viernes, 11 de septiembre de 2020

Delmira Agustini


Lo inefable

Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,

No me mata la Muerte, no me mata el Amor;

Muero de un pensamiento mudo como una herida...

¿No habéis sentido nunca el extraño dolor


De un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida

Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?

¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida

Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...


Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,

Desgarradora y árida, la trágica simiente

Clavada en las entrañas como un diente feroz!...


Pero arrancarla un día en una flor que abriera

Milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera

Tener entre las manos la cabeza de Dios!


PARA COMPLEMENTAR

Escucha la canción de Garo Arakelián sobre el asesinato de Delmira Agustini, y detente en la palabra "vacío". ¿Puede ser que "Lo inefable" trate el tema del vacío en la existencia humana, en particular de una mujer?

Aquí tienes el link en youtube

https://www.youtube.com/watch?v=tLvTHy8viHg

TAREA: Busca en este mismo blog la entrada correspondiente al poema "Explosión", de Delmira Agustini. Compara ambos poemas y encuentra similitudes y diferencias. Puedes ayudarte para ver los recursos poéticos que usa Delmira para hacer un poema en la entrada "Algunos recursos literarios de la poesía", en la etiqueta Tercer año. Allí también tienes el análisis de "Explosión".


lunes, 3 de febrero de 2020

EXPLOSIÓN, de Delmira Agustini
















Si la vida es amor, ¡bendita sea!
¡Quiero más vida para amar! Hoy siento 
Que no valen mil años de la idea
Lo que un minuto azul de sentimiento.


Mi corazón moría triste y lento...
Hoy abre en luz como una flor febea;
¡La vida brota como un mar violento
Donde la mano del amor golpea!


Hoy partió hacia la noche, triste, fría,
Rotas las alas, mi melancolía;
Como una vieja mancha de dolor


En la sombra lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!"


Algunos recursos literarios de la poesía


ANTITESIS- dos elementos opuestos que aparecen asociados
Idea/ Sentimiento

COMPARACION-  Recurso literario que asocia por semejanza un elemento real y otro imaginario mediante un nexo.
Hoy partió (...) mi melancolía (...) como una vieja mancha de dolor

PERSONIFICACION- Dar características humanas a un elemento, objeto o a un animal.
cuando la MANO DEL AMOR golpea


ENUMERACION- Serie de elementos que tienen algo en común y que se utilizan uno a continuación de otro.
mi vida toda CANTA, BESA, RÍE

METAFORA- Imagen que sustituye un elemento real, porque ambos guardan un parecido entre sí.
¡Mi vida toda es una BOCA EN FLOR!

YO LÍRICO- voz que habla en el poema.
Quiero más vida para amar. Hoy siento

RIMA- Coincidencia de sonidos a partir de la última vocal acentuada al final de dos versos diferentes.
Si la vida es amor ¡bendita sEA!
¡Quiero más vida para amar! Hoy siENTO
que no valen mil años de la idEA
lo que un minuto azul del sentimiENTO


MÉTRICA- Número predeterminado de sílabas que tienen todos o algunos versos de un poema.
Si/la/vi/daes/a/mor/ben/di/ta/se/a
Once sílabas: verso endecasílabo.

ANÁFORA- Repetición de la misma palabra a comienzo de distintos versos.
MI VIDA toda canta, besa, ríe
MI VIDA es toda una boca en flor

HIPÉRBOLE- Exageración desmedida para dar mayor expresividad
MIL AÑOS de la idea

TEMA DEL POEMA- Idea central que se comprende a lo largo del texto y que puede resumirse en una palabra.
Amor

Subtemas:
enamoramiento, amor y vida, etc.

SONETO- Tipo de poema con un formato fijo. Tiene solo cuatro estrofas distribuidas en dos cuartetos y dos tercetos, siempre en ese orden. Por lo tanto un soneto solo puede tener 14 versos.
Generalmente en los cuartetos se presenta un problema y en los tercetos su resolución. "Explosión"  de Delmira Agustini por lo tanto es un soneto.

