viernes, 30 de agosto de 2024

FUENTE OVEJUNA, de Lope de Vega




La obra teatral Fuenteovejuna fue escrita por su autor entre 1611 y 1614. Sin embargo, la historia  en la que se basó para escribir su texto ocurrió a fines de la Edad Media.
Efectivamente, hay crónicas que registran que alrededor de 1475 un pueblo de labradores se levantó en armas contra su Comendador.
También es histórico que los reyes católicos -Fernando e Isabel- debieron luchar contra nobles insurrectos. Por un lado, la nobleza feudal se resistía a perder poder frente a la creciente unificación y centralización del Estado. Por otro, los reyes  católicos debieron enfrentar una guerra civil por la sucesión del trono.
Había nobles que no querían a Isabel, la hermana del fallecido rey Enrique IV, como reina. Preferían que la sucesión hubiera sido para la hija del rey, Juana. Los partidarios de Isabel decían que Juana no era hija biológica del rey, sino que su madre la había concebido en una relación adúltera con Beltrán.
En Fuenteovejuna, los nobles que vemos al principio de la obra -el Comendador Fernán Gómez de Guzmán y el joven Maestre de la Orden de Calatrava Rodrigo Téllez- son partidarios de Juana la Beltraneja y se rebelan contra los reyes católicos tomando para su bando a Ciudad Real..
ESTO CONSTITUYE UNA DE LAS DOS ACCIONES QUE SE DESARROLLAN EN LA OBRA FUENTEOVEJUNA.
LA OTRA ACCIÓN, preponderante, es la que se desarrolla en el propio pueblo de
Fuenteovejuna, pues el Comendador Fernán Gómez ha decidido fijar su residencia allí. Instalado en el pueblo, a pesar del buen recibimiento de sus habitantes, pronto no respetará a las mujeres ni el honor de los campesiinos. En la escena III del Acto I Laurencia y Pascuala discuten sobre las andanzas del Comendador, que ya ha seducido a varias mujeres y que al parecer quiere comprar el cuerpo de Laurencia con regalos: jubones -vestidos-y  sartas -collares.

ACTIVIDAD:
Mira la película realizada en 1972 por la televisión española. Los actores dicen el texto escrito por Lope de Vega y la obra está respetada en esta adaptación cinematográfica.
La encontrarás en este sitio en youtube:  https://www.youtube.com/watch?v=-IcuFn57nAo
¿En qué diversos espacios se desarrolla la obra?


El personaje de Laurencia

Laurencia se presenta en la escena III  del Acto I. Cuando la escena comienza el conflicto con el Comendador ya se ha desatado. Aunque en un inicio no se lo menciona, es evidente que el personaje, una joven labradora, está muy enojada con "alguien", que no desea ver nunca más. Alguien que la asedia y merodea. Con el correr del diálogo, los espectadores nos enteramos de que el Comendador persigue a Laurencia, la joven más bella del pueblo.
Su amiga Pascuala acaba de contarle "algo" que, suponía, iba a molestar a Laurencia. Por el contrario, el hecho de enterarse esta de que Fernán Gómez de Guzmán ha dejado mozas del pueblo con el corazón "derretido como una manteca", la enfurece más contra él.
Laurencia  manifiesta una fuerte personalidad y se define a sí misma como una dura encina -árbol de madera con la que se construyen los palos de las lanzas-. Por su nombre, "Laurencia",  también se la asocia al mundo vegetal, al laurel,  árbol que da hermosas flores, pero sobre  todo, árbol cuyas hojas se usan para las coronas de la victoria.
Lope de Vega construye un diálogo vivaz entre las dos amigas, que tienen un lenguaje cargado de expresiones populares. Pascuala cree que Laurencia, asediada por el Comendador, tarde o temprano cederá. Usa la expresión " que nadie diga: de esta agua no beberé".
Pero Laurencia argumenta sólidamente que no cederá jamás. ¿Por qué habría de enamorarse del Comendador? No existe la menor posibilidad de casarse con él, ya que la diferencia social en la Edad Media impedía todo matrimonio entre nobles y villanos(campesinos).
Ella cree en el amor, en el matrimonio, y cree que las relaciones ilícitas que establece Fernán Gómez son una infamia que condena. Sabe que muchas mozas del lugar han sido "descalabradas"  por él:  las ha deshonrado, les ha quitado su virginidad y abandonado.
Pascuala no estaba al tanto de que Laurencia ha sido desde hace un mes asediada por el Comendador, que usa de celestinos a sus criados Flores y Ortuño. La han seguido hasta el arroyo, donde las  mujeres van a lavar la ropa. El arroyo es un lugar que se cita en la obra como espacio de desprotección, donde las mujeres están solas, sin los hombres de su familia que las puedan cuidar. El Comendador, un hombre lujurioso y tiránico, no puede contener sus deseos lo mismo que las caudalosas aguas.
La escena III continúa con un  parlamento  -un personaje habla largamente y el otro lo escucha- que muestra cuán satisfecha está Laurencia con su vida de trabajadora rural, para la que no necesita ningún rico Comendador.
Describe cómo es su jornada desde la mañana a la noche, sus tareas, sus comidas -amasa el pan, el zalacatón que come con pernil (jamón crudo)- pastorea una alegre vaca, ve crecer los repollos, de noche come salpicón y al irse a dormir reza. Es una vida simple y llena de actividad, Laurencia es parte de la Naturaleza y el trabajo  humano dignifica y ennoblece a los seres humanos, aunque sean campesinos y no aristócratas.
En la escena VII  se ve otra vez a Laurencia y Pascuala, pero huyendo del Comendador. Este las enfrenta y les ordena entrar en su casa. Ellas se niegan, solo lo harían acompañadas de sus padres. Él les dice : "¿Mías no sois?" Cree que su estatuto de señor, de noble, le permite poseer a los trabajadores de los territorios que él administra militarmente.
Pero su actitud tiránica es enfrentada por las dos muchachas, que le dejan bien claro que no desean ser poseídas por ese hombre autoritario y cruel. Al parecer, el Comendador está obsesionado con Laurencia, que lo ha desdeñado, y a él le parece una "hermosa fiera".
El Comendador ordena a sus criados que las rapten y las hagan entrar por la fuerza a la casa. Pero ellas se resisten y los dos despreciables personajes se dan por vencidos.
Hay un juego de palabras entre Laurencia y Ortuño que señala el papel de gracioso que tiene este último: Laurencia recuerda que el pueblo le acaba de realizar una gran cantidad de deliciosos regalos al Comendador, -lechones, jamones, etc.- . Al parecer al Comendador no le bastó tanta carne presentada. Y Ortuño dice claramente  que lo que anhela el lascivo Comendador es la carne de Laurencia.

