viernes, 11 de septiembre de 2020

Delmira Agustini


Lo inefable

Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,

No me mata la Muerte, no me mata el Amor;

Muero de un pensamiento mudo como una herida...

¿No habéis sentido nunca el extraño dolor


De un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida

Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?

¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida

Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...


Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,

Desgarradora y árida, la trágica simiente

Clavada en las entrañas como un diente feroz!...


Pero arrancarla un día en una flor que abriera

Milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera

Tener entre las manos la cabeza de Dios!


PARA COMPLEMENTAR

Escucha la canción de Garo Arakelián sobre el asesinato de Delmira Agustini, y detente en la palabra "vacío". ¿Puede ser que "Lo inefable" trate el tema del vacío en la existencia humana, en particular de una mujer?

Aquí tienes el link en youtube

https://www.youtube.com/watch?v=tLvTHy8viHg

TAREA: Busca en este mismo blog la entrada correspondiente al poema "Explosión", de Delmira Agustini. Compara ambos poemas y encuentra similitudes y diferencias. Puedes ayudarte para ver los recursos poéticos que usa Delmira para hacer un poema en la entrada "Algunos recursos literarios de la poesía", en la etiqueta Tercer año. Allí también tienes el análisis de "Explosión".


domingo, 19 de abril de 2020

Tareas domiciliarias sobre "El hijo", de Horacio Quiroga.














1) Investiguen la vida de Horacio Quiroga y descubran qué aspectos de

sus datos biográficos aparecen  en el cuento "El hijo".



2) Buscar el cuento "La gallina degollada"en internet. Leerlo y luego

volver a leer "El hijo".

Establecer una lista de coincidencias y diferencias entre ambos cuentos.

Tienen en entradas más antiguas del Blog  (Tercero), un análisis de "La gallina degollada".


3) Escribe en comentarios con tu nombre y el del liceo tus impresiones.






viernes, 20 de marzo de 2020

"El hijo", de Horacio Quiroga


Quiroga con su hijo Darío en su casa de Misiones.


Un ejemplo del género narrativo

"El hijo", de Horacio Quiroga, es un cuento magistral. De hecho, el autor decía que era lo mejor que había escrito en su vida.
Parece cumplir en él los diez preceptos del Decálogo del Perfecto Cuentista, con el que Quiroga trató de sintetizar las características del cuento breve, de impacto.
Lo publicó en un diario, y posteriormente en un libro. Como gran parte de su obra, el espacio donde transcurre es la selva de Misiones y los temas que trata son el amor (el amor paternal), la locura (pues el personaje padece visiones) y la muerte ( la muerte violenta de un ser querido por accidente es uno de los espectáculos más crudos de este cuento).
Pertenece al género narrativo porque cuenta una historia. La historia de un padre y de un hijo que viven solos y aislados en la selva. El chico solo tiene trece años y el padre es viudo. Pero con esto no se hace una historia. Estos datos solo nos presentan a los personajes. Para que ella pueda contarse e interesar al lector, a esta situación se le debe agregar algo: la complicación.
La complicación es un hecho inesperado que de pronto acaece en la vida de los personajes y cambia su destino. Frente a este problema, los personajes reaccionan de distintas maneras, buscan salidas o producen aún más conflictos. Entonces la trama del cuento se desarrolla. 
Pero todo cuento, que es una narración breve, debe llegar a su final, debe encontrar el modo en que el problema termina.  Claro que resolución no es sinónimo de solución. Significa que el problema o conflicto se da por concluido. En la inmensa mayoría de los cuentos de Quiroga, la complicación lleva a la muerte.

