domingo, 17 de marzo de 2019

ROMANCE DE LA CASADA INFIEL, de Federico García Lorca





Un poema sobre la libertad y el amor

El escritor Federico García Lorca (poeta y dramaturgo, 1898-1936) sentía una profunda admiración por la tradición popular. Escuchó siempre con atención los cantos que surgían del pueblo.  A pesar de ser un hombre culto, perteneciente a la clase alta de Andalucía, tuvo la idea de crear un libro a la manera de los viejos romances que se cantaban en la Edad Media y que continuaron transmitiéndose a través de los siglos.
Usó entonces una poesía con componente narrativo (una pequeña anécdota) que se contaba a través de un yo lírico desbordante de metáforas, con gran sonoridad. Los versos de los romances escritos por Lorca son octosílabos y presentan rima asonante alternadamente con un verso blanco (sin rima).
En el “Romance de la casada infiel”, la rima i-o se presenta curiosamente en los versos impares, a diferencia de los romances medievales, cuya rima está en los versos pares.
Los personajes de este libro, como su nombre lo dice, son gitanos. El pueblo gitano, con su especificidad, sus ritos y costumbres, ha vivido en España desde hace siglos, antes incluso que los romanos y árabes. Pero ha sido una minoría étnica a menudo perseguida y marginada.
Víctimas del racismo, con su peculiar forma de vida, los gitanos viven con una gran intensidad su cultura y rituales, y sobre todo, cantan, bailan y producen música.
En el poema “La casada infiel” los personajes se conocen en una fiesta, una noche de Santiago.
Es pleno verano en Andalucía, y la parece haberse llenado de guitarras y sinuosos movimientos de los bailarines. Es un momento propicio para que los seres humanos disfruten con todos sus sentidos y con su cuerpo.
Pero la voz que cuenta la historia lo hace después que la noche de Santiago pasó. El gitano que dice "Y que yo me la llevé al río/ creyendo que era mozuela/pero tenía marido". Parece estar haciendo una confesión a un otro. ¿A nosotros, los lectores? No en la ficción. En el mundo gitano que crea Lorca, esa voz casi dolorida parece estar confesándose con un compadre, con otro gitano, un igual.
En el inicio el poema sintetiza la historia que se va a desarrollar y que ya había anunciado el título (epónimo y emblemático). Se trata de una historia de adulterio. Pero a medida que oímos la voz del gitano, nos damos cuenta que ha sido mucho más que eso.
El tema del poema es la pasión desbordante a la que los códigos sociales -en este caso reglas gitanas- colocan "bridas y estribos".
En la lucha entre la libertad y la represión termina triunfando esta última, pero sin duda la memoria del gitano ha quedado marcada para siempre por esa mujer que es capaz de emular a la luna, por su belleza, personalidad y misterio.


"La casada infiel"

Introducción:

Los tres primeros versos del poema son el resumen que el yo lírico-el personaje gitano a quien le aconteció la historia- realiza de su narración a un oyente ficticio, que en silencio lo escucha.
Tal vez sea un gitano como él, un cómplice a quien contar confidencias.
Su tono coloquial -"Y que yo"- muestra al gitano anhelando desahogarse. Hay implícita una frustración, "creyendo que era mozuela / pero tenía marido". En los valores culturales gitanos, donde la virginidad de las mujeres es exigida y a la vez codiciada, un hombre le concede una importancia enorme en ser el primero que "posee"a una mujer. El gitano no parece sentirse culpable de algo que hubiera sido una falta para el grupo, llevarse una mozuela al río. Pero es la mujer la que en definitiva se da el gusto de transgredir las normas, no era mozuela pero era casada. Fue un amor prohibido, pero quien realizó la ruptura con los códigos fue la mujer.
El yo lírico parece explicar las circunstancias que lo llevaron inevitablemente a ese amor. Todo parece predestinado para que ambos se amen: fue de noche, en pleno verano (Santiago es el 25 de julio, donde hace mucho calor en Andalucía).
Ha habido una fiesta y han bailado juntos, se termina (se apagan los faroles), la gente se va por las "esquinas" que se aluden en un momento, parecen quedar solos y en silencio (se encendieron los grillos). En esta antítesis y sinestesia (mezcla de sensaciones) se muestra la complicidad de la naturaleza con los amantes.
Están frente a frente y el gitano por compromiso con su propia masculinidad, decide llevarla al río.Ella se deja hacer, parece sumisa y pasiva. Sin embargo, una vez que él la toca, el cuerpo de ella se despierta al deseo, es entonces que el lenguaje poético se acelera y comienzan las comparaciones:
"toqué sus pechos dormidos/y se me abrieron de pronto/ como ramos de jacintos".
Es esta la primera de una serie de imágenes poéticas en donde la gitana es equiparada a elementos de la naturaleza blancos, bellos y exquisitos, por su perfume o su textura.