Fuenteovejuna:
LAURENCIA DEFIENDE LA DIGNIDAD DE LOS CAMPESINOS





El comendador y frondoso frente a frente

Al final del Acto I el conflicto de Fuenteovejuna ya está planteado claramente.
Desde la escena X hasta la última, la escena XIII, asistimos al enfrentamiento entre un pueblo digno y trabajador y un tirano que abusa de su poder y sus privilegios de clase social.
El pueblo aquí está representado por los personajes más fuertes, bellos y jóvenes, Laurencia, hija del alcalde, y Frondoso, un zagal –pastor, campesino- también hijo de un importante hombre de Fuenteovejuna. Ella está lavando ropa en el arroyo pero “a medio torcer los paños” decide hablar sinceramente a Frondoso, pues en el pueblo todos murmuran “que me miras y te miro” “y que para ya uno somos”. Laurencia explicita que ese juego de miradas y de seducción no puede llegar lejos, ella es una muchacha independiente y honesta y estar en boca de todos le produce enojo”.
Entonces Frondoso le declara su amor total, le confiesa que por ella no come ni duerme: el “angélico rostro“ de Laurencia se le aparece en la imaginación. Está muy enamorado y en su cultura y sus valores un amor así solo puede culminar en casamiento. Por eso aprovecha la oportunidad para pedirle la mano. En su pedido se evocan los palomos arrullándose y juntando los picos. Los pájaros, una vez más, son símbolos positivos de amor y fidelidad. Y significativamente Frondoso habla de su unión en la Iglesia. Según Lope, y según la ideología cristiana de la época, el amor era algo sagrado que debía bendecirse en la institución correspondiente.
Ya sabíamos que Laurencia pensaba también así porque rechazaba de plano al Comendador debido a que jamás se casaría con ella, una labradora.
Pero la fuerte Laurencia comienza a darse cuenta de que también empieza a sentir amor, como todos los seres vivos en la Naturaleza, y se percata que “ya tengo algunos asomos” de amor hacia Frondoso.
Ese momento mágico se ve interrumpido violentamente por la irrupción del Comendador, que está de caza.
Laurencia pide a Frondoso que se esconda entre los arbustos. Él “con celos”, la obedece, y así en la escena XI el Comendador se enfrenta a Laurencia, a quien trata de “gama”, de cierva, como si fuera un animal de presa y él un cazador.
El Comendador le recrimina los desdenes de Laurencia tildándola de “monstro”. En ese momento el guerrero decide tirar el arma de caza (la ballesta, una especie de flecha) y luchar cuerpo a cuerpo con la chica, intentando tomarla por la fuerza. Al ver al Comendador convertido en un violador, Laurencia lo rechaza y menciona la cruz de Calatrava que el aristócrata lleva en su pecho: esa cruz debería obligarlo a comportarse noblemente y a respetar el orden social, pero este hombre, lleno de lujuria, se ha transformado en un “demonio”. (Véase la antítesis ángel/demonio que desprende esta escena.)

Los roles sociales invertidos


En la siguiente, la escena XII, sale Frondoso de la espesura y toma la ballesta del comendador. Este, que aún no lo ha visto, le está exigiendo a Laurencia que “no se defienda”.
Pero pronto el Comendador queda desvalido frente a la presencia imponente de Frondoso, que trastocando las reglas sociales, hace valer por encima las morales. Y así lo dice Frondoso, que le ordena al guerrero dejar la moza inmediatamente, porque si no clavará la ballesta en la simbólica cruz de Calatrava que el violador lleva en su pecho.
"¡Perro villano!”, le grita el Comendador, tratando de rebajarlo y reubicarlo en su humilde condición social de labrador, quien jamás en teoría podría enfrentarse a un gran señor. Pero Frondoso usa otras reglas, por ejemplo, la ley de la justicia y el amor y grita “¡Huye, Laurencia!”
Los dos hombres y rivales quedan frente a frente: se invirtió el modelo social, pues aquí un plebeyo tiene el poder y el vulnerable es el rico militar.
Esto irrita al Comendador que primero ordena al subalterno tirar la ballesta, indignado. Pero Frondoso sabe que si lo hace, el Comendador lo matará. Y se niega. Predomina la ley de la vida y rechaza obedecer al poderoso.
El Comendador, ciego de furia, lo incita a romper las reglas de caballería y pelear de hombre a hombre, lo cual implica una gran transgresión para la Edad Media, pues los nobles solo podían luchar con sus iguales sociales.
Frondoso, de ningún modo quiere matar ni luchar, sino que quiere vivir para amar.
La escena XIII termina con Frondoso llevándose la ballesta del Comendador y abandonando a este, impotente y furioso, solo en el bosque.
El Comendador exclama “mas yo tomaré venganza/del agravio y del estorbo”.
Así termina el Acto I y los espectadores suponemos que el Comendador será cada vez más cruel . El comendador se convierte en el gran antagonista de la obra: se opondrá a Laurencia, a Frondoso y al pueblo, Fuenteovejuna, entero.

