, su padre, “el último día le había jurado que el ladrón era Loewenthal”.
Con pocos datos, el narrador (omnisciente, externo, que parece conocer muy a fondo la historia), mientras presenta el dolor de Emma ante la muerte de su padre brinda también a través de pocos detalles una relación de tres: el culpable, Aarón Loewenthal (antes gerente y ahora dueño de la fábrica, y verdadero autor del desfalco), la víctima , Emmanuel Zunz, (el cajero acusado de estafa) y ella, Emma, hija de la víctima y subordinada del culpable, pero que se va a erigir en jueza y verdugo: siente el deber de ser la encargada de ejecutar la justicia que los hombres no han sabido impartir.
Así, con un simple papel, con meras palabras, se desencadenan acontecimientos graves. La palabra adquiere una importancia de hecho demostrable. La verdad del padre se convierte en realidad absoluta. Y la muerte del padre deja de ser un suicidio de un hombre deprimido para transformarse en una muerte desencadenada por un ser despreciable, el traidor, Loewenthal, que en la mente de Emma merece ser castigado.
Emma llora la pérdida de su único afecto, pero también elabora un plan. El lector supone que ha decidido acabar con la vida del verdadero culpable del deshonor y muerte de su padre y de tanto dolor para ella.
El narrador va dosificando información sobre Emma, así, a través de los recuerdos del personaje (prolepsis), se indica también que esa chica que está urdiendo un plan siniestro, sin embargo, alguna vez tuvo una infancia feliz, que tuvo una madre, una casa, vacaciones junto al río. Ese pasado se perdió, y el tiempo se ha permutado en un solo instante: la muerte de su padre, como si esto fuera lo único que realmente le había pasado en la vida.
Hasta aquí, el lector puede pensar que la importancia enorme de esta muerte se debe al amor que le había tenido a su padre. Luego, comprenderemos que Borges maneja un sistema implacable de causas y consecuencias, por lo tanto, la muerte de Emmanuel Zunz será el factor determinante que hará que el cuerpo de Emma termine por ser ultrajado y que ella se transforme en una asesina.
Al terminar de proyectar el plan, Emma intenta disimular y comportarse como si nada hubiera sucedido. Es entonces que el cuento muestra la vida cotidiana que Emma ha tenido hasta ahora. Ha sido simplemente una obrera de 18 años, que vive sola en una pensión como tantas chicas inmigrantes en el Buenos Aires de la década del 20. Solo tiene amigas con las que va al cine y al gimnasio y jamás menciona la posibilidad de un novio, porque los hombres le producen terror.
Ese mundo rutinario se va a perder violentamente.
Su plan comienza a ejecutarse. Dice el narrador que Emma “ya era la que sería”. Con ello se siente la idea tan querida a Borges de que en todo ser humano se aúna toda la humanidad. “un hombre es todos los hombres”. La identidad no es una. Una persona puede ser todo lo contrario de lo que cree ser. Emma se va a transformar en otra. Hasta ahora, era una chica tímida, humilde, trabajadora, moralista. Era virgen.
Cuando ejecute el plan va a necesitar ser fuerte, capaz de mentir, de enfrentarse al mundo, de dar su cuerpo en sacrificio, de mentir y de matar.
Para eso necesita un “ayudante”. Lo elige: se fija en el diario y mira qué barco va a zarpar del puerto de Buenos Aires esa misma noche… Un marinero desconocido de ese barco la ayudará, sin saberlo, a cumplir su “objeto deseado”: la venganza





La complicación

El narrador no dice cuál  es el plan de Emma. Este relato, por cierto, tiene mucho de cuento policial, de misterio, género que le gustaba mucho al gran lector Borges.
En principio, a Emma se la muestra disimulando. Intenta que aquel día, el que serviría para su venganza ,(o desde su punto de vista para hacer cumplir la Justicia), parezca igual a todos. Nadie debe sospechar de ella.
Dos elementos aparentemente inconexos aparecen mencionados: uno, la búsqueda en el diario de los nombres de los numerosos barcos que se hallan en el puerto de Buenos Aires. Por fin encuentra uno que zarparía esa misma noche para Malmö, Suecia. Un barco cuyos marineros ya no estarían al día siguiente.
Por otro lado, concierta con Loewenthal un encuentro, supuestamente para delatar a sus compañeras de trabajo, que estaban planificando una huelga.
Entonces sale de su barrio obrero y se dirige al “infame Paseo de Julio”, un lugar de Buenos Aires asociado al trasiego de prostitutas.
Ella, sola, de quien el narrador nos ha dicho que los hombres le inspiran terror, se mete en esos bares de marineros donde se ejerce la prostitución. Deambula y se ve multiplicada por espejos, como si fuera otra. ¿Es que hay varias Emmas?
Emma encuentra a los marineros del barco nórdico, un  buque que ya no estaría al día siguiente. Y finge ser una prostituta más. Dos marineros son señalados por el narrador. Emma elige al más desagradable, para que “la pureza del horror no fuera mitigada.”
Luego el hombre la conduce por pasillos, por pasajes, como si detrás de él Emma estuviera recorriendo un laberinto. Los espacios son enumerados por el narrador con el polisíndeton y.
Cuando llegan a una habitación, la puerta “se cerró”. Es un instante determinante en la vida de Emma.
La joven de 18 años, al fingir que es una prostituta, mantiene una relación sexual que es vivida de modo doloroso y traumática con el desconocido. El momento es atroz, y en lugar de pensar que se trata de un mero  eslabón en la cadena de hechos que constituyen el plan, solo siente el horror. Por su cabeza pasa como un relámpago que su padre le había hecho eso mismo a su madre. Ese es el momento en que su padre empieza a dejar de ser su héroe, la víctima a la que hay que vengar. Es un hombre más. ¿Y si hubiese mentido al despedirse?
Cuando el marinero se va y deja el dinero, ella en repudio por la agresión sexual recibida lo rompe. Pero Emma ha sido criada en la religión y la moral, y a través del estilo indirecto libre el narrador omnisciente sugiere que Emma respeta el pan, el dinero, todo lo que se consigue a través del esfuerzo y el trabajo.
Luego se da prisa por vestirse y salir de allí. A pesar del asco que siente por su cuerpo, su plan debe continuar.
Trata en el tranvía de que nadie mire su rostro. Una culpa la consume, aunque en su plan ella se propone sacrificarse para poder vengar a su padre y restaurar la justicia.
Sin  embargo, el momento que vivió con el marinero la transformó. Ahora la víctima no es solo el suicida: el padre desterrado y perseguido.
Ahora la principal víctima es ella misma, con el cuerpo herido por un ultraje  no deseado, aunque voluntario. En definitiva, es el padre, y la necesidad de vengarlo  y de tener una coartada para su plan, quien ha ocasionado ese horror tan parecido a una violación. El narrador le llama ultraje.
Nada sucede como previó, del todo. El destino es imprevisible.
Ese hecho es la verdadera complicación, y cambia el destino del personaje. Ella seguirá viéndose como una vengadora, pero ya no de su padre, sino de sí misma.