Estructura

En el cuento " El hijo", hay un inicio que presenta a los personajes  - muy pocos: un padre y un hijo- en su habitab. Viven en una selva casi tropical. En el norte argentino, y en verano, como el narrador anuncia desde el comienzo, el calor es difícil de sobrellevar. 
Mientras que la Naturaleza vegetal -y los insectos- parecen desbordar de  energía, de vitalidad, el ser humano se encuentra ante un reto: sobrevivir pese a las condiciones adversas.
El padre le ha enseñado al hijo a tener normas: por ejemplo, a cumplir con la palabra. El hijo de trece años debe aprender a vivir en la selva con todo lo que ello significa (cazar, pescar, cortar malezas, cuidarse de alimañas, protegerse del sol de mediodía), pero también debe obedecer al padre, que es su maestro, su familia, su autoridad.
Mientras el padre trabaja en su taller mecánico -parece reparar máquinas, armas- el hijo está aprendiendo a usar una escopeta cazando pájaros de orilla de río. Normalmente va con su amigo Juan, pero ese día Juan no está junto a él.
Esta zona del cuento donde el lector conoce a los personajes se llama presentación.
Por  supuesto que con conocer al papá y al chico no basta. Algo debe suceder... y sucede.  Es un evento que aparentemente está dentro de lo esperado: suena un tiro de la escopeta del chico en la selva.
El padre, experto en armas, reconoce su sonido. Supone que su hijo está cazando. Y luego se deja llevar por el trabajo, sumido en sus pensamientos y en sus recuerdos.
Pero cuando se da cuenta que el hijo no ha cumplido con la orden paterna " vuelve a la hora de almorzar", empieza su inquietud. "Y levanta los ojos al monte".

El hijo con la Saint-Etienne en mano


Surge entonces la complicación. El hecho inesperado es que el hijo "no ha vuelto".  Son las doce. El padre y el reloj empiezan una relación severa: cuanto más tiempo pasa, más angustia llena el corazón del padre. Más rápido corren sus pensamientos adivinando un accidente. Esta parte del cuento es lenta y el narrador intenta transmitir a través del estilo indirecto libre el miedo y a la vez el torrente de pretextos que explicarían que el hijo estuviese en pleno mediodía libremente por la selva tórrida con peligro de una insolación, en forma despreocupada.
Pero cuando el padre sale a buscar al hijo, desesperado, tal como lo revela " la cabeza al aire y sin machete", la complicación se duplica, se agiganta. Ahora no es el único tiro que ha sonado lo que ha cambiado el destino de la vida del hijo. Ahora también sucede otro hecho inesperado: jamás ese hombre que conoce los peligros de la selva correría a la peor hora del sol de verano tropical sin la cabeza cubierta. Insolarse y por ello morir es algo que sucede con frecuencia. Salir sin machete es salir a merced de las víboras y sin la posibilidad de abrirse cómodamente camino. El padre busca enloquecidamente a su hijo hasta que de pronto, desemboca en un espacio.
En ese espacio él " ve " lo que ha sucedido. El cuento llega entonces al  desenlace. Pero el narrador de Quiroga,  no devela toda la información. Aparentemente, el hombre parece encontrarse con su hijo sano y salvo. Pero todo es una alucinación. El padre está destruido en alma y cuerpo. Delira. En verdad, lo que ha visto es el cuerpo de su hijo desangrado con las piernas enredadas en un alambre de púa. Muerto desde la mañana. Así, se llega al trágico final.


La verdadera visión que tiene el padre frente a sí

El narrador


El narrador que utilizan los cuentos de Quiroga es un narrador OMNISCIENTE, EXTERNO, EN TERCERA PERSONA. La función del narrador es presentar los personajes, contar la acción que se produce y ambientar el espacio en que todo se desarrolla.

Significa que en el texto hay una voz que cuenta la historia, una voz externa, que no es un personaje.
Por lo tanto, habla de otros, no de sí mismo. Habla en tercera persona: él, el padre, el hijo, ellos.
Es omni- (todo) -sciente , todo lo sabe. Sabe cómo ha sido el pasado de los personajes, sabe lo que sucede en distintos puntos espaciales, sabe cómo terminará el problema.
Pero no lo dice. Porque su función es narrar la historia, que tiene un desarrollo, por eso va dando la información de a poco, la dosifica, para crear intriga.
Este narrador parece conocer al dedillo Misiones, en Argentina. Es una zona selvática, aislada del resto del país como lo muestra este mapa:



Autor no es lo mismo que narrador.