miércoles, 28 de agosto de 2024

EL MONTE DE LAS ÁNIMAS, de Bécquer


Un escritor insomne


La leyenda "El monte de las ánimas" de Gustavo Adolfo Bécquer está dividida en cinco partes. Una especie de prólogo, tres "capítulos"y algo parecido a un epílogo. En el prólogo, un narrador en primera persona cuenta que es la Noche de difuntos y que su sueño se ha interrumpido con el recuerdo de una tremenda historia que escuchó no hace mucho tiempo en Soria.
Eso significa que el personaje, que tiene miedo, oye crujir sus cristales con el viento, y posee una imaginación desbocada, ha estado en Soria conversando con la gente del pueblo, que estos le han transmitido sus creencias y supersticiones y que él las ha escuchado respetuosamente.
Este narrador-personaje, en medio de la especial noche, se decide a levantarse y escribir la historia.
Sabe muy bien que, si bien la publicará en las páginas del periódico El Contemporáneo, los lectores de este diario, burgueses que solo piensan en hacer dinero, no la comprenderán. 
El personaje se parece demasiado a Bécquer, por lo que es posible presentir en estas como en otras leyendas el tono autobiográfico del relato, en el que la figura del narrador hace las veces de testigo y transmisor de una historia en que más vale creer.


Un cuento dentro de un cuento

"El monte de las ánimas"presenta estructura de cajas chinas: un relato dentro de otro relato. El narrador con miedo, insomne, pasa a convertirse en el narrador en tercera persona de una historia que se ambienta en la Edad Media, en un mundo donde no existían burgueses ni periódicos.
En la historia, aparecen personajes montados en magníficos caballos, en una excursión a un lugar sagrado o maldito, llamado Monte de las Ánimas, en el cual bajo ningún modo se puede permanecer la noche de difuntos.
Por eso los personajes, liderados por el joven heredero de los condes de Alcudiel, Alonso, deben suspender la batida de caza para regresar al palacio, en la ciudad de Soria, porque la tarde está cayendo y se acerca la noche.
El capítulo de inicia con el diálogo entre dos primos, Alonso y Beatriz, de los cuales el narrador por ahora dice muy poco. Los conocemos por lo que dicen, y a través de sus palabras el lector se va enterando de cómo son y a qué temen y qué no temen.
Alonso, que es natural de Soria, le cuenta la terrible historia sucedida tiempo atrás, luego de la guerra contra los moros, en ese bosque lleno de animales de naturaleza intrincada, a su prima Beatriz, una hermosa francesa.
Alonso cree ciegamente en lo ocurrido en ese bosque y por eso está tan apresurado por irse de allí antes que caiga el sol. En ese lugar, dos, o quizás tres siglos atrás, se produjo una masacre. Los templarios se enzarzaron en un cruel combate contra los nobles de Soria, en un brutal estallido de odio. Todos murieron y sus cadáveres fueron devorados por los lobos.


La carnicería se revive año a año



Según las palabras de Alonso, cada noche de Difuntos los que allí murieron y fueron enterrados juntos -amigos y enemigos-, se levantan de sus tumbas y vuelven a pelear. No como fantasmas sino como algo más horrible, como esqueletos. Con caballos, espadas y las mortajas desgarradas. Es como si el odio entre Templarios y Nobles de Soria no se hubiera extinguido ni con la muerte.
El odio eterno es explicado con respeto por Alonso a su prima, quien parece bastante incrédula y desdeñosa.Ella ha venido de la corte francesa a curar su salud y esas supersticiones pueblerinas españolas le parecen despreciables.
Alonso le cuenta el porqué de tanto odio: los caballeros templarios -una secta de monjes guerreros, entrenados en las Cruzadas- fueron llamados por el Rey de Castilla para liquidar la resistencia de los moros. Los nobles de Soria se pusieron recelosos, y más cuando el rey decidió premiar a los extranjeros templarios el mejor territorio de la región, el monte lleno de ciervos junto al río donde ellos se instalaron y construyeron su convento y su capilla.
Cuando los guerreros no concurrían a las batallas, en la Edad Media se entrenaban en la caza. Eso les permitía continuar ejercitando las armas, los caballos, la belicosidad, la pérdida del miedo, y comer abundante carne, con lo cual se hallaban fuertes y bien nutridos.
Los nobles de Soria querían ese territorio para ellos y los templarios no les habían permitido entrar. Hasta que se produjo el enfrentamiento, ya no entre moros y cristianos, sino entre curas guerreros y nobles.
La sangre corrió y todas las noches de difuntos las almas en pena de esos hombres que murieron llenos de odio y sin sosiego vuelven a luchar. Por eso los habitantes del lugar respetan el mundo de los muertos y no se acercan esa fecha al bosque en donde se produce el choque fantástico.
Estar allí mientras los muertos se levantan de sus tumbas es condenarse a sí mismo a muerte.
Pero Beatriz no lo cree.