El desenlace

Cuando Emma se dirige al encuentro del antagonista (Aarón Loewenthal), el lector tiene la impresión de que se acerca el desenlace.
Pero antes de contarlo el narrador ofrece un retrato psicológico de quién es el responsable supuesto de tanto dolor en la familia Zunz.
No se dan grafopeyas de él, pero sí etopeyas. Es un hombre solitario, pues vive en los altillos de la fábrica (antes era su gerente y ahora es su propietario). En verdad, desconfía de todos. Guarda un revólver en el cajón del escritorio. ¿Por qué? ¿Acaso teme que alguien quiera matarlo? ¿Es capaz de usar ese revólver? ¿Contra quién?
Vive sin mujer (es viudo, pero su mujer le dejó una cuantiosa herencia), y no tiene hijos. Parece no querer a nadie. Una reja y un perro que no cesa de ladrar muestran cuán inseguro es, se protege a él mismo y a su dinero. El narrador da indicios de que es un gran avaro.
Si abrió la reja y ató el perro, es porque cree que Emma Zunz viene a darle información sobre una huelga de las obreras de la fábrica.
Cuando Emma llega, el plan sigue su curso. La idea de Emma es pedirle a  Loewenthal vaya a buscar un vaso de agua y aprovechar su ausencia para sacarle el revólver del cajón. Luego, hacer el juicio que los seres humanos no supieron hacer. “He vengado la muerte de mi padre”, pensaba decir.
Como si no dudara de que el culpable de la muerte de su padre es Loewenthal, y por lo tanto, su asesino, entonces el "asesino" debe morir sabiendo que no es impune, oyendo antes su sentencia. Emma se cree un instrumento de la justicia de Dios y quiere demostrarle al hombre que odia que, tarde o temprano, la justicia llega.
Pero ante Aarón Loewnthal se le desbarata el plan. Casi olvida al padre. Necesita matar al hombre por el cual se dejó violar por el marinero. Qué importa que estuviera buscando una coartada. Loewenthal es el origen de la catástrofe que vivió el cuerpo de Emma. Se asiste a la aparición de un tema dilecto de Borges: las culpas se transmiten,  una culpa es causa y otra la consecuencia, se salta de una a otra.
Es tal la urgencia de Emma  por matar al "traidor" que dispara sin hacer el juicio que se proponía.  Cuando pronuncia las palabras meditadas... Aarón ya ha muerto.
Luego llega un final ¿cerrado o abierto? En este el narrador explica cómo Emma realiza una llamada telefónica y acusa a Loewenthal de haberla violado, por lo tanto se sugiere  que lo ha matado en defensa propia. "La historia era increíble, pero se impuso a todos porque sustancialmente era cierta", dice el narrador. Se supone que en 1922 el médico forense pudo constatar la violación.
Esa llamada dirigida a la policía se creyó, parece transmitir el narrador. Es que Emma está diciendo de alguna manera la verdad. Ha sido ultrajada, ella es una víctima, el gran culpable es Loewenthal.
Pero hay otra verdad: se ha convertido en una asesina. Y ha violado el gran mandamiento: “No matarás” y también “No levantarás falso testimonio.”
Se convierte así en la culpable absoluta del cuento.






domingo, 22 de octubre de 2017

RECURSOS POÉTICOS en Pablo Neruda




ANTITESIS: dos elementos opuestos que aparecen asociados
Déjame que te hable también con tu silencio

COMPARACION-  Recurso literario que asocia por semejanza un elemento real y otro imaginario mediante un nexo.
“Eres como la noche, callada y constelada”

PERSONIFICACION- Dar características humanas a un elemento, objeto o a un animal.
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres

DESCRIPCIÓN- Mostrar las características de un personaje, un paisaje o un objeto a través de palabras.

ENUMERACION- Serie de elementos que tienen algo en común y que el narrador utiliza uno a continuación de otro.

METAFORA: Imagen que sustituye un elemento real, porque ambos guardan un parecido entre sí.
“Mariposa de sueño”

YO LÍRICO: voz que habla en el poema.

ESTROFAS: Grupo de versos que se distinguen a lo largo de un poema separados por un espacio en blanco o pausa.

CESURA: Pausa que un verso tiene en el medio representada por una coma.
corría simplemente, como sangre de niños

HEMISTIQUIO: Cada una de las mitades  en que queda dividido un verso por la cesura.
Claro como una lámpara, simple como un anillo

PARALELISMO: Dos versos tienen la misma estructura y transmiten la misma idea uno a continuación del otro.
 parece que los ojos se te hubieran volado
  y parece que un beso te cerrara la boca

RIMA: Coincidencia de sonidos a partir de la última vocal acentuada al final de dos versos diferentes.

MÉTRICA: Número predeterminado de sílabas que tienen todos o algunos versos de un poema.

POLISÍNDETON: Repetición de la conjunción “y” en lugar del uso de la coma para dar efecto de acumulación.
Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras

ANÁFORA: Repetición de la misma palabra a comienzo de distintos versos.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo

VOCATIVO: Invocación o llamado que se hace a comienzos de un verbo a alguien que escuchará el poema.
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,

miércoles, 11 de octubre de 2017

EXPLICO ALGUNAS COSAS, de Pablo Neruda

                                               "Guernika", de Pablo Picasso, 1937


Explico algunas cosas


Preguntaréis: y dónde están las lilas?
Y la metafísica cubierta de amapolas?
Y la lluvia que a menudo golpeaba
sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?

Os voy a contar todo lo que me pasa.

Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.

Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
                                      Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios: era
una bella casa
con perros y chiquillos.
                                                        Raúl, te acuerdas?
Te acuerdas, Rafael?
                               Federico, te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
                                                   Hermano, hermano!
Todo
eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llegaba a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaba las calles,
metros, litros, esencia
aguda de la vida,
                        pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.

Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.

Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!

Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!

Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.

Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?

Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles



Neruda frente a la Guerra Civil Española

La protesta del testigo


El yo lírico se dirige en este poema a varios interlocutores. Al inicio y al final, las estrofas interpelan a los lectores. El inicial “Preguntaréis”, supone el yo lírico. Es un yo lírico que se acerca mucho al autor. Parece que estuviera hablando el propio Neruda.
Como poeta consagrado, sabe que lo que escribe tiene incidencia en la sociedad. Pero también es  consciente de la ruptura que su poesía nueva implica con respecto a sus anteriores poemas que lo encumbraron en la fama, como por ejemplo, Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Ante la irrupción del fascismo en su vida y en la del mundo, el yo lírico ya no puede hablar del amor de pareja (representado en las lilas y amapolas), ni del amor a su tierra (representada en los volcanes).
Usa una sola estrofa, constituida por un único verso, donde explicita el origen de su escritura: “Os voy a contar todo lo que me pasa”.
Más adelante los interlocutores van a cambiar. Mientras explica a los lectores su pasado reciente de paz, donde vivía en una ciudad llena de armonía como el Madrid democrático y republicano, de pronto parece recordar sus grandes amigos con los que compartió esa maravillosa experiencia, la fuerza cultural de la España de la década 20 y 30. Así, aparecen las figuras de Rafael (por el poeta Rafael Alberti) y Federico, (por Federico García Lorca, asesinado en agosto de 1936), que parece oírlo bajo tierra mientras sobre su cuerpo desaparecido crecen flores.
Y tras este paréntesis lleno de ternura, con preguntas retóricas que evocan un pasado perdido (anterior al golpe de estado militar liderado por Franco), la descripción del mundo en paz continúa.
Pero el poema parece quebrarse con el verso “Y  una mañana todo estaba ardiendo”. A partir de allí, las imágenes describen con enorme crudeza la destrucción de un bombardeo.
El yo lírico sabe quién es el responsable de tanta violencia y tanta sangre derramada. Se trata de los militares golpistas (“Generales / traidores”), que se alzaron contra la flamante República Española del Frente Popular, un golpe militar que apoyaron logísticamente Hitler y Mussolini.
A esos asesinos también interpela el poeta, y casi al final del texto promete que la vida y la Historia se vengarán y los liquidarán, que triunfará la democracia.
Lamentablemente, en España ello no sucedió y tras el triunfo de Franco se sucedieron cuarenta años de una durísima dictadura.
El poema fue inspirado por el horror que sintió Neruda ante la ruptura del orden que había elegido del pueblo, por la acción destructiva de fuerzas políticas que masacraban la vida que él amó.