VOCATIVO- Invocación o llamado que se hace a comienzos de un verso a alguien que escuchará el poema.
AMANTE. No me lleves si muerto al campo santo



Análisis del soneto "Explosión", de Delmira Agustini


Primer cuarteto

El primer cuarteto comienza con una oración en condicional. Cuando se comienza a hablar con una palabra del tipo "Si"...  se supone que existe una posibilidad que, para que se cumpla, debe darse una condición.
La vida puede ser amor. En caso de que sea así, la vida para Delmira es una bendición. El "¡bendita sea! "es una expresión típica del lenguaje religioso. Una característica de la poesía amorosa y erótica de Delmira es que utiliza términos convencionalmente establecidos por la Iglesia pero para referirse a los sentimientos humanos más apasionados.
El segundo verso continúa con las exclamaciones. Aparece el yo con toda su fuerza a través del verbo "Quiero". Se exige un imposible: más vida. Los seres humanos somos mortales, pero la voz del poema en pleno descubrimiento amoroso descubre que amar es lo que hace que la vida valga la pena.
Y en los siguientes versos establece una comparación que opone dos maneras de ver el mundo:  por un lado "mil años de la idea", por otro "un minuto azul del sentimiento".
La hipérbole de los mil años puede referirse a todas las ideas que le han inculcado a una mujer joven desde que nace: la religión, el modo de ser  femenino, la expectativa de ser esposa y madre, la moral estricta, etc. En cambio, ella misma parece haber descubierto por sus propios medios lo que es sentir.
Algo inexplicable racionalmente: solo puede acudir a una metáfora para describirlo, y para ello recurre al color azul, que evoca el cielo, el mar, la inmensidad.


Segundo cuarteto

En la segunda estrofa continúa con la antítesis, esta vez entre una vida sin amor ( "mi corazón moría triste y lento"), y una vida en pleno enamoramiento que se refiere al presente a través de la repetición de la palabra "hoy".
Para poder hablar de algo tan complejo usa personificaciones y metáforas. El corazón (símbolo de la vida afectiva y pasional) es mostrado primero -en el pasado "moría-,  como un ser  lleno de tristeza e incapaz de moverse, de vivir.
A partir del HOY (alusión al enamoramiento), el corazón se ha transformado: "abre en luz como una flor febea". Si bien se compara aquí el corazón con una flor en pleno florecimiento primaveral, no basta con ello. Es necesario también una metáfora: flor febea. Febea es una palabra inventada por Delmira ( un neologismo) que viene de la palabra Febo. Febo era Apolo, el dios del sol en la mitología griega. Con ello quiere mostrar  que enamorarse es estar iluminado, lleno de luz.
En los dos últimos versos pasa a hablar de la vida en estado de "revolución" por el enamoramiento.
Para ello la compara con "un mar violento", imagen que evoca un estado imposible de controlar, donde la naturaleza lo domina todo, y se la encuentra profundamente relacionada al amor: "cuando la mano del amor golpea".
Esta imagen del amor, además de personificar a un sentimiento, brinda ese carácter de sorpresivo: el amor un día llama, golpea a la puerta, o tal vez con su mano hace mover el mar.

Primer terceto

En los tercetos el conflicto entre tristeza y vida planteado en los cuartetos ya se resolvió. En esa oposición triunfó el amor y la "melancolía", personificada y a la vez asimilada con un pájaro siniestro, es expulsada de la vida del yo lírico.
El sentimiento "melancolía " había sido ya anunciado por la imagen del corazón muriéndose, pero aquí parece una entidad separada del cuerpo. Como alguien ajeno que se va. Se va hacia la noche, y los adjetivos "triste, fría" no sabemos si se refieren a la noche o a la propia melancolía.
Finalmente la melancolía es comparada con una vieja mancha de dolor, degradándola, por el adjetivo "vieja"y por su asimilación con "mancha", palabra que se asocia con la suciedad o con la culpa.


Segundo terceto

El primer verso del segundo terceto todavía habla de la melancolía. Dice que en la sombra lejana "se deslíe", se desata, se desintegra. Otra vez se advierte la asociación noche, mancha, sombra vinculadas a la melancolía en oposición a azul, febea, luz, mar, que se vinculan al amor.
En los dos últimos versos del poema se da el remate del poema, las dos afirmaciones que confirman la hipótesis del primer verso del poema : "si la vida es amor, bendita sea"
En el penúltimo verso la asociación entre vida y amor es total: a través de una enumeración de verbos se describe lo que es la vida en estado de enamoramiento: canta-besa-ríe. Son verbos de acción en presente que se oponen a lo dicho sobre el corazón anteriormente: "moría triste y lento".
Este renacimiento es debido al amor.
En todo el poema de deja traslucir que el yo lírico ha sufrido un inmenso cambio a causa del amor.
Y en la oposición ayer/hoy, triunfa el amor poderoso que se representa en la metáfora del beso:
"mi vida toda es una boca en flor".