Esta sensación táctil y olfativa se ve incrementada cuando el gitano baja con sus manos por el cuerpo de la mujer y en la oscuridad descubre "el algodón de su enagua". La gitana bajo sus faldas tiene una prenda íntima pulcra y blanquísima, de tan limpios que están los volados de la enagua crujen con el contacto ya casi violento del excitado gitano, cuyos dedos anhelantes son asociados a través de una metáfora con los peligrosos cuchillos que siempre portaban hombres como él.



Se desata la pasión junto al río

La primera parte del poema termina con estos versos:

Sin luz de plata en sus copas
los árboles  han crecido
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río

Los gitanos se van acercando al río. El río en la obra de García Lorca el río es un símbolo muy importante, representa la existencia humana llena de vitalidad. Fresco y lleno de fuerza y movimiento, es el espacio ideal para que se produzca el encuentro entre los amantes.
No es fácil llegar a él. Y menos en la oscuridad. es una noche sin luna, la luna aún no apareció, o está oculta. Pero es aludida como en muchos de los poemas de Lorca, a través de una metáfora: "sin luz de plata en sus copas". Los árboles en la oscuridad parecen proteger a los amantes de las miradas ajenas.
Los otros están muy lejos, están representados por sus perros, perros entrenados para vigilar y prohibir.
Ahora, los amantes, están solos.
Cuando llegan al río deben atravesar varios obstáculos. Se produce una enumeración de vegetales tupidos y pinchudos: zarzamoras, juncos, espinos... no parece importar la dificultad, por fin el río los acoge como un alivio.
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
El yo lírico parece insinuar que ambos se han echado sobre el limo (arenilla, barro húmedo y suave) como si este fuera un lecho, una cama con que la Naturaleza los recibe.
Pero él está sobre ella, con el peso de ambos cuerpos parece formarse un hoyo, quizás el limo los está envolviendo como si fueran Adán y Eva, que nacieron respectivamente del barro y ella de una costilla de él, según el mito biblíco,
La grafopeya "mata de pelo"muestra a la gitana como una mujer muy bella, femenina y salvaje. A continuación cuatro versos con un ritmo muy marcado enumeran los gestos a través del verbo "quitarse"que conlleva el acto de desnudarse. Ya no es el gitano quien debe tocar a la gitana para que ella despierte. Ambos se sacan cada uno la ropa, en pie de igualdad. Se quitan las prendas que simbólicamente los asocian a los roles femenino y masculino. Los corpiños de la gitana comprimían su silueta, pasa a quedar al descubierto su piel que es deslumbrante para el gitano, quien realiza una serie de comparaciones aumentativas con objetos maravillosos de la Naturaleza"Ni nardos ni caracolas/ tienen el cutis tan fino/ni los cristales con luna/ relumbran con ese brillo".
Él por su parte también se desnudó, se mencionan dos prendas que sujetan y constriñen, y que están asociadas a lo masculino: la corbata y el cinturón con revólver. Ese hombre belicoso ha quedado vulnerable a merced del amor.