Beatriz quiere hacer un "regalo"a Alonso
En el capítulo II de la Leyenda "El monte de las ánimas", los personajes principales ya no están en  medio de la naturaleza, en el territorio prohibido. Tampoco están abandonando el salvaje lugar donde las fieras habitan y, donde según Alonso y la tradición del pueblo soriano, se levantan los muertos de sus tumbas.
Ya han llegado al palacio gótico. A diferencia de las construcciones del Monte (la capilla, el convento de los Templarios) este palacio no está en ruinas. Tiene una magnífica chimenea adonde la pareja de primos permanece ensimismada mirando el fuego.
Mientras todos los demás están susurrando relatos de fantasmas, especialmente las viejas, Alonso prefiere declarar su amor a Beatriz.
La "hermosa prima"guarda silencio, y su primo la observa: a través de la mirada de Alonso el narrador nos muestra la belleza de Beatriz, pero también su frialdad. Las grafopeyas y etopeyas construyen un personaje que produce rechazo en el lector. El narrador hace todo lo posible por señalar la latente maldad de Beatriz.
Alonso presiente que su prima no lo ama, que no ama la tierra de sus ancestros, que prefiere la corte francesa. Pero de algún modo quiere declararle su amor, y por ello en el diálogo que establece con su despectiva prima deja claro que si bien no tiene esperanzas desea regalarle un objeto muy importante. Nada menos que el joyel (el broche) que esa tarde sostenía su pluma y que Beatriz había alabado. Ese broche sostuvo el velo de la madre de Alonso durante su boda.
El joyel es una metonimia del amor de Alonso, pero ella no lo acepta tan fácilmente. Pone una condición y es que debe realizarse un intercambio de regalos, ella también tiene que darle algo.
El narrador insiste en que durante toda la escena el fuego se refleja en las pupilas azules de Beatriz, y el fuego no sólo es símbolo de pasión. También puede asociarse con el infierno. De hecho, cuando a Beatriz se le ocurre la terrible idea,  el narrador apunta que los ojos se le iluminaron diabólicamente.
Y allí se produce la COMPLICACIÓN de la narración. Porque Beatriz pide nada menos que el velo azul que llevaba sobre sus hombros esa tarde en el Monte y que aparentemente perdió allí.
Implícitamente le impone a Alonso ir a buscarlo. Alonso explica ardorosamente que concurrir allí la Noche de difuntos lo aterra -aunque él es el cazador de fieras más valiente de toda Castilla-.
Pero igualmente va.
Tal vez presiente que el desamor de Beatriz es tan inmenso que prefiere ir a morir allí, comido por los lobos.


El castigo para Beatriz

Pero en el capítulo III de la leyenda Beatriz ya no está ante la chimenea ufana de sí misma. Se acerca la medianoche (hora temida en los relatos sobre el más allá),  y está sola en su cuarto, en la oscuridad.
No puede rezar, tal vez porque esa persona tan egoísta no tiene el menor sentimiento religioso, o tal vez porque está muy nerviosa porque Alonso, que ha ido al galope hacia el Monte, no regresa.
Se acuesta sabiendo que Alonso ya debería estar en el palacio.
El relato magistralmente a través del narrador omnisciente va explicando las sensaciones que experimenta Beatriz durante esa noche.
Una sucesión de inquietantes sonidos son descritos in crescendo: el viento golpea las ventanas, se escuchan ladridos de perros, pero luego, cuando ella está en la cama acurrucándose bajo las mantas, siente aterrorizada ruidos inexplicables: goznes de puertas chillones que indican que algo avanza hacia ella,  susurros, y sobre todo, muy cerca, pasos de algo como "hueso".
Ella no puede explicarse qué presencia hay allí, pero algo hay. El lector presiente que es inminente el desenlace. Y, efectivamente, cuando tras la noche de extremo terror nace la luz del alba y Beatriz cree tranquilizarse pensando que no ha pasado nada, al asomarse por las cortinas de la alcoba descubre el lazo azul en el oratorio de su cuarto. El lazo que ella le exigió a Alonso, pero roto y ensangrentado.
El lazo de color azul (color que simboliza el espíritu y lo celestial), degradado, se convierte en una prueba evidente de que Alonso ha muerto. Encontró el lazo la Noche de difuntos y en pleno Monte de las Ánimas, pero le costó la vida.
Así surge el DESENLACE del relato: Beatriz muere de terror ante la visión del lazo, su cuerpo y su rostro se deforman monstruosamente, su frío corazón se ha partido por un infarto, pero también por el miedo y la culpa.
Los criados la encuentran así, abrazada a una columna de madera negra de la cama, venían a comunicarle que su primo había sido devorado por los lobos. Los dos jóvenes murieron la misma noche.
Pero ¿quién trajo a la habitación de Beatriz el lazo ensangrentado?
¿El espíritu de Alonso, y así cumplió su promesa? ¿ O los fantasmas indignados de los templarios y los nobles de Soria, que quisieron castigar a la incrédula que profanó su espacio sagrado enviando a un respetuoso caballero a transgredir la ley?
Es un final abierto en ese sentido, pero la historia se cierra contundente. Beatriz ha muerto y ha obtenido el castigo a su maldad.
Pero la leyenda no termina todavía. Un breve epílogo muestra que tiempo después, un testigo contó a la gente de Soria cómo es el más allá de Beatriz.
El castigo aún no ha terminado. Un cazador perdido pasó, sin quererlo, la Noche de Difuntos en el Monte de las Ánimas. Agonizante, contó a quienes lo rescataron haber visto a los espíritus en forma de esqueleto alzarse de sus tumbas belicosos y llenos de furia, tal como lo contaba el relato del pueblo y Alonso. Pero ahora en lugar de pelearse entre sí, los fantasmas persiguen en una "cacería fantástica"a una joven desmelenada con pies desnudos y sangrantes, aterrorizada.
Es el espíritu de Beatriz, que no descansa en paz, porque su castigo eterno es dar vueltas alrededor de la tumba del buen cristiano Alonso, mientras los cadáveres de los templarios y de los nobles redivivos vuelcan su furia en ella, que los despreció.