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Actividad 

Comparar "Explosión" con "Vida garfio" de Juana de Ibarbourou y "Te estoy llamando" de Idea Vilariño. 



VIDA GARFIO, DE JUANA DE IBARBOUROU, 1892-1979















Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
Alboroto divino de alguna pajarera
O junto a la encantada charla de alguna fuente.


A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra 
Donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
Alargados en tallos, suban a ver de nuevo
La lámpara salvaje de los ocasos rojos.


A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
Más breve. Yo presiento
La lucha de mi carne por volver hacia arriba,
Por sentir en sus átomos la frescura del viento.


Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
Podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
En medio de las sombras estrujadas y prietas.


Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen
En la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces viva
Yo subiré a mirarte en los lirios morados!



 TE ESTOY LLAMANDO, DE IDEA VILARIÑO ( 1920-2009)





















Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva
ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
a la paz
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte,
amor,
como a la muerte.






















miércoles, 1 de enero de 2020

 

“La hora”, de Juana de Ibarbourou









Tómame ahora que aún es temprano

y que llevo dalias nuevas en la mano.


Tómame ahora que aún es sombría

esta taciturna cabellera mía.


Ahora que tengo la carne olorosa

y los ojos limpios y la piel de rosa.


Ahora que calza mi planta ligera

la sandalia viva de la primavera.


Ahora que en mis labios repica la risa

como una campana sacudida aprisa.


Después..., ¡ah, yo sé

que ya nada de eso más tarde tendré!


Que entonces inútil será tu deseo,

como ofrenda puesta sobre un mausoleo.


¡Tómame ahora que aún es temprano

y que tengo rica de nardos la mano!


Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca

y se vuelva mustia la corola fresca.


Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves

que la enredadera crecerá ciprés?


El tema

Desde el título, el poema presenta abundantes referencias al tiempo, en particular al paso del tiempo. La hora, dicho en singular, apunta a un momento concreto y no otro, e inevitablemente el lector sabe que una hora pasa con velocidad, pues el tiempo corre, como los antiguos latinos decían: “tempus fugit irreparabile” ( el tiempo huye irreparablemente). Por otro lado, todo ser humano conoce las consecuencias que el paso del tiempo tiene sobre la vida, y especialmente, sobre el cuerpo, pues es lo más evidente. En el yo lírico, parece preocupar por encima de todo lo vulnerable que es el cuerpo al paso del tiempo. Como si solo hubiera una hora, una escasa hora, para que se hallara en toda su plenitud, sin asomos de decadencia.

Como subtema, aparece la llamativa alusión a la belleza femenina como particularmente víctima de los estragos del tiempo, en una concepción del yo lírico que representa a la mujer como un ser cuyo máximo objetivo es ser hermoso, estado que al parecer solo se obtiene en la juventud, tal como insinúa el poema.



La voz que habla

El yo lírico es de carácter femenino. El lector puede percatarse de ello no gramaticalmente, sino por las concomitancias culturales con que el yo se asocia. En primer lugar, se habla de un cuerpo y una identidad que se puede identificar con el mundo vegetal en particular con las flores. La única referencia al árbol -símbolo genérico del ser humano por su verticalidad y su apariencia copa (cabeza), tronco(cuerpo) ramas (pies)-, es significativamente la mención del ciprés, el árbol que desde los romanos se planta en homenaje a los muertos y especie predilecta para ser plantada en cementerios.

Así que el yo lírico, si bien toma abundantes referencias a la Naturaleza para expresarse, selecciona en particular  a las flores que históricamente han sido símbolo de belleza, fragilidad, sensualidad y femineidad.

Las flores aludidas, como las dalias y las rosas, impactan por su hermosura, tersura y color cuando están frescas, pero al marchitarse producen repugnancia y rechazo.