Las metáforas hablan


Nudo y desenlace de "La casada infiel"

La relación amorosa es explicada a través de metáforas. La gitana se asocia con flores (nardos), con caracolas (caracoles de mar, recubiertos de nácar por dentro), su belleza es festejada a través de las palabras. En el momento de mayor sensualidad del poema, las metáforas resultan misteriosas: sus muslos se me escapaban/como peces sorprendidos/la mitad llenos de lumbre/la mitad llenos de frío.
Es razonable que los muslos se comparen con los peces, por su forma alargada y su gran movilidad, pero no queda claro por qué la antítesis fuego/frío define a la gitana. 
Quizás esa mujer tan libre y sensual no pueda poseerse nunca del todo. Cuando el poema llega a su momento culminante, la gitana es equiparada a una potra de nácar. 
El caballo en la poesía de García Lorca es símbolo de libertad y de gran vitalidad, al mismo tiempo esta hembra de caballo es sumamente joven, de ahí su energía y belleza. Ambos se aman sin bridas y sin estribos , que son las riendas  y  aperos del caballo con los que el jinete lo controla y domestica.
Esta mujer es incontrolable y produce en el gitano sentimientos incontrolables, es sin duda la mejor noche de su vida.
Pero cuando todo termina nos percatamos que de pronto se rompió la magia y el gitano empieza a decepcionarse, se ha dado cuenta de que esa mujer tenía experiencia y deseo propio y no es la mozuela que creyó.
El gitano se va del río muy enojado como se visualiza en la imagen de las hojas de los lirios batiéndose con el viento, y el adjetivo sucia para referirse al estado en que quedó la gitana, como si ya nada puro quedara en ella.
Él se siente estafado y por eso no desea continuar la relación, como se deduce del hecho de que después, en algún  otro encuentro no explicitado, le regale un costurero como despedida. 
El costurero era un objeto clave en la vida doméstica de las mujeres, que cosían su propia ropa y la de la familia.El objeto regalado parece insinuarle a la mujer que cumpla con su rol de esposa y no se salga de su lugar de mujer fiel y sumisa.
El gitano se reprime varias veces: en una ocasión no quiere decir por hombre/las cosas que ella me dijo. Evidentemente  no quiere enamorarse en un acto de represión, pues toda su naturaleza ha quedado fascinada con aquella mujer con quien compartió momentos de extrema felicidad.
Hay una gran ambigüedad al final del poema. Prácticamente se repiten los versos del principio, pero con una diferencia. al principio del poema parece que él fue al río creyendo que era mozuela, dejándose llevar por su intuición. Pero al final, aclara que teniendo marido ella LE DIJO que era mozuela cuando la llevaba al río. Al gitano parece ofenderlo el engaño que vivió, más que el hecho de que en verdad ella sea esposa de otro.
Sin embargo, no sabemos del todo quién ha mentido. Quizás todo fue una suposición como al principio, quizás él anhelaba ser el primero y ella nunca se lo sugirió, quizás fue en el momento en que ella murmuró esas palabras que él no quiere repetir el momento  en que se reveló la verdad.
Lo cierto es que todo queda cerrado, sin ninguna posibilidad de futuro. El peso de la cultura machista del gitano puede más que sus sentimientos y deseos.


Es posible sentir una ironía del autor hacia su personaje que se niega a sí mismo la posibilidad de ser feliz. Al mismo tiempo se percibe una empatía hacia las mujeres que rompen las normas y una denuncia de la represión social que no solo sufren los gitanos.

3 comentarios:

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Excelente !!! nunca había encontrado en Google un análisis que fuera realmente literario,siempre son resúmenes del texto pero nunca abarcan un análisis real.Obviamente al dsrme cuenta del autor veo que es una Pfa.
    Qué suerte tienen sus alumnos de tenerla !!!

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