LA ESTRUCTURA EXTERNA DEL POEMA PARECE CAÓTICA, LOS VERSOS NO TIENEN MÉTRICA NI RIMA Y LAS ESTROFAS TIENEN DISTINTA CANTIDAD DE VERSOS.
PERO EL POEMA TIENE RITMO, BRINDADO POR LAS REPETICIONES, LAS ANÁFORAS, LOS PARALELISMOS.
EN CAMBIO  EN SU ESTRUCTURA INTERNA SE VE CLARAMENTE DOS MOMENTOS ANTITÉTICOS: LA BELLEZA DE LA PAZ Y EL HORROR DE LA GUERRA.


Análisis de “Explico algunas cosas”

La vida en la paz





Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.

El pretérito imperfecto “vivía” sugiere un periodo prolongado, un tiempo del recuerdo, un tiempo que parecía que nunca fuera a terminar. Es el tiempo de la felicidad. De la paz. El yo lírico, que en este caso comparte elementos de la autobiografía de Neruda, que vivió allí antes de la Guerra Civil Española: describe una ciudad llena de vida, donde resuena el nombre “Madrid”.  Para  explicarla  da una imagen visual y auditiva: es una ciudad llena de campanarios, de torres, que marcan con su bello sonido el paso del tiempo, pero también la armonía entre la cultura centenaria de la ciudad y los viejos árboles que han crecido adornando sus calles.

Desde allí se veía
 el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.

A su vez la ciudad estaba enmarcada en una región antiquísima, donde se cultivó el trigo, el viñedo y el olivo durante siglos y siglos. Castilla es una tierra árida, una extensa llanura marrón que sin embargo sus trabajadores han sabido labrar  y hacer producir su delicioso aceite.
Se utiliza un metáfora y una personificación para explicar ese paisaje peculiar que se ve desde la ventana, y una comparación muy sorpresiva: “como un océano de cuero”.

Mi casa era llamada la casa de las flores,
porque por todas partes estallaban geranios:
era una bella casa con perros y chiquillos.

 Los versos van de lo general a lo particular y el yo lírico también describe la casa donde fue feliz, una casa llena de flores coloridas en los balcones, característicos de Madrid. El “estallaban geranios” da una imagen de vida rebosante que se completa con los sonidos de los perros y los niños.
El poema interrumpe la descripción de los lugares amados perdidos para entrar en un coloquio íntimo con seres a los que llama a través de sus nombres propios, los amigos del poeta que compartieron la felicidad de vivir en el Madrid de los años previos a la guerra. Llama la atención que nombre especialmente a Federico, refiriéndose evidentemente a Federico García Lorca, asesinado en los primeros días de la guerra civil. Su cuerpo es imaginado por el yo lírico en una fosa desconocida pero saliéndole flores por la boca. Los amigos del poeta, perdidos por el caos de la guerra, aún dialogan con él porque viven en su memoria. Las preguntas son retóricas , no esperan respuesta. En un momento la emoción lo interrumpe y llama a su amigo “Hermano, hermano”.

 Todo
eran grandes voces,  sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles
con su estatua como un tintero pálido entre las merluzas:
 el aceite llegaba a las cucharas,
 un profundo latido
 de pies y manos llenaba las calles,
 metros, litros, esencia aguda de la vida,
pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.


La enumeración, la mención de elementos de una misma serie, sigue siendo el recurso dominante del poema. Cada verso describe una imagen imborrable del barrio en donde vivió, Argüelles, que se caracteriza por sus mercados, mercados típicos españoles redondos, techados, que ocupan una manzana.
El poema se transforma en una serie de sensaciones como si el poeta estuviera allí recorriendo un mercado, asaltado por imágenes sensoriales de la belleza de los productos alimenticios de la tierra española, mucha comida que a partir de la guerra escaseará y hará morir de hambre a la población de Madrid.
La comida representa también el trabajo, la producción, la habilidad de los campesinos, que solo es posible crear en la paz. También una comparación luce en la enumeración: se trata de la estatua del poeta Quevedo, que aunque no es mencionado, su estatua aparece erguida, negra de bronce, como un tintero, en medio del colorido de los alimentos.
Se destacan ingeniosas metáforas: “ delirante marfil fino de las patatas” (por el color de las papas), e hipérboles (tomates repetidos hasta el mar).

Todo ello va a tener un terrible final:  el comienzo de la guerra, de los bombardeos y de la sangre.




Irrupción de la guerra


El mundo de paz, armonía y concordia entre la sociedad y la naturaleza descrito en la primera parte del poema tiene un momento en que se pierde por completo. El yo lírico lo identifica: “una mañana”. Es el primer bombardeo que sufre en Madrid, luego del golpe de estado realizado por Franco y las fuerzas fascistas el 18 de julio de 1936.
Para explicar el horror de las bombas primero realiza una enumeración y luego resume la destrucción en el símbolo del fuego.

Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces, 
y desde entonces sangre.


Esa destrucción tiene un responsable. Tiene nombre y apellido. Neruda explicita su indignación contra los militares fascistas que dieron el golpe de estado y atacaron a la República Española.

Los define como delincuente, porque son ellos los que violentan la ley. Para ello usan armas de última generación, los aviones prestados por su cómplice Hitler, y para atacar al pueblo español necesitan pagar mercenarios de otros pueblos (los moros, que se enrolaron en las filas de Franco).
A su vez, estos asesinos atacan la democracia y la República para defender los intereses de los poderosos de siempre en España: una aristocracia ridícula, obsoleta (representada en las joyas, las sortijas) y la iglesia católica, muy conservadora, representada en esos frailes negros a quienes no les importó ver morir inocentes en una actitud cínica e hipócrita.

Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas, 
bandidos con frailes negros bendiciendo 
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños 
corría simplemente, como sangre de niños.






El símbolo de la sangre se hace omnipresente, como sacrificio de víctimas que no debían morir, especialmente los niños, que son el futuro de la República.