Es como un dios que sabe todo lo que sucede y lo que sienten y piensan los personajes.
PERO NO ES EL AUTOR. Se debe distinguir entre AUTOR y NARRADOR. El autor fue un escritor, un artista, un hombre muy imaginativo que se ganó la vida -entre otras cosas- escribiendo cuentos y publicándolos en periódicos y revistas. El autor -Horacio Quiroga-  murió en un hospital de Buenos Aires en 1937.
Pero el NARRADOR es una función del texto. Es la voz que cuenta. Así como hay personajes, hay un ser invisible que habla: es el narrador.


Estilo directo (diálogo) e indirecto.

En el cuento "El hijo: el narrador usa también el estilo directo. Significa que cede la palabra a los personajes y entonces se produce el diálogo:

- Ten cuidado, chiquito- (...)

-Vuelve a la hora de almorzar- observa aún el padre
-Sí, papá.- repite el chico.

También usa el estilo indirecto:

Cuando su hijo responde "Sí, papá",  hará lo que dice. Dijo que volvería antes de las doce y el padre ha sonreído al verlo partir.

El estilo indirecto no usa guión ni el personaje habla directamente, sino que el narrador cuenta lo que dijo el personaje. Entonces siempre se usa la tercera persona y se agregan verbos del tipo DECIR, RESPONDER, CONTESTAR, más el relativo "que".

La descripción

Este es un narrador que conoce perfectamente la selva y entonces hace descripciones. La Selva de Misiones es un lugar que la mayoría de los lectores no conoce. Es un lugar insólito, muy poco logran vivir allí. La vida es dura, hace un calor insportable en verano.
La DESCRIPCIÓN es la explicación que realiza el narrador acerca de un paisaje, un objeto o un personaje. A través de palabras ilustra lo que debemos imaginar. Entonces el narrador se detiene, no cuenta acciones ni transcribe diálogos, y aparece un párrafo con una cantidad de información sobre, por ejemplo, el espacio:



Es un poderoso día de verano en Misiones, con todo el sol, el calor y la calma que puede deparar la estación. La naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí.
(...)
El sol, ya muy alto, continúa ascendiendo. Adonde quiera que se mire -piedras, tierra, árboles- el aire, enrarecido como un horno, vibra con el calor. Un  profundo zumbido que llena el ser entero e impregna el ámbito hasta donde la vista alcanza ,concentra a esa hora toda la vida tropical.


El estilo indirecto libre.


El narrador de Quiroga también utiliza el ESTILO INDIRECTO LIBRE. Es un sistema de narración por el cual el narrador se introduce en la conciencia del personaje y mezcla su voz con la de este. En este cuento se usa varias veces cuando el padre desesperado sale a buscar a su hijo por la selva.

¡Pero dónde, en qué parte! ¡ Hay tantos alambrados allí, y es tan, tan sucio el monte...! ¡Oh, muy sucio! Por poco que no se tenga cuidado al cruzar los hilos con la escopeta en la mano...




EL ESPACIO


Toda historia se desarrolla en un espacio. En los cuentos de Quiroga ambientados en la selva, el territorio caluroso lleno de árboles,  malezas, pájaros, insectos y peligros, cobra una importancia fundamental. Por eso aunque Quiroga es un cuentista de relatos breves, utiliza buena parte del texto para insertar descripciones o comentarios sobre la Naturaleza. Por momentos la Naturaleza se personifica, como si fuera un personaje más, todopoderoso:

la naturaleza, plenamente abierta, se siente satisfecha de sí.