viernes, 23 de agosto de 2024

LA GALLINA DEGOLLADA, de Horacio Quiroga





Análisis de "La gallina degollada"


Temas. Un cuento con amor, con locura y con muerte

Es uno de los cuentos de terror más famosos de este escritor uruguayo quien, como él mismo nos dice en “El Decálogo del Perfecto Cuentista”, sintió en Edgar Allan Poe a su maestro.
Como dicho escritor norteamericano, maneja el miedo dentro de la propia familia. Los hermanos siniestros, los matrimonios mal avenidos, son un terreno propicio para inventar historias fantásticas pero a la vez muy humanas en donde se expone la fragilidad de la vida, el espanto  que produce la enfermedad, lo imprevisible, la familia como espacio de protección y a la vez de posibilidades de abusos y destrucción.
Se dice que aquí también, como en “El almohadón de pluma”, hay un aire de historia de vampiros. En el mencionado cuento el monstruo dentro del almohadón succiona toda la sangre de la pobre Alicia. Es posible ver en el terrible ser que hay dentro de la almohada un doble del alma del Jordán, el marido, un hombre implacable y frío, incapaz de amar a Alicia.
En “La gallina degollada” los personajes principales son los cuatro hermanos “bestiales”.
Desde un primer momento, se sugiere que adoran la sangre. En efecto, el color de los ladrillos es semejante al de la sangre, y cuando sobreviene el ocaso, los hermanos se excitan porque el cielo campestre se tiñe de rojo. Y la palabra “rojo” es la única que a lo largo del cuento parecen balbucear…
Cuando la sirvienta con lentitud y destreza degüella y desangra la gallina los hermanos la observan fascinados: aterran a la trabajadora que se sorprende viéndolos de pronto allí. Los niños tenían prohibido acercarse a la cocina. ¿Qué los atrajo? Acaso el olor de la sangre.
Y es un “mar de sangre” lo que logran producir al final cuando se cumple su tan anhelado deseo.

El narrador



El narrador que utiliza Horacio Quiroga es una voz omnisciente: conoce todo, pasado y presente de los personajes, e insinúa muy sutilmente su futuro. Habla en tercera persona sin demostrar cariño o empatía por los personajes. Es un narrador externo. Los cuatro hermanos varones parecen inspirarle horror, e intenta transmitir esta impresión a través de largas descripciones sobre su aspecto y modo de ser, con grafopeyas y etopeyas respectivamente.
En el consejo VII del “Decálogo del perfecto cuentista”, Quiroga recomendaba a los futuros narradores “No adjetives sin necesidad”.
Sin embargo, para explicar cómo son los cuatro “idiotas”, el narrador utiliza numerosos adjetivos. Por ejemplo, dice que cuando cae el sol y el cielo se pone rojo sienten alegría “bestial” y cuando se les cae la baba su saliva es “glutinosa”, es decir, espesa.
Se busca así inspirar repugnancia por esos niños, para que el lector se olvide que ellos son víctimas de una horrible enfermedad, y están sometidos al abandono de sus padres y al maltrato de la sirvienta.
El narrador omnisciente conoce el final, aunque no lo dice para crear suspense en el lector. Pero da una pista sobre lo que puede suceder, porque insiste en que dentro de su idiotez los hermanos tienen cierto don “imitativo”. Y en efecto, parecen repetir punto por punto lo que hizo la sirvienta con la gallina en la propia hermanita.
Los otros personajes no le inspiran tampoco piedad al narrador: Berta y Mazzini son presentados como personajes bastante ruines.

La estructura



Como toda narración, este cuento tiene tres momentos: una presentación, una complicación y un desenlace.
La presentación de “La gallina degollada” es mucho más larga que una habitual presentación de un cuento de Quiroga. ¿Por qué? En primer lugar porque este cuento tiene unos cuantos personajes. Siete principales, (la familia), dos secundarios ( el médico y la sirvienta) y dos siluetas ( el abuelo maldito sifilítico, que transmitió taras a su descendencia, y las vecinas, que con su charla distraen a los padres y descuidan a Bertita.)


Presentación

El narrador tiene que presentar a cada uno de ellos: los cuatro idiotas, el matrimonio Berta-Mazzini y la niña, Bertita, son la familia. Todos actúan, todos pueden ser considerados principales (aunque los idiotas serían los que llevan adelante la acción, y los padres serían los antagonistas que los rechazan y les impiden el contacto con su objeto deseado, Bertita…) Ellos intentan cumplir su propósito hasta que lo consiguen.
Bertita es la gran víctima, que se anticipa en el título simbólico: la gallina degollada.
Pero la presentación no es lineal. Una vez usados varios párrafos para describir los idiotas, el narrador realiza una analepsis o flashback donde cuenta los orígenes de tal horrible situación.
Los cuatro hermanos monstruosos no fueron siempre así. Y lentamente el narrador pone al tanto al lector de cómo vinieron al mundo, cómo se enfermaron y cómo la situación desquició a sus padres como individuos y como pareja.
La presentación culmina con la llegada de la hermosa e inteligente Bertita, que completa el cuadro familiar.