Entonces el yo lírico se llena de furia y acusa y sentencia a los responsables de tal masacre.
Los insulta asociándolos a seres despreciables, malignos. Y que serían rechazados entre seres de su propia especie inclusive.
Se produce una enumeración caótica, violenta, de metáforas que muestran a los militares de Franco como la peor escoria.

Chacales que el chacal rechazaría, 
piedras que el cardo seco mordería escupiendo, 
víboras que las víboras odiaran!

No obstante,  pese a la vileza de Franco y sus secuaces a través de una metáfora explica la rebelión popular con que obreros, campesinos y civiles intentaron detener el golpe militar defendiendo la democracia con todo tipo de armas. España unida, para el yo lírico, renace con valentía y hace frente (“he visto levantarse”), a la traición militar.
Es el comienzo de la heroica gesta del pueblo español que intentaría preservar la República y que tras tres años de lucha sería derrotada en 1939.

Frente a vosotros he visto la sangre 
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola 
de orgullo y de cuchillos!

Generales

traidores:
mirad mi casa muerta, 
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo 
en vez de flores, 
pero de cada hueco de España 
sale España, 
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos, 
pero de cada crimen nacen balas 
que os hallarán un día el sitio 
del corazón.

El poema finaliza muy cerca de cómo comenzó. Nuevamente se dirige a los lectores para moverlos de su pasividad, para que entiendan que su poesía cambió definitivamente de temática (de una poesía amorosa que alaba la naturaleza pasa a ser una poesía comprometida, política) y termina con una exhortación a que todo el mundo defienda y se comprometa con la democracia de la joven República española.

Preguntaréis por qué su poesía 
no nos habla del sueño, de las hojas, 
de los grandes volcanes de su país natal?

Venid a ver la sangre por las calles,

venid a ver
la sangre por las calles, 
venid a ver la sangre 
por las calles

domingo, 3 de septiembre de 2017

POEMA XV, de Pablo Neruda




Poema XV del libro
Veinte poemas de amor y una canción desesperada



Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


Aspectos formales

Es un poema que, si bien anticipa características de la poesía de Vanguardia que se impondrán en el siglo XX, todavía tiene elementos que lo emparentan a formas más tradicionales del hacer poético.
Por ejemplo, utiliza la ESTROFA. A menudo los poemas para marcar el ritmo y la musicalidad agrupan los versos en conjuntos homogéneos (con la misma cantidad de versos), y pautan un silencio o pausa entre cada uno de esos grupos, llamados estrofas.
Las estrofas también tienen generalmente una propia identidad en relación a las otras.
Este poema tiene cinco estrofas y cada una consta de CUATRO VERSOS.

Pero... ¿tiene métrica? LA MÉTRICA ES UN RECURSO QUE UTILIZA LA POESÍA PARA BRINDAR MUSICALIDAD AL TEXTO Y CONSISTE EN ESTABLECER POR ANTICIPADO EL NÚMERO DE SÍLABAS DE CADA VERSO.
Los antiguos romances españoles de la Edad Media, tenían ocho sílabas por verso y este se llamaba octosílabo.
Los sonetos que escribía Delmira Agustini tenían a menudo once sílabas por verso, los versos de once sílabas se denominan "ëndecasílabos".

Pero los poetas contemporáneos empiezan a resistirse a las normas. En este poema Pablo Neruda si bien le da a cada verso un número similar de sílabas, la métrica no es siempre estable.

ME-GUS-TAS-CUAN-DO-CA-LLAS-POR-QUEES-TAS-
1       2       3        4         5     6      7        8          9         10
CO-MOAU-SEN-TE
11      12      13     14


Este verso en concreto  tiene catorce sílabas, y se llama alejandrino. Pero no significa que el resto de los versos tengan exactamente catorce sílabas.
Se aprecian en este verso dos sinalefas: cuando una palabra termina en vocal y la siguiente también empieza en vocal las sílabas parecen fusionarse y cuentan como una sola.

"porque estás como ausente" suena como "por-quees-tás co- comau-sen-te"

Pero observemos la métrica en este verso:

Y-TE-PA-RE-CES-A-LA-PA-LA-BRA-ME-LAN-CO-LÍ-A

Tiene quince sílabas. El alejandrino no es absoluto.


Rima

Es un poema con rima, aunque luego cuando Neruda sea un poeta plenamente de vanguardia desechará la rima en muchos poemas sustituyéndola por repeticiones, exclamaciones y otros recursos del ritmo.
La rima es la coincidencia de sonidos al final de dos o más versos. Esa coincidencia se cuenta a partir de la última sílaba tónica, es decir A  PARTIR DE LA ÚLTIMA VOCAL ACENTUADA DEL VERSO.
La coincidencia puede ser total (entonces se usan las mismas consonantes y vocales al final de cada verso) o parcial (entonces solo coinciden las vocales).
En el primer caso se trata de rima CONSONANTE, y en el segundo de rima ASONANTE.

En este poema Neruda usa rima consonante en los versos pares de cada estrofa, (el segundo y el cuarto), pero no es una rima estable, la va cambiando en cada una de ellas.

Primera estrofa:  boca- toca

Última estrofa: muerto- cierto

Análisis de las primeras estrofas del Poema XV


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

La voz que habla en el poema, el yo lírico, es quien se dirige a un otro, un tú, que no es exactamente el lector, sino un personaje a quien se describe a lo largo de todo el texto. Este personaje puede identificarse con la “amada”, la segunda persona de tantos poemas de amor.
Aunque el amor es un gran tema en este texto, no se infiere exactamente que sea un amor correspondido, y quizás ese sea el conflicto que se adivina.
Ella parece estar fuera del alcance del yo lírico, “ausente”, percepción que aumenta con el “mi voz no te toca”, como si ella estuviera en otro espacio, “desde lejos”.
Esa distancia simbólica entre el amante y la amada puede representar la mera diferencia entre todos los seres humanos (no hay una persona idéntica a otra),
o quizás la diferencia entre el hombre y la mujer, a quienes la cultura occidental ha moldeado como construcciones distintas, o la distancia que existe entre el que ama (el amante) y el que es amado.
La amada parece inaccesible y por eso a pesar de estar junto al yo lírico es una presencia que se evade y su identidad se desdibuja.
Eso se advierte a través de las comparaciones de los versos tres y cuatro del primer cuarteto, referidas a los ojos y a la boca. Los ojos han volado (como pájaros), la boca se ha cerrado (como en un beso perpetuo). No es posible para el yo lírico cruzar la mirada con ella, y menos hablar.
Hay una antítesis clara entre el amante que habla, que observa, que comenta, y ella, la amada, quien parece desaparecer, silenciosa.
Sin embargo, esto no genera frustración en el yo lírico, quien está cada vez más enamorado de esa mujer misteriosa e inasible.


Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.