Los personajes dependen de ella, tratan de vivir allí y adaptarse a ese entorno tan difícil pero a la vez tan hermoso, donde la vida brota con independencia del ser humano.
El narrador tiene que comunicar al lector la extrañeza de esa naturaleza de Misiones, para ello utiliza un vocabulario que se sale a veces del español objetivo y culto que es normal en Quiroga, para insertar palabras en guaraní, o palabras muy técnicas, o regionalismos que solo se utilizan en el Interior argentino.
Por ejemplo, la fauna  autóctona en estos cuentos es muy importante. Los animales que sale a cazar el hijo, que solo tiene trece años, no pueden ser más que pájaros. No tiene experiencia, astucia ni fuerza para cazar, por ejemplo, un jaguar. Aquí se mencionan pájaros que todos conocemos, como palomas o garzas, pero también yacútoro, surucuá, especies de la selva.
Los tecnicismos en este cuento son muy importantes por el papel que juegan en el destino de los personajes. Por ejemplo, hay una alusión importante a la tecnología de las armas. Si bien es lógico que los seres humanos que se aventuran a vivir en la selva dominen esta tecnología, no deja de ofrecer peligros. Por ejemplo, se menciona y describe con detalles la escopeta que el propio padre le ha regalado a su hijo, un arma de gran porte de marca Saint-Etienne. También el padre trabaja en el taller percutiendo una bala de parabellum.
Hay también regionalismos que hacen referencia a la geografía específica de ese lugar: la picada, la isal de monte, el bañado,  la propia palabra "monte", (con el sentido de bosque tupido más bien natural, no plantado por el ser humano), o el abra de espartillo.
Pero por momentos la Naturaleza como gran entidad poderosa y vital se desdibuja para pasar a tomar protagonismo aspectos siniestros de ella: uno, terrible, es el sol del mediodía. Y otro es el propio monte, que pasa a ser el "bosque sombrío", el bosque donde el padre busca desesperadamente a su hijo presintiendo una desgracia.
En un momento se dice que el monte es sucio. Palabras que sugieren engaño, traición. Y efectivamente, el desenlace muestra que el chico, confiado, caminó por el monte sin prestar atención a sus trampas. Entonces sucede el evento que cambia el destino de los personajes.
Pero en realidad, no es el monte sucio en sí mismo: es el ser humano el que lo ha llenado de alambres de púa para determinar la propiedad  privada. Esos alambres van contra la naturaleza. Se caen, se esconden en la maleza, y constituyen la trampa perfecta para que el chico se enrede los pies con ellos y sin querer se le dispare sola la escopeta.
Tampoco el cielo y el aire candentes que hacen delirar al padre y alucinar que su hijo en verdad está vivo son en verdad responsables de la desgracia. El ser humano comete errores y en esa selva se pagan caro. La Naturaleza tiene sus reglas y deben respetarse. La hora de almorzar (las 12) es sagrada: debe pasarse a la sombra. Por eso el padre exige al hijo volver a esa hora. Pero no vuelve.






El tiempo

El tiempo en este cuento determina también lo que sucede. Por un lado está el tiempo cósmico: es el verano, la estación donde el calor y la sequedad hacen la vida humana más difícil y peligrosa.
Pero la hora, el tiempo reglado por el ser humano, también es clave. El padre tiene un reloj y lo mira para controlar la vida de su hijo, para protegerlo.
Si se hace una lectura muy atenta a las referencias horarias, se descubrirá algo terrible: el chico va a cazar de mañana temprano, y si bien no se dice la hora en que se produce el diálogo entre padre e hijo, luego sí es posible saber que el momento en que sonó el tiro, al rato, fueron las 9.30 ¿Por qué es posible saberlo? El narrador lo sugiere.
El padre se inquieta cuando el hijo no llega a la hora convenida, las 12. Pero cuando son ya los 12 y 30, y la tardanza se hace mucha, el padre sale del taller y de pronto se da cuenta que en las tres horas transcurridas desde el disparo de la Saint Etienne no ha vuelto a sonar nada más.  Un tiro, un solo tiro ha sonado y hace ya mucho. 
No es difícil descubrir que un escritor tan meticuloso como Quiroga, no puede dejar este detalle al azar. Si el tiro a las 12.30 tres horas antes ( a las 9.30), quiere decir que la escopeta que hirió a su hijo se disparó a esa hora pero no lo mató inmediatamente. Porque el narrador, en un final lleno de misterio, termina el cuento diciendo su hijo bienamado yace al sol, muerto desde las 10 de la mañana.
Por lo tanto, el hijo durante media hora estuvo herido pero vivo: se deduce que murió desangrado, agonizó ... y que si no hubiese estado solo en la selva (con un arma tan mortífera en la mano), podría haberse salvado.
Pero también es muy importante el tiempo subjetivo. Cuando el padre busca al hijo en el monte, cada instante que pasa sin verlo resulta una eternidad:

Nada se ganaría con ver el color de su tez y la angustia de sus ojos. Ese hombre aún no ha llamado a su hijo. Aunque su corazón clama por él a gritos, su boca continúa muda. Sabe bien que el solo acto de pronunciar su nombre, de llamarlo en voz alta, será la confesión de su muerte.






Los personajes


Los personajes protagónicos son dos: el padre y el hijo. No tienen nombre, es una práctica que Quiroga utiliza a menudo, para dar la impresión de universalidad de la tragedia que transcurre.
Hay también personajes "silueta": son aquellos personajes que son nombrados pero que no tienen aparición directa en la narración. En este cuento se descubren dos. Uno es Juan, el amigo del hijo, que también ha recibido como regalo una escopeta por parte del padre de su amigo.
Juan acompaña habitualmente al chico a cazar, pero ese día, el hijo va solo. Es una fatalidad, porque cuando caiga herido nadie podrá ayudarlo.
Otro personaje silueta es la madre del chico, que está muerta hace tiempo. El narrador presenta al padre como  "viudo", y al hijo como hijo único.
En un momento, mientras el padre trabaja, el narrador se mete dentro de sus pensamientos y explica que ese hombre tiene un problema de salud mental: tiene alucinaciones. Cuando aún no sabe que el hijo ha tenido una desgracia real, ya había tenido imágenes de verlo caer ensangrentado, pero también ha visto imágenes de alguien que lo ha hecho feliz:

Ha visto, concretados en dolorosísima ilusión, recuerdos de una felicidad que no debía surgir más de la nada en que se recluyó.


Evidentemente, se refiere a su mujer, quien murió dejándole un niño que debe criar solo en medio de la selva. La relación entre padre e hijo aparenta ser excelente: hay un gran cariño y respeto en el modo de hablarse. Por ejemplo, el padre usa diminutivos como chiquito, posesivos como hijo mío y el chico utiliza (en la alucinación última) el apelativo  piapiá para dirigirse a su  papito.
El amor del padre hacia el chico es citado en repetidas ocasiones por el narrador. Los datos que se ofrecen del padre no son muchos, pero se infiere que es un hombre muy trabajador, honrado, pero con ciertas ideas peculiares acerca de la libertad y el modo de educar a los jóvenes.
Las grafopeyas ( rasgos físicos que apunta el narrador), solo aparecen cuando el padre, al buscar en la selva al chico e insolarse, sufriendo, es descrito " envejecido en diez años". Otra grafopeya clara es el color de los ojos del hijo, azules, claros, que muestran su inocencia, la bondad de su espíritu.





TAREAS DOMICILIARIAS:
1) luego de leer el cuento, explica por qué tiene dos finales, uno falso, y otro verosímil, y explica por qué el cuento tiene un final cerrado, es decir, que en el desenlace el lector conoce las consecuencias de la complicación.
Ten en cuenta que la complicación es el disparo de la Saint-Etienne sumado al momento en que el padre se da cuenta de que solo ha sonado un tiro y el hijo no ha vuelto.
2) redacta tu postura acerca del uso de las armas en manos de civiles.