Complicación.




Normalmente es un hecho inesperado que cambia radicalmente la vida de los personajes. La hallamos en este cuento cuando una mañana la madre tuberculosa, luego de su primer vómito de sangre, desea salir a pasear todo el día con su marido y su hija amada. Entonces le pide a la sirvienta que cocine, y que mate una gallina.
Es este un hecho cotidiano, pero que se convierte en terrible cuando la sirvienta se da cuenta que el procedimiento de degollar y colgar la gallina es un espectáculo para los idiotas, que se han colado hasta la cocina prohibida.
El impacto que genera en la madre y la sirvienta nos sugiere la importancia de este hecho: es entonces cuando comienza a inquietar al lector el título del cuento.


Desenlace




Empieza a presentirse un cambio de situación. La familia sale de paseo, la sirvienta se va a Buenos Aires.
Hubo una ruptura en el espacio: la casa como lugar donde suceden los hechos terribles por unas horas queda solo habitada por los idiotas.
Cuando vuelve el matrimonio con la nena al caer la tarde, la niña por primera vez se escapa de la sobreprotección de sus padres para ser libre y  entra sola a la casa.
Una vez en el patio, la nena con ensayo y error aprende a saltar el cerco que le limita el mundo. Pero  los idiotas, que han pasado el día allí, la observan y el cuerpo, y sobre todo, la garganta de Bertita se les ofrece como un espectáculo.
El narrador empieza a contar cómo agarran a su hermana, la hacen suya y sugiere que le retuercen el cuello como vieron que la sirvienta se lo hacía a la gallina, dado que por una comparación se indica que le apartan los bucles como si estos fueran “plumas”.
El narrador cambia de escena abruptamente: vuelve el foco hacia los padres que se encuentran conversando con las vecinas. El padre es quien al final descubre la verdad: la niña no contesta… Y al entrar a la cocina ve el horror, que no se describe sino que se sugiere.
La metáfora “un mar de sangre” brinda al lector toda la información necesaria para que imagine lo sucedido. Los idiotas han degollado a su hermana, quien seguramente está colgada como la gallina en la cocina.
No sabemos si además la han cortado en trozos para comerla.
Lo único que insinúa el narrador es que al llegar la madre a pesar de los intentos del padre para que no viera aquel horror, la imagen produce un colapso en la madre, quien cae en los brazos de su marido con un “un ronco suspiro”. Tal vez ha muerto.
Es un final cerrado, pues se cumple el asesinato y la irrupción de la sangre tal como se venía anticipando.
Los idiotas sacian su sed de sangre.


jueves, 1 de agosto de 2024

Estructura de "El monte de las ánimas", de Bécquer



Niveles narrativos

La leyenda de Bécquer, como muchas veces lo hace la Literatura Fantástica, se mueve en distintos espacios y tiempos, y superpone varios narradores.
Vamos a intentar visualizarlo a través de la estructura de cajas chinas, que también es llamada sistema de muñecas rusas, donde un relato contiene otro relato, y así sucesivamente hasta producir la sensación de eternidad e infinito.







Narradores

La leyenda tiene tres narradores bien diferenciados, que a su vez corresponden a distintos tiempos y espacios.
En el nivel A, al comienzo de la leyenda, el narrador es interno y se presenta como un escritor-periodista amante de los relatos populares, que una noche de Difuntos, solo en su cuarto, tiene mucho miedo. Para luchar contra el miedo escribe este relato de fantasmas y muertos que penan.
En el nivel B  el lector ya se encuentra en la leyenda propiamente dicha, prometida por el narrador -personaje del nivel A.
Pero en el nivel B el narrador no habla de sí mismo sino que funciona como un narrador en tercera persona, externo, omnisciente, que cuenta una antigua  historia ocurrida en Soria, evidentemente en la Edad Media.
Uno de los personajes de esta historia, el protagonista, Alonso, le cuenta a su prima Beatriz asimismo una larga historia vinculada al Monte que ellos visitan, en una partida de caza, una tarde, la previa a la noche de difuntos.
El personaje Alonso se convierte así en un narrador más y su relato es el corazón de la historia: la terrible batalla y muerte de los nobles y de los templarios ocurrida unos siglos atrás. Los cuerpos destrozados de las víctimas yacen en la ruinosa capilla del monte y sus almas se levantan e irrumpen en el mundo cada 1 de  noviembre, cuando las campanas marcan las 12 de la noche.
El relato de Alonso constituye el nivel C. Alonso es personaje y narrador externo al mismo tiempo en un pasaje del cuento.
Luego retoma la voz el narrador externo omnisciente que ya se dedica a contar el presente de Beatriz y Alonso.