En la segunda estrofa el yo lírico se presenta a sí mismo. Es un hombre con una profunda vida espiritual, a tal punto que siente que hay una correspondencia perfecta entre su alma y el mundo.
Por eso la hipérbole: “todas las cosas están llenas de mi alma”. Pero el amor por ella ocupa su espíritu por completo. El yo lírico sustituye al mundo de las cosas por la extraña presencia femenina que pese a su misterio y fuga siempre parece estar ahí, junto a él, en una comunión de almas que asombra al yo lírico y lo lleva a buscar metáforas que expliquen esa situación tan bella y peculiar.
La metáfora “mariposa de sueño” asocia a la amada con uno de los seres más sutiles de la naturaleza, las mariposas, símbolo habitual de belleza, libertad, renovación (por su asociación a la primavera y al color y a la vida), pero además asocia este frágil ser al sueño, como si esa existencia de la amada fuera tan sutil que podría ser imaginaria. Una vez más, eligiendo al símbolo de la mariposa, hay una alusión al vuelo.
Sin embargo el yo lírico insiste en la comunión entre las almas del amante y la amada, y usa para eso la simple comparación “te pareces a mi alma”. Mediante un paralelismo también compara la identidad de la amada con la “palabra melancolía”.
Aquí se observa la típica libertad imaginativa del poeta de vanguardia que ya es en estos versos Pablo Neruda.
Realiza una comparación bastante innovadora. Compara un ser humano, la amada, con una palabra. Las palabras tienen sentido y sonido. La palabra melancolía tiene un sentido misterioso, difícil de identificar, pues no es exactamente tristeza, y tiene un sonido largo y melodioso.
Todos los atributos de la amada sugieren misterio, silencio, intimidad y eso parece ser lo que más atrae al yo lírico, quien expresa por medio de la anáfora “Me gusta cuando callas” cuánto le atrae esa mujer inusual, que no habla y se mantiene en su propio mundo de ensoñación.
EN POESÍA TODA REPETICIÓN ES SIGNIFICATIVA.
La anáfora “Me gusta cuando callas” articula la totalidad del poema, pues se repite al comienzo de las estrofas 1, 3 y 5.



Tercera, cuarta y quinta estrofa

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Esta estrofa reafirma lo que el yo lírico expresó en las dos anteriores. Continúan las repeticiones, las anáforas, los polisíndeton de "y". Hay una sustitución de la palabra "ausente"del primer verso por "como distante". Tal vez el intento de acercamiento del yo lírico esté dando sus frutos y lentamente él parece acercarse a ella.
El poema insiste en quebrar los versos en dos partes, como si hubiera un respiro, como si el amante se adaptara al silencio de ella. Esta pausa interior de los versos se llama CESURA y las dos mitades en que queda dividido el verso se llama HEMISTIQUIO.
A veces el segundo hemistiquio repite la idea del primero con alguna variante con mayor énfasis>

Y ME OYES DESDE LEJOS, Y MI VOZ NO TE ALCANZA.

En esta tercera estrofa ha habido un cambio; élla escucha brevemente. Del silencio ella pasó a una especie de quejido, a un arrullo. Los sonidos que surgen de la amada la asocian a la fragilidad. Y nuevamente aparece el símbolo de la mariposa unido a alusiones a pájaros, pues solo los pájaros enamorados son capaces de emitir ese "arrullo", nunca una mariposa. Es una metáfora moderna, donde no hay una semejanza lógica con la realidad. "Mariposa en arrullo" es un ejemplo de libertad poética que muestra cómo el joven Neruda ya perfilaba la poesía de vanguardia.
En esta estrofa son muy importantes las cesuras, las pausas y comas que hay en el medio de los versos, que se bifurcan en dos hemistiquios, que repiten el sentido y lo enfatizan.
El "me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza "sustituye a la ausencia total en la que parecía sumida ella al comienzo. Hay cierta conexión entre estos dos seres, aunque la voz del yo lírico no la alcance. Llega entonces la conclusión de la estrofa con una súplica: "déjame que me calle con el silencio tuyo".
Esta sensación del amante de que él también debe callar, de que debe parecerse a ella y compartir su mundo, se impone en la estrofa siguiente:

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Aquí el yo lírico explicita la belleza de la peculiaridad de ella, una mujer muy especial, que está en un mundo muy personal, silenciosa.
El silencio ya no es una carencia sino una virtud. Con dos comparaciones se muestra la perfección de ese silencio "claro como una lámpara", "simple como un anillo". Se asocia a la amada a la noche, al misterio de la noche, que a pesar de su oscuridad deja brillar sus estrellas. Las estrellas son hermosas a pesar de la distancia. El ser humano siempre ha mirado el cielo con fascinación, y ahora el yo lírico compara a la amada con la inmensa noche llena de estrellas.
Con la semimetáfora "tu silencio es de estrella", reafirma esta característica de la amada como una virtud.
Pero en la siguiente estrofa llega la duda. El yo lírico parece vacilar. Porque la amada por momentos parece tan ajena que podría sentirse como falta de vida.
Este miedo a perderla, a que la amada sea siempre un ser inalcanzable e imposible, llena al yo lírico de pensamientos lúgubres asociados a la muerte.
Pero al final la amada es descrita con una sonrisa, como una luz en medio de tanta oscuridad. Y la conexión entre ambos se produce y se festeja con alegría. Ambos están vivos y el amor es posible.
La distancia y el dolor se sustituyen por la palabra y la sonrisa. Hay por fin comunicación entre el yo lírico y la amada, la búsqueda que él inició a lo largo de todo el poema tiene un resultado feliz.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



lunes, 14 de agosto de 2017

LA METAMORFOSIS, de Franz Kafka

Franz Kafka (1883-1924)

¿Por qué Kafka es un pionero de la narrativa contemporánea?