Este yo lírico no es solo femenino sino que su concepción de lo femenino se asocia a estos estereotipos culturales firmemente arraigados: la mujer ha de ser bella, la mujer joven es más valiosa, la mujer ha de ser suave, la mujer está asociada a la fecundación, como las flores en una planta.

El yo lírico se dirige a un tú, es evidente esto a nivel gramatical, por cómo está construido el poema, con gran relevancia del verbo tomar en modo imperativo unido al pronombre “me” (a mí). 

Este tú se espera, por parte del yo lírico, activo y dueño del poder de decisión, como en la tradición cultural se ve el rol del hombre en la pareja. También el vocativo “amante”, entre signos de exclamación, muestra que el otro es el que hace, el que ama, mientras que el yo lírico parece ser la “amada”, la que se deja amar.


Estructura


La velocidad con que se plantea el poema es coherente con la temática. El poema tiene diez estrofas de solo dos versos (dísticos), lo que señala la brevedad de cada instancia. Los versos son casi siempre dodecasílabos (de doce sílabas), con rima consonante, pero las vocales y consonantes de la rima a lo largo del poema van cambiando para darle variedad al sonido del poema y por lo tanto la sensación de cambio, de paso del tiempo.

En cuanto a la estructura interna, se ven dos momentos bien diferenciados. Por un lado las cinco primeras estrofas donde se explica el estado de perfección que tiene el cuerpo del yo lírico en plena juventud y belleza, y a partir de la estrofa seis, y en particular de la palabra “después”, el poema se inunda de oscuros presagios. Los verbos en presente cambian por verbos en futuro: el cambio de ese cuerpo hacia la vejez será inexorable.

La última estrofa cierra con una pregunta retórica la gran antítesis entre juventud/vejez, belleza/fealdad, felicidad/tristeza: “¿no ves, que la enredadera crecerá ciprés?”, siendo símbolo la enredadera de vida irrefrenable y el ciprés de muerte, como ya se ha dicho.

Por último, llama la atención la abundancia de anáforas. El “tómame ahora” y el “ahora” se repiten al inicio de verso, señalando la urgencia que tiene el mandato del yo lírico, que en lugar de mandato bien puede ser un ruego. Parece que el poder de decisión de “tomarla” (es decir, poseerla físicamente),  estuviera solo en el otro, el amante, el agente masculino.

Es contradictoria esta pasividad con la que espera el yo lírico con su discurso vehemente que exige ser tomada sin pérdida de tiempo.



Figuras literarias


Son muy abundantes, porque la autora está fuertemente influida por el Modernismo que fue un movimiento que se desarrolló a comienzos del siglo XX y que señala una fuerte predilección por las metáforas y el uso de símbolos de la mitología.

Pueden observarse varias metáforas (representación de un elemento real -que no se menciona- por medio de  un elemento imaginario que se le parece):

“llevo dalias nuevas en la mano”

“los ojos limpios y la piel de rosa”

“rica de nardos la mano”

“se vuelva mustia la corola fresca”


También hay comparaciones, que a diferencia de las metáforas sí explicitan y aparece mencionado el elemento real. Poseen un nexo comparativo que equipara lo real y lo imaginario:

“en mis labios repica la risa/ como la campana sacudida a prisa”

“inútil será tu deseo/ como ofrenda puesta sobre un mausoleo”


Pueden hallarse también personificaciones, donde se le otorga a un objeto o a un ser no humano algo característico de las personas exclusivamente:

“aún es sombría/ esta taciturna cabellera mía”

“la sandalia viva de la primavera”


Aparecen también metonimias, muy relacionadas al concepto de metáfora, donde se de una parte por el todo:


“llevo dalias frescas en la mano”


En este caso, la mano es un elemento del cuerpo que representa a todo el cuerpo en su máximo esplendor.


Y el poema está lleno de símbolos, siendo estos representaciones muy visuales de elementos que todos asociamos en la cultura a algunos conceptos. Un símbolo, a diferencia de la metáfora, es algo muy habitual y que toda una sociedad tiene integrada a su imaginario. Por ejemplo, la cabellera, es en muchas culturas asociada a la fuerza, vitalidad, erotismo, belleza y en particular la cabellera larga a lo femenino. 

El mausoleo (monumento funerario) simboliza sea la religión que sea la muerte.

Las flores, en particular las corolas, son utilizadas por ejemplo por los pintores para simbolizar la sexualidad, en especial femenina.