Tiempos y espacios

Nivel 1: A



Este nivel sólo puede detectarse en la introducción del cuento. En ella un yo-personaje, un narrador interno explica que es la Noche de difuntos, que está solo y que tiene miedo. Sopla el viento y la sensación de que este vibrar de los cristales de las ventanas contiene el sufrimiento de las almas de los muertos '-que pujan por entrar al mundo de los vivos para contar sus penas- está presente en forma inquietante.
El tiempo histórico puede deducirse por una información que el yo da: cuando decide escribir una leyenda que sobre la Noche de Difuntos escuchó en Soria, sabe que ella se publicará en un diario en breve tiempo. Y que será leída por ricachones que, fumando un puro y haciendo la digestión, se entretendrán un rato en ella, sin que los afecte en lo más mínimo.
El personaje-narrador, supersticioso y sensible, se distancia de esos lectores de El Contemporáneo. Entonces entendemos en qué tiempo ocurre la escritura de esa leyenda por parte de ese escritor insomne y solitario.
El Contemporáneo era el diario madrileño en el cual trabajó Bécquer durante la década de 1860. Él allí trabajaba como periodista pero a la vez vendía sus cuentos que fueron publicados allí antes de convertirse en libro luego de la muerte del joven escritor.
El lugar entonces también es deducible.
Si bien el narrador viajó a Soria, ahora está quizás en Madrid, donde se edita el diario mencionado y donde vivía Bécquer en esa época. Este nivel del cuento es profundamente autobiográfico. Por lo tanto, podemos deducir que en el nivel 1:


Tiempo: NOCHE DE DIFUNTOS DE 1860.
Espacio: HABITACIÓN DE UN HOSTAL EN MADRID.
Narrador: Interno y personaje, con fuerte carga autobiográfica, amante de las leyendas y relatos populares que abordan la muerte y los espectros.


Nivel 2 : B

Es este el relato de la leyenda en sí misma y lo que supuestamente escribe el narrador del nivel 1.







El narrador que ahora cuenta la historia es un narrador externo, que jamás habla de sí mismo sino que conoce todos los detalles de la historia que narra: hasta lo que piensan los personajes y lo que sienten.
Es un narrador omnisciente que se ubica en la Edad Media.
Como muchos de los románticos del siglo XIX, Bécquer es un amante de la Edad Media, de su arquitectura, sus iglesias, sus leyendas.
Este relato se ambienta en Soria (una región de Castilla al norte de España) y al final de la Edad Media, cuando los árabes ya han sido vencidos y expulsados hacia el sur. 
Hay tres momentos del relato  de este narrador, cada uno con un tiempo y espacio peculiar.

Primer momento

El relato se ubica al inicio en pleno Monte de las Ánimas, un bosque agreste de Soria. Se sabe que es un lugar salvaje y donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor y fiereza. En ese lugar hay abundancia de caza, pues en la Edad Media la fauna autóctona de Soria  se ganaba los bosques: ciervos, lobos, osos, jabalíes, eran precias codiciadas de caza para alimentar a los guerreros nobles, quienes ejercitaban la caza para estar en forma para la guerra.
El Nivel 1 se inicia mostrando un grupo de nobles que va a cazar allí pero deben apresurarse para que no los tome la caída del sol, pues es la víspera de la noche de Difuntos, es el 1 de noviembre.
El narrador es omnisciente pero utiliza abundanemente el estilo directo, permitiendo hablar a los perosnajes en estilo directo.
Dentro de los cazadores se destacan por su nombre propio los personajes de Beatriz y Alonso, hijos de grandes condes y primos entre sí, que mantienen una conversación.






Alonso es el líder de la batida y es quien ordena regresar a la ciudad ya que no se puede estar en ese lugar la Noche de Difuntos pues se produce un terrible fenómeno del cual nadie puede ser testigo.

Tiempo: Edad Media (1400). Tarde del 1 de noviembre.Espacio: un bosque tupido en una colina, el  Monte delas Ánimas,Narrador: externo, en tercera persona y omnisciente.

Irrupción de lo fantástico. Nivel 3 - C, (primera irrupción)

En determinado momento Alonso le cuenta a través de un largo parlamento la leyenda de El Monte de las ánimas a su prima, y su voz produce en el relato el Nivel 3, una historia terrible de odio, celos, venganza y fantasmas con forma de esqueletos.




Tiempo: Edad Media en tiempos de Reconquista. Siglo XIII. Los templarios se han instalado en tierra de Soria. Los árabes están siendo derrotados. Noche de difuntos, a punto de dar la medianoche el 1 de noviembre hasta la madrugada del 2.

Espacio:  el Monte de las Ánimas cuando aún funcionaba la capilla y el monasterio de los templarios favorecidos por el rey.

A partir de esa noche sangrienta, cada Noche de difuntos (1-2 de noviembre) se revive esa lucha, adoptando los fantasmas forma de esqueleto, por la eternidad.

Narrador: el narrador es el personaje Alonso que habla en tercera persona de una historia antigua que le inspira respeto y que todo su pueblo conoce.



NIVEL 2- B. 

Segundo momento: en el castillo, en la sala gótica
A partir de ese momento el relato recomienza la historia de Beatriz y Alonso, esta vez no a caballo y como parte de una partida de caza, sino más tarde, luego del banquete, en la víspera de la noche de difuntos.
El narrador es externo (no un personaje), y primero pinta el ambiente de un palacio medieval donde muchos criados y damas de compañía, como es una noche especial, cuentan cuentos. Al tratarse de la Noche de Difuntos la tradición impulsa a hablar de aparecidos y fantasmas.
Pero junto el personaje colectivo de los criados y las viejas permanecen apartados Beatriz y Alonso, junto a la chimenea gótica.
Entre ambos se da un largo diálogo, pero el narrador omnisciente también explica en forma abundante qué sienten y piensan ambos personajes, qué miradas se echan, qué gestos realizan.
Son personajes antitéticos: Alonso es mostrado como un hombre enamorado, valiente y respetuoso de los muertos, Beatriz es mostrada como una mujer narcisista , frívola y que se burla de todas las tradiciones y de los demás.
Al surgir el tema de los regalos, Beatriz pretende que Alonso vaya a buscar el tul que "perdió" al Monte de las Ánimas, en plena noche. Alonso tiene miedo... pero igualmente va.

Tiempo: Noche de difuntos, antes de la medianoche, en el siglo XV
Espacio: Sala del castillo de los condes de Alcudiel, padres de Alonso.
Narrador: Externo, en tercera persona, omnisciente.

Tercer momento: en el castillo, en el cuarto de Beatriz.




Aquí se presenta a Beatriz completamente sola en su cuarto, de noche, cuando dan las 12 campanadas de la medianoche. Ella sabe que Alonso ha ido al Monte a buscar el velo y que no ha vuelto... Han pasado tres horas.

Intenta dormir en su lujosa cama pero la aterran ruidos siniestros. El narrador omnisciente adopta el punto de vista del personaje de Beatriz para contar los sonidos que se sienten en la oscuridad, pero en verdad, aunque lo sabe todo, no le da toda la información al lector, o le da solo algún detalle terrorífico para que el lector estimule su imaginación.
Beatriz escucha en la oscuridad ruidos de puertas que se van abriendo, crujidos de madera, pasos, susurros, y lo que es más terrible, los pasos que se escuchan son como de HUESO CONTRA LA MADERA.
Es como si el narrador en este fragmento del cuento no fuera del todo omnisciente y solo conoce lo que percibe y siente Beatriz. 
Beatriz a la mañana siguiente se despierta tranquila, pero descubre en su cuarto el velo ensangrentado.
¿Quién se lo ha traído? ¿Alonso herido que cumple con su promesa o los fantasmas del Monte de las Ánimas? ¿ES EL VELO OTRA IRRUPCIÓN DE LO FANTÁSTICO?
Lo cierto es que los criados llegan a comunicarle a Beatriz que su primo ha sido comido por los lobos y la encuentra horrenda y muerta.

Tiempo: toda la noche hasta la madrugada del 2 de noviembre del siglo XV
Espacio: la habitación de Beatriz en el castillo.
Narrador: externo, en tercera persona, equisciente por momentos.


Nivel 2 - B Continúa la historia un siglo después.

Asistimos entonces a un salto en el tiempo. "Tiempo después".
Quizás ya no estamos en el siglo XVI en el XVI. El narrador externo, omnisciente, cuenta cómo en el propio Monte de las ánimas de perdió un cazador una noche de difuntos, y que antes de morir, herido contó una terrible historia, lo que había visto esa noche en el monte.
Otra vez un personaje (el cazador) cuenta una historia, pero esta vez no se usa el estilo directo, sino el indirecto: es el propio narrador quien retoma las palabras del cazador.
Y lo que cuenta el cazador antes de morir es el verdadero desenlace de la historia de amor/desamor de Alonso y Beatriz.


Segunda irrupción de lo fantástico. Historia del cazador.

Nivel 3- C



En el último pequeño capítulo del cuento, el narrador en tercera persona, del NIVEL b, ominsciente, cuenta algo insólito. Dice que tiempo después, quizás ya en el siglo XVI, tal vez en 1500, un cazador perdido quedó atrapado en el Monte de las Ánimas una noche del primero de noviembre.
Por supuesto que fue atacado por los lobos. Muy herido, agonizante, lo encuentran a la mañana siguiente y solo atina a contar lo que vio en el Monte.
Aparece entonces otra vez la irrupción de lo fantástico, nuevamente el NIVEL C: el relato de lo que ahora sucede en el Monte de las Ánimas cada 1o. de noviembre, cuando de noche se levantan los que allí murieron y están enterrados, los fantasmas de los nobles que lucharon contra los templarios.
El narrador usa el ESTILO INDIRECTO, ello significa que el personaje NO HABLA DIRECTAMENTE sino que el narrador cuenta lo que dijo.
Y así el lector se entera de que ahora el terrible ritual de las almas en la noche de difuntos en el Monte de las Ánimas ha sufrido un cambio.
Pues el cazador no los ha visto luchar entre ellos, sino que ahora persiguen como en una cacería fantástica a una mujer joven, de largo pelo desmelenado, descalza, corriendo como loca alrededor de una tumba.
Esa tumba es la de Alonso, que nunca volvió del monte aquella noche, y fue enterrado allí, en la capilla de la iglesia del monte. Pero el alma de Alonso descansa en paz, porque murió cumpliendo una causa noble: la búsqueda del velo para él significó la prueba de su amor y fidelidad a Beatriz, pero también su respeto por quienes murieron allí en el siglo XIII es evidente.
Los fantasmas de nobles y templarios han olvidado su mutuo rencor y ahora, solidarios con Alonso, persiguen con forma de esqueletos a la alguna vez perversa Beatriz, que ahora es un alma en pena. Beatriz se levanta de la tierra para ir al mundo a comunicar su culpa y sufrimiento cada Noche de Difuntos.

EL VELO AZUL ES EL ELEMENTO QUE UNE LOS MUNDOS: EL REAL DE LOS CONDES ALONSO Y BEATRIZ... Y EL FANTÁSTICO DE LOS FANTASMAS QUE SURGEN EN EL MONTE DE LAS ÁNIMAS, 
CUANDO APARECE EL VELO ENSANGRENTADO EN EL CUARTO DE BEATRIZ SE SUGIERE QUE HA SIDO TRAÍDO HASTA ALLÍ POR LOS FANTASMAS.