Kafka pertenece al grupo de escritores que son considerados los iniciadores de una nueva novela, de una nueva manera de narrar, surgida a comienzos del siglo XX , que significó una ruptura con la narrativa del siglo XIX.
Las grandes novelas del siglo XIX ( Ana Karenina, de Tolstoi, Oliver Twist, de Dickens, Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, Madame Bovary, de Flaubert, Papá Goriot, de Balzac, Jane Eyre, de Charlotte Brontë, entre muchas otras) eran narraciones frondosas donde la historia era protagonizada por personajes de gran carácter pero que al mismo tiempo representaban un tipo social.Se trata de una literatura realista con una trama muy importante -una historia- con varias complicaciones y un desenlace rotundo. El narrador en la mayoría de los casos usaba la tercera persona y los paisajes y ambientes eran reconocibles para el lector. Los problemas sociales (de clase, de género) surgían como un escenario en donde se desarrollaban los avatares de los protagonistas.
Fue una novela popular que se vendió y reeditó, acompañada por un público lector ávido que en Occidente había logrado una alfabetización importante.
A comienzos del siglo XX puede hablarse de una crisis de la cultura occidental que encuentra su explosión en la Gran Guerra (1914-1918), a la que algunos ven como una primera etapa de un mismo conflicto bélico que aúna la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
En el siglo XX se desatan una serie de cambios en la vida humana que van a tener su correlato en el arte. Se produce una escalada tecnológica (agudizada por la guerra y sus inventos para hallar armas de guerra más mortíferas), la expansión y triunfo del capitalismo, con la concomitante resistencia obrera y luchas sindicales, el cambio de la vida cotidiana por el uso de las máquinas, la electricidad, el teléfono, el avión, la radio, etc., la amplificación de los medios de transporte, el abandono del campo y la emigración a las grandes ciudades -las que cambian su perfil y se convierten en urbes-, y la masificación de la vida cotidiana.
El resultado a nivel existencial es una sensación colectiva de anonimato, angustia, soledad y cosificación del cuerpo, fenómeno agudizado ante la enorme cantidad de muertos y mutilados que tuvo como consecuencia la Primera Guerra Mundial.
Varios escritores adoptan una postura muy individualista al hacer sus obras, pues da la impresión de que la realidad objetiva se desvanece o es algo demasiado caótico como para ser comprendido. Entonces la única certeza es la propia conciencia.
Pero la conciencia también es puesta en tela de juicio a partir de Freud y la división de la mente humana en el psicoanálisis entre yo, superyó y ello.
Los novelistas eliminan la omnisciencia del narrador. Joyce en su Ulises construye un registro de todo lo que pasa por la mente de un personaje durante un día mientras recorre las calles de Dublín. Virginia Woolf en Las Olas elige crear su novela desde una superposición de personajes de los que conocemos solo sus pensamientos. Marcel Proust se decide escribir una morosa autobiografía disfrazada de ficción en siete tomos llamada En busca del tiempo perdido. Henry James decide poner en tela de juicio la verdad del narrador con la historia contada por muertos y por lo tanto no verificable en Otra vuelta de tuerca.
Son escritores difíciles, que no anhelan el éxito ni el respaldo del público sino que su lector ideal es un intelectual capaz de desentrañar el desafío de esta nueva novela.Lo más importante de esta tendencia es la ruptura del ARGUMENTO, esto es, aquella importancia concedida en la narrativa a la estructura PRESENTACIÓN, COMPLICACIÓN y DESENLACE.

¿Y Kafka?

Sin embargo, cuando se lee La metamorfosis, de Kafka, se descubre que la breve novela o nouvelle está dividida en tres capítulos y que cada uno coincide con lo que tradicionalmente se entendía como planteo, conflicto y resolución.
Tampoco parece haber usado un narrador experimental Kafka en esta obra, pues la voz que cuenta la historia no es un personaje, y menos que podamos dudar de él.
Pero Kafka incorpora algo muy perturbador, que renovó la literatura del siglo XX, que es la internalización del absurdo, de lo fantástico con visos de normalidad.
En La metamorfosis, un hombre común y corriente amanece convertido en un insecto, pero no cualquier cucaracha, sino un insecto de tamaño importante, que piensa, siente, recuerda e intenta hablar con los demás.
Este hecho no es tratado como un evento sobrenatural (a la manera de Poe) sino que es presentado como lo más normal del mundo, desde la perspectiva del personaje convertido en insecto, Gregorio Samsa.
Kafka de este modo se está adelantando a las corrientes artísticas que luego serán llamadas vanguardias, en especial se lo ha asociado al expresionismo y al surrealismo.
Un detalle que lo aparta de la literatura de terror, por ejemplo, es que el supuesto "monstruo"es el ser más inofensivo de toda la galería de personajes. Es humilde, discreto y bien educado, y tiene una vida interior rica. Sobre todo, sufre y ama a su familia.
La originalidad de Kafka reside en mostrar la alienación del hombre contemporáneo, que esclavizado a un trabajo rutinario, a la burocracia, y a la obligación de ganar dinero, se deshumaniza, pierde su identidad, pero sin dejar de latir la conciencia castigada por debajo.
El narrador cuestiona el mundo contemporáneo pero sin deshacer el discurso, el lenguaje. La sensación de irrealidad, de estar viviendo en un mundo extraño con mucho del mundo de todos los días, la brinda la imaginación de Kafka. Nos convence de que lo más inverosímil es totalmente creíble.

Kafka: La metamorfosis


Originalidad del relato

Esta "nouvelle" fue leída en público por su autor y los testigos dicen que mientras lo hacía a veces se reía. O sea, Kafka mismo sentía que en su relato -que es una alegoría sobre la alienación y soledad del ser humano en el mundo moderno- había sin embargo humor, humor que se puede considerar "negro". Humor a partir del sufrimiento, de la miseria humana, de la fealdad.
Por otro lado, el gran triunfo de Kafka se debe a crear un personaje con todas las características físicas de un monstruo, sucio y nauseabundo, pero sensible y tierno: de todos los personajes que aparecen en la novela, Gregorio transformado en insecto es el único capaz de sentir amor, de dejarse llevar por una vida interior rica en recuerdos, reflexiones y elucubraciones sobre la justicia.


Lo anormal se instala en la normalidad

Como es característico en la literatura fantástica, el hecho inaudito aparece contado con total naturalidad. No hay ningún preámbulo y lo extraordinario aparece desde la primera línea: "Al 
despertar Gregorio Samsa una mañana, después de un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto".
No lo duda el narrador, y tampoco el personaje. Aunque al principio el personaje trata de pensar que esa transformación forma parte de una pesadilla, su conciencia y sus sentidos alertas le convencen de que de ningún modo es un sueño, sino que es la más pura realidad.
El lector, una vez que incorpora este hecho insólito como algo inherente al relato, no se cuestiona si es imposible biológicamente que ello ocurra.
El narrador no explica por qué ha sucedido el desgraciado hecho, pero sí realiza largas descripciones detallando la nueva anatomía de Gregorio, que está instalado en su cama tal como se acostó cuando aún era un hombre.

El foco de la narración


Aunque el narrador es externo y se narra la historia en tercera persona, todo se cuenta desde la perspectiva de Gregorio. Así, nos enteramos de cómo es su voluminoso abdomen cruzado por anillos porque él eleva la cabeza para verse.
Cuando sale de su habitación a dar explicaciones nadie le entiende una palabra, pero nosotros los lectores sí le entendemos, porque el narrador ha recogido palabra a palabra, con extrema coherencia, lo que dice Gregorio. 
Los otros personajes escuchan un extraño ruido saliendo de su boca, pero el narrador, instalado casi junto a la conciencia de Gregorio, demuestra que este sigue teniendo alma, lenguaje, pensamiento, psiquis, recuerdos. Por dentro sigue siendo un ser humano, por fuera es un insecto de un metro de longitud.
¿Qué es lo monstruoso? ¿El tamaño o el hecho de que adentro esté el espíritu de un hombre?

Estructura


El relato tiene tres capítulos bien diferenciados, y los tres culminan con una escena dramática en la que Gregorio atraviesa la puerta de su cuarto e intenta comunicarse con los otros. En las tres oportunidades la buena voluntad de Gregorio fracasa estrepitosamente. En el último capítulo hay además una prolongación de la narración a partir de la muerte de Gregorio donde se ve a la familia "liberada".
En la primera sección, Gregorio Samsa convertido en insecto debe aceptar y revelar a los otros la nueva realidad en la que está instalado y sus tremendas consecuencias: no puede ir a trabajar. No cumplirá con los horarios, con los clientes, no traerá más dinero a casa. 
Cuando los otros lo ven, convertido en "eso", se aterrorizan, lloran, se desmayan, parece que el mundo se viniera abajo, pero todo termina en una pantomima, porque a Gregorio el padre lo empuja de nuevo a su habitación, el encargado se va, la sirvienta renuncia, y nadie llama a un médico para curar al hijo de lo que sucede.
En el segundo capítulo la insólita realidad ya está instalada, parece que la familia se fuera acostumbrando a ella. Por ejemplo, la familia sabe que en ese cuerpo de insecto está el hermano que tanto los protegió y ayudó, pero eso no significa que no sientan repugnancia por él. 
La hermana testea los alimentos que puede ingerir en su nueva condición. Él rechaza la comida fresca y prefiere aquella pestilente.
Su habitación debe limpiarse, aunque ello genera asco en Grete, quien es la que asume tal responsabilidad. 
La familia parece por su parte también vivir una metamorfosis, porque en lugar de vivir parasitariamente de Gregorio como hasta entonces, ahora se disponen a trabajar en mediocres oficios, los tres.
Poco a poco van olvidando que Gregorio se trata de un ser humano a pesar de su nueva condición, y un día deciden tanto la madre como la hermana vaciarle el cuarto. Esta escena sería el momento de máxima tensión del relato, el clímax en donde se produce por fin una rebelión del individuo Gregorio Samsa contra el grupo, la sociedad y la familia.
En el tercer capítulo la familia para incrementar los ingresos acepta tener tres extraños como inquilinos. Los huéspedes, que se mimetizan entre ellos, representan la despersonalización absoluta, a diferencia de Gregorio, único en el mundo, con cuerpo de alimaña y alma de ser humano.
Los huéspedes se quejan estrepitosamente de la aparición de Gregorio, quien lo único que desea es oír tocar el violín a su hermana.
El violento rechazo de Grete hacia Gregorio y la decisión de expulsarlo adelantan la muerte de este, quien derrotado, asume su diferencia y la imposibilidad de convivir con seres tan antitéticos. Él es un alma sensible y el resto una suerte de comediantes que siguen una farsa: la vida burguesa.


Los personajes





Monstruosidad y normalidad


La metamorfosis no es un cuento, sino una novela corta o nouvelle, por ello se permite -al tener una mayor extensión- una gama de personajes diversos.  Desde el protagonista Gregorio, hasta los grandes antagonistas que son los integrantes de su familia,  personajes secundarios como el encargado, personajes silueta como la cajera o los otros viajantes de comercio, la novela ofrece distintos panoramas de la humanidad en la sociedad contemporánea.
Pero hay algo que se advierte a simple vista: hay una oposición tajante entre el personaje de Gregorio y los demás. A él solo le ha ocurrido la metamorfosis, él es la única víctima de esa excepción biológica que se ha dado en su cuerpo, los demás siguen siendo seres humanos en apariencia "normales".
Él es el único que tiene cuerpo de insecto y alma de hombre, por lo tanto es el que sufre el conflicto en su propia piel. Además es el que está sumido en una más absoluta soledad, porque es el único que sabe que por dentro sigue siendo un ser humano.
Los demás solo lo miran por fuera, como un monstruo. La única que parece sentir   cierta ternura por él es la vieja asistenta, pero la criada lo trata como a una mascota y no como a un ser digno, con espíritu, lo cual irrita de sobremanera a Gregorio.
A su vez es posible ver que mientras Gregorio siempre está detrás de la puerta, encerrado en su habitación, los otros personajes entran y salen de la casa, bajan la escalera, comparten la mesa y la sala. Son gregarios, y de hecho algunos siempre están en grupo, como la propia familia o los misteriosos huéspedes, que parecen autómatas.
En la terrible soledad de Gregorio dentro de su habitación a su vez es posible entender dos Gregorios,  uno anterior, que hasta la mañana del primer párrafo parece haber sido un hombre completamente común, y un nuevo Gregorio, resultado de la metamorfosis, con cuerpo de monstruoso insecto ( por lo insólito y por su tamaño), pero también porque su conciencia late en él a través de RECUERDOS, REFLEXIONES Y EMOCIONES.


¿Quién era Gregorio Samsa?

El antiguo Gregorio es traído una y otra vez por el narrador quien, a través del estilo indirecto o en ocasiones permitiendo el estilo directo, nos hace escuchar la voz de la conciencia de Gregorio. A menudo, con los verbos en pasado, Gregorio piensa en su vida anterior, pero sin un asomo de nostalgia. Al contrario, parece haber sido desgraciado, un hombre gris, infeliz.
Toda su vida giraba en torno a su familia y a su trabajo, unidos unos y otro, porque Gregorio debe trabajar en ese empleo ruin de viajante de comercio, y dejarse explotar por el jefe, porque tiene que sustentar la familia, la cual al parecer está fundida y no tener recursos.
En la familia Samsa, una familia burguesa tipo, el patriarca, el padre, ya es considerado un anciano y si bien mantiene su poder ha delegado la función de mantener al resto a su hijo varón, el mayor.
Gregorio Samsa parecía ser un hombre extremadamente dócil y sumiso, dejaba que su familia se apoderara de su salario por completo, permitía que su jefe lo destratara, le pagara menos que a otros viajantes y lo colocara en los hoteles más deprimentes y baratos.
Su propia profesión le resultaba horrible: ser viajante de comercio, corredor, vendedor de telas en ek interior del país, implica una serie de constantes desafortunadas: los madrugones, los viajes en tren en el territorio checo helado en invierno, los hoteles baratos y húmedos, la falsedad en las veloces relaciones humanas que no le permite vínculos amistosos ni amorosos.
Sobre todo, parece que Gregorio Samsa hacía algo que no le gustaba, o que aborrecía: un trabajo rutinario supeditado a otros, extremadamente alienante.
Su verdadera vocación parecía tener visos bien distintos, y de ella se habla desde el principio. Ha hecho un trabajo de madera, un marquito para una lámina de una mujer bella, que colgó en la pared, orgulloso. Si bien parece insignificante, le ha proporcionado un gran bienestar y de hecho lo defiende con todo su cuerpo cuando en la segunda parte quieren vaciarle el cuarto.
El pesado baúl que luego quieren quitarle su hermana y su madre contiene sus herramientas de artesano. Así que Gregorio, en lugar de viajante que vende telas hechas de modo industrial, hubiese querido ser un laborioso artesano que quiere hacer cosas con sus propias manos, como en la época preindustrial.
En cambio estaba involucrado en la cadena del capitalismo que triunfó en el siglo XX. Era una mezcla de trabajador y burócrata. Trabajaba como una hormiga pero aún así el encargado y el jefe pensaban que es un zángano, y cuando el jefe lo llamaba a hablar con él a su despacho - a quejarse por su rendimiento-, este se encontraba  sentado sobre el escritorio y parecía que la planta de su zapato  fuese a pisar a Gregorio: como si fuera una cucaracha.
Estas son las imágenes que se asoman en el nuevo Gregorio, quien ahora sí tiene tiempo para evaluar lo mezquina y desgraciada que era antes su vida. Ahora tiene mayor libertad de conciencia. Y memoria.


El nuevo Gregorio: su aspecto


Lo primero que impacta tanto a Gregorio como al lector es su nuevo cuerpo. El inicio de La Metamorfosis incluye una descripción minuciosa que incluye detalladas grafopeyas.
¿Qué clase de insecto es? Lo cierto es que el narrador nunca lo explicita. En realidad tiene aspectos de diversos insectos. Por ejemplo, tiene innumerables patitas, lo cual lo acercarían a un ciempiés.
Pero también su enorme vientre combado y los anillos de su panza lo acercan a un escarabajo. 
Cuando azarosamente termina de patas en el suelo, siente un inmenso alivio. Eso quiere decir que no
conoce del todo su nuevo cuerpo.
Luego empieza a conocerse, a descubrir sus habilidades como poder treparse a las paredes y al techo.
También sus gustos culinarios cambian, por ejemplo, ya no le gusta la leche, que es el primer alimento humano. en cambio, acepta los alimentos pestilentes.
Deja rastros de sí mismo por donde pasa, eso significa que destila sustancias que a los otros seres humanos les resultan repugnantes.
Pero lo más monstruoso es su tamaño. Desde el momento en que intenta abrir la llave de la puerta con la boca, parado, y lo logra, eso significa que su altura es de un metro, por lo menos. También ocupa casi toda la cama en su ancho, ya que la colcha no lo cubre por completo.
Cuando cubre el cuadro para protegerlo en el episodio en que su madre y hermana intentan sacarle los muebles, es evidente que el cuerpo que tiene es elíptico, redondeado, y que puede achatarse ya que se coloca debajo del sofá.
Pero no tiene alas. No puede volar.
¿Y el habla? ¿La ha perdido? Al principio creemos que habla correctamente, porque el narrador reproduce un largo parlamento en donde Gregorio explica que solo ha sufrido un ligero malestar y que se levantará en un momento para ir a trabajar. Pero cuando el narrador se enfoca en el auditorio que está detrás de la puerta (la familia y el encargado que ha venido a buscarlo), nadie ha entendido nada. Solo han escuchado una suerte de chiflido y es el encargado el que se anima a decir la verdad: "Era un ruido animal".

El nuevo Gregorio, por dentro





Las ventajas de ser un monstruo


Pero si Gregorio por fuera es un "monstruoso insecto", no lo es por dentro. Su alma permanece siendo humana, así como su raciocinio, su pensamiento, sus recuerdos y deseos.
Eso es lo que produce un verdadero desasosiego en el lector. Porque los otros personajes sienten asco y rechazo por ese cuerpo, pero desconocen que adentro hay un ser humano.
Gregorio acepta la transformación de su cuerpo, y esto que es absurdo, se establece narrativamente como lo más normal. Es la estrategia artística de Kafka para mostrar la alienación y la pérdida de la humanidad en el mundo contemporáneo.
Pero una vez que Gregorio se habitúa a su nuevo cuerpo, el lector descubre que esas largas horas de encierro le sirven para pensar. Un hombre que nunca había tenido ocio, que nunca había tenido tiempo para sí porque el trabajo lo obligaba a dejar de ser él mismo, ahora convertido en un bicho sí puede pensar. Es una gran paradoja.
Los pensamientos de Gregorio discurren entre la indignación por su trabajo -al que recuerda como desagradable, aburrido, rutinario- , y el amor por su familia. Estos sentimientos sin embargo van variando. El trabajo deja de ser una preocupación, ya que en su nueva condición no puede concurrir.
Lo que podía haber sido una catástrofe para la familia (ya que el salario de Gregorio era su sustento), termina por no ser tal, porque la familia se acomoda a las nuevas circunstancias.
Así es cómo Gregorio, que en su nuevo cuerpo no ha perdido el sentido del oído, escucha a la familia reunida que habla del problema monetario ahora que Gregorio no podrá salir a trabajar.
Esto, que en teoría tendría que afectarlos terriblemente, no parece ser tan malo. Y así es cómo Gregorio se percata de un secreto, se da cuenta de algo de lo que no estaba enterado.
La familia guarda dinero secretamente, en un cofre, que alcanza para vivir cómodamente un año o más. Entonces, la historia de la quiebra de la empresa familiar y el consecuente trabajar incesante del hermano mayor para mantener la familia son una estafa.
No era necesario que Gregorio se abocara totalmente a mantenerlos. Además, como se ve a lo largo del relato, la familia se acomoda a la nueva situación económica fácilmente ycuando falta el salario de Gregorio: todos comienzan a trabajar.
Ante esta traición, Gregorio parece no quejarse. No hay hacia su familia rencor por haber sido usado o explotado. Los ama y los acepta como son, con sus mentiras y ocultamientos.


La rebelión de Gregorio

Pero cuando la madre y la hermana se le meten en el cuarto para llevarse los muebles con el pretexto de que ese animal tenga más espacio para moverse, Gregorio se rebela.
En efecto, hasta la propia madre duda en sacarle los muebles, pues piensa que tal vez Gregorio alguna vez pueda volver a ser quién era. Entonces le continuarían brindando utilidad.
Gregorio nunca más va a volver a ser el de antes, pero por dentro sigue siendo un ser humano que usaba ese escritorio, que guardaba sus herramientas en el baúl. Entonces deja de estar escondido debajo del sofá para que la hermana no lo vea, tal como estaba tácitamente pactado, y sale, se lanza nerviosamente a recorrer las paredes.
Cuando se coloca sobre el cuadro hasta taparlo casi por completo está manifestando que aquel es su mundo y que no se lo pueden arrebatar.


La nueva amada hermana

La hermana, quien a esa altura parece exasperarse ante la existencia de Gregorio, insiste... pero ante la visión del monstruoso insecto debe afrontar la debilidad de la madre. Entonces aparece otra Grete, amenazante, que parece declararle la guerra a quien hasta hace poco era su querido hermano. Cuando lo amenaza, le dice "Gregorio", así que de algún modo ella sabe que él está ahí dentro.
Pero ya no lo quiere. Pues no le sirve. Ya no puede mantenerla como a una chica burguesa y ella tiene que trabajar como empleada en una tienda, ya no le paga las clases de violín. Ha perdido sus privilegios y parece ser que el único culpable es Gregorio.
Pero Gregorio la seguirá amando, y cuando ella toque el violín mientras los huéspedes la desprecian, él es el único absolutamente conmovido ante la hermosura de la música.
A lo largo del relato, Gregorio se manifiesta como un alma pura, llena de buenos sentimientos, que está pendiente de su familia aunque esta se comporte de mala manera con él.


Los palos del padre

Cuando es herido por el padre (primero el padre lo azuza con el bastón y él queda trancado en la puerta, y luego Gregorio recibe como proyectiles las manzanitas del padre que le quedan incrustadas para siempre en la espalda lo cual le produce una severa infección), Gregorio no intenta defenderse.
No es capaz de agredir a nadie, aunque todos le tienen miedo.
Y su soledad es tan grande que se pasa las melancólicas horas asomado a la ventana, aunque en verdad lo único que logra mirar es el frente gris de un hospital donde adentro sufren seres